En mi bagaje de lecturas, las heroínas que protagonizan narraciones u otros géneros literarios han encontrado espacio, tiempo, dedicación y afecto. Heroínas literarias insignes como Emma Bovary, Anna Karenina, Ana Ozores, Fortunata e Isidora Rufete aparecen ante mis ojos y ocupan mi pensamiento como si el tiempo se hubiese detenido allá por el siglo XIX. Quizás soy yo el que se quedó postrado, pero tales personajes, y es lo que pretendía expresar, no han perdido vigencia ni categoría de heroínas. Aunque son protagonistas de novelas modernas realistas, sus vidas están marcadas por el bebedizo envenenado del romanticismo. Emma y Ana son lectoras de novelas románticas que pintaban amores y sentimientos totalmente ajenos a la realidad. Fortunata e Isidora fueron víctimas de donjuanes de relativa estopa que llenaron su calentura Anna, también soñadora de quimeras.
Hace como 167 años que se publicó Madame Bovary. La obra se publicó por entregas en “La Revue de Paris” (1856) y desde el primer momento escandalizó. La protagonista, mujer de conducta libre, violentaba las costumbres establecidas. Flaubert, uno de mis escritores preferidos, fue procesado por inmoralidad. Afortunadamente pudo demostrar que el narrador no tiene que identificarse con el personaje de ficción ni suscribir sus ideas, aunque éste represente un problema social reflejado en una noticia periodística. Además, el suicidio de Emma al final de la obra podía interpretarse como una condena por su conducta adúltera... En otro momento, sin embargo, Flaubert acabará expresando confidencialmente la famosa frase: “¡Madame Bovary, soy yo”! Ahí queda eso...
En
el fondo, Flaubert incorpora la temática de la vida burguesa provinciana.
Critica su modelo educativo y sus costumbres. Las clases medias aparecen
retratadas con ironía, sobre todo, su egoísmo y su doblez. La rutina, el
aburrimiento y la mediocridad de uno de estos personajes –Charles Bovary, doctor rural- llevará a Emma Bovary a aborrecerlo y a desear otra cosa. Sin embargo, los
sucesivos amantes, en los que cree encontrar el ideal anhelado, acabarán en
insatisfacciones totales que acentuarán su malestar y la incapacitarán para llevar
las riendas de su atribulada vida.
La
técnica narrativa, la originalidad formal, el uso del punto de vista, la
maestría y la autenticidad con que se expresan los distintos personajes dan al
texto un aire coral y dramático. La presentación de los mismos como individuos,
pero dentro de un contexto social determinado, es otra de las innovaciones que
incorpora Flaubert a su obra.
Emma Bovary es, en el fondo, una víctima de un sistema de valores burgueses y cristianos que vigilan su conducta y cuando ésta altera el orden establecido es castigada psicológicamente por ello. El resultado de este castigo suele ser el suicido. Gustave Flaubert, anti burgués declarado, crea a una heroína que se convierte en símbolo de todas las mujeres que pasaron por trances similares bajo la hegemonía de dicha condición social. Lamentablemente, tras 167 años, los medios de comunicación siguen dando noticias sobre abusos físicos y psicológicos de mujeres que hacen de Emma un símbolo que no ha perdido vigencia.
https://www.youtube.com/watch?v=KAFyqpAn-d8
ResponderEliminarAl escritor Gustavo Martín Garzo también le parece de lo mejor la señora Bovary. Te recomiendo ese vídeo.
Aun sigue en muchos sitios esta insatisfacción producida por una conducta patriarcal y más en la clase media ;donde las mujeres suelen ser más inconformistas.
ResponderEliminarUn libro estupendo comparto contigo este punto de vista
Un abrazo, Bertha
EliminarLa tengo entre mis preferidas. Creo que hoy la lectura de Flaubert y de Tolstoy (lo digo por Karenina) resulta más aleccionador, moderno y avanzado que escuchar las proclamas políticas de todos estos "apañamundos" que nos ofrecen unas arcadias felices.
ResponderEliminarSaludos.
Me agrada que compartamos gustos.
EliminarSaludos cordiales
El estudio psicológico de los personajes es tan certero que aún hoy es presente.
ResponderEliminarLo leí hace muchas décadas y me conmovió el personaje central. Hay mucho que reflexionar y tiene múltiples lecturas. A mí resultó especialmente llamativo el choque entre las espectativas de ella y el mundo que le tocó vivir. Esa dicotomía en que el personaje se ajusta al mundo en que le toco vivir o rompe con todo, me parece absolutamente universal y contemporáneo.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen detalle el que señalas. Sin duda, es una mujer que "rompe moldes".
EliminarUn abrazo
Siento decir que yo no la he leído, aunque he escuchado e incluso leído tanto a cerca d su protagonista que a veces me parece que sí.
ResponderEliminarEn el mundo en el que vivimos, a pesar de haber pasado más de 150 años desde su publicación, sigue existiendo esa sensación en la vida de muchas mujeres que tienen que luchar contra corriente para poder respirar y vivir la vida que desean y necesitan.
Muchos besos
Ya la leerás cuando puedas. Vale la pena.
EliminarMuchos besos, María
Buena novela, pero prefiero La Regenta
ResponderEliminarYo también prefiero La Regenta. Sin duda alguna
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