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que certeza!!
ResponderEliminarte mando un abrazo
Luis Antonio con tan pocas palabras en que dificultad nos pones...
ResponderEliminarUn Saludo.
Navegamos en ese barco tanto que por fuerza acabará con naufragarnos.
ResponderEliminar¿Por qué crees que me hice isla?
Al menos podré arribarme a mí misma.
Un beso.
La duda forma parte esencial de nuestra vida.
ResponderEliminarAbrazo.
Antón.
Pues no sé muy bien qué decir. Así sin más datos... me da que el dilema depende de la distancia entre ambas cosas. Y si es muy grande, la cuestión a resolver me parece a mí que es: ¿por qué?
ResponderEliminarComplicado en cualquier caso.
Un beso, Luis Antonio :*
El dilema ese se resuelve decidiendo un camino u otro. Aunque... lo ideal sería conjuntar ambas opciones, claro.
ResponderEliminarPero como eso está difícil, pues hay que ver qué se puede hacer para acercar ambas opciones. Una vida dedicada a "lo que debo hacer" está muerta, sino está relacionada con "lo que deseo".
Ante todo, hay que evitar eso de "la fragilidad y el desamparo".
No estamos aquí para sufrir, sino... ¡para vivir!
Un abrazo, Luis Antonio-
Pues a mí, la mayoría de las veces, me aboca a la lucha y el esfuerzo para conseguir ambas cosas y hacerlas compatibles... Es agotador, desde luego, pero la recompensa lo vale.
ResponderEliminarUn beso, Luis
Me pasa todos los días. Siento la puntada del deseo justo cuando debo hacer lo que debo. Y sí, es un sentimiento de orfandad: tu esencia queda huérfana al no darle rienda suelta a tus verdaderos deseos. Pero supongo que es lo que llaman ser adulto: convertirte un poco en el padre de todos tus deseos incumplidos.
ResponderEliminarUn abrazo desde la orfandad compartida.
P.D. Gracias por tu rosa.
Ese dilema es una virtud por la que todos debiéramos luchar; pues nos confirma el hecho de que estamos reflexionando antes de actuar.
ResponderEliminarNo recuerdo que filósofo dijo "la duda es un estado ciertamente incómodo. Pero la certeza es un estado ridículo"
La vida es un conjunto de dilemas, de dudas, de errores...
ResponderEliminarUn beso.
Quizás ahí está el éxito de nuestras vidas.
ResponderEliminarSaber qué hacer, sin desesperar, encontrar una solución aunque parezca imposible.
Saludos
Al deseo y al deber hay que mirarles siempre el pedigree y si tiene una ficha con el ADN mejor que mejor. Muchas veces se mixtifican y juegan a disfrazarse mutuamente y el deseo se convierte en aparente deber y viceversa. No creo en esos dilemas inexorables que hemos fabricado para justificarnos, en muchas ocasiones son disculpas para seguir agarrados comodamente a la duda.
ResponderEliminar¿Y si se concilian las dos cosas?
ResponderEliminarun abrazo
Y esto no tiene nada que ver con eso de que "la duda ofende".
ResponderEliminarLos dilemas en los puentes se llevan mejor.
Besos y abrazos.
Es el viejo tema del choque con la responsabilidad. Siempre es difícil buscar el término medio, ese punto justo en el que respetar ambas cosas sin que nos haga daño. Siempre es díficil...
ResponderEliminarEsa dicotomía está presente muchas veces a lo largo de nuestra existencia, y de por sí daría para escrbir todo un tratado sobre principios éticos y sociales, entre la importancia de lo personal y lo social en la sociedad, entre el apredizaje de la satisfacción del yo y su represión...
ResponderEliminarSe podría contestar con una de esas frases lapidarias que parecen decirlo todo, pero no aclaran nada, como: "haz siempre aquello que desees, pero de lo que no tengas que arrepentirte", y ya está. Pero aparte de bonita, la frase está vacía de contenido, porque ¿cómo se puede saber que no me voy a arrepentir el día de mañana, si para eso es preciso conocer el futuro? ¿Cómo sé que lo que deseo es bueno, si no tengo claro lo que es bueno y lo que es malo, ni para quién?
Preguntas, y más preguntas, para las que hay muchas y muy diferentes respuestas, y a lo peor, ninguna buena.
Saludos, y un abrazo.
Que dificil, Luis Antonio, tener que hacer lo que debes cuando lo que te gustaría hacer es lo que quieres.
ResponderEliminarYo pensé que con la llegada de los años ya no tendría que elegir pero me equivoqué, porque cuando elijo hacer lo que quiero luego me siento mal de no haber hecho lo que debía. Un beso Lola
La duda entre el bien y el mal es tan antigua como el ser humano. Y en ello seguimos. Yo también dudo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué lío, la vida.
ResponderEliminarAfortunadamente no se deja de aprender ...intervienen los errores.
Un saludo.
A enletrasarte(Omar):
ResponderEliminarGracias por confirmarme la realidad incuestionable de este eterno dilema.
Un abrazo
A Elperroverde:
Nos ponemos...¡eh!
Saludos cordiales,
A Marinel:
¿Queda espacio en tu isla ara un desnortada?
Un abrazo
A Antón de Muros:
ResponderEliminarSi no tuviéramos dudas pecaríamos de vanidad...todavía más.
Un abrazo
A V (Vero):
Si no hubiera distancia entre ambas opciones, no habría dilema. Complicado en grado sumo aunque en circunstancias y ocasiones muy concretas,
Besos, Vero
A Antonio H. Martín:
Afortunadamente en muchas ocasiones coincide el querer con el deber... Pero en otras...la cosa se complica y de qué manera...¿eh?
Mientras tanto, viviremos todo lo que seamos capaces...
Un abrazo, Antonio
A Novicia Dalila:
ResponderEliminarCuando son compatibles no hay dilema. Y cuando no lo son, difícilmente se pueden conjugar. Ahí está el problema.
Besos, Novicia
A Fer:
Lo de ser adulto no siempre resulta grato, ¿eh?
Si me pasara todos los días... no sé. Afortunadamente los dilemas complejos son esporádicos...
Lo de la rosa era por la celebración de Sant Jordi en Cataluña, pero parece ser que ha llegado tarde.
Un abrazo, Fer
A desastre manifiesto:
Un placer volver a gozar de tu presencia.
Sabio filósofo, ese...
Saludos
A María:
ResponderEliminarY también de aciertos y convicciones... Afortunadamente.
Besos
Al Dr. Krapp:
Tienes razón en lo del disfraz, pero me sorprende que no creas en ellos porque haberlos haylos...¿Te cuento el que más me atormenta?
A De cenizas:
¿Hay formulas? Pásame la chuleta...
Un abrazo
A Angie:
ResponderEliminarPero son tan escasos los puentes....
Besos y abrazos. Faltaría más...
A Pedro Ojeda Escudero:
Sobre todo según cuáles, ¿no?
A Carlos Galeón:
Haces una disertación magnífica que me confirma más, si cabe, en lo que pienso...Aunque algunos no tienen este problema, como mi gran amigo, el Dr. Krapp.
Un abrazo, Carlos
A Lola:
ResponderEliminarCreo que lo llegada de los años, estos problemas se relativizan más, ¿no?
Un abrazo
A Miguel:
Si fuera eso, sería más fácil. Sobre todo cuando tienes claro qué es el bien y el mal...
A veces se trata de elegir entre un bien y otro, pero cuya elección pueden acarrear un mal para uno mismo o para los demás...Un lío, vamos...
Un abrazo
A Tesa:
Los errores, dicen, nos enseñan. Pues yo no me creo tan listo...
Un abrazo
SIN LUGAR A DUDAS, se lo que tengo que hacer pero no tengo ganas..1,2,3,4,5,6,7.............
ResponderEliminarCreo que los seres humanos somos frágiles y nos sentimos desamparados casi siempre por culpa de vivir en esa duda permanentemente...por eso a veces me la salto o la hago desaparecer ¿sabes cómo? convenciéndome a mi misma que sólo haciendo lo que deseo, estoy haciendo lo que debo ¿has visto que bien se me da la magia potagia? :-)
ResponderEliminarUn beso LUIS ANTONIO
Y... gracias, sin duda eres un cielazo :))
A dapazzi:
ResponderEliminarPues a mí suele faltarme la sabiduría... Ya ves.
Saludos
A María:
Nadie me había llamado "cielazo" hasta que lo has hecho tú. Hoy "el cielo y la tierra me sonríen"...
Siguiendo tu consejo, te enlazaría por la cintura - ese es mi deseo - pero de momento me conformaré con enlazar tu bitácora. Que no es poco...
Besos, sirena
Hay que evitar llegar a ese balance, resistirse a esa conclusión que acaba en la desesperanza o en el nihilismo.¿Y después qué? ¿No se trata, en el fondo, de una especie de callejón sin salida, de un círculo vicioso en perjuicio de quien se encuentra sumergido en él?¿Porqué llegar a ese dilema cuando lo que se desea y lo que se debe hacer pueden ser perfectamente compatibles, a poco que uno se esfuerce en ello? Cualquier cosa menos la sensación de orfandad. Un abrazo, Luis.
ResponderEliminarA Fernando Manero:
ResponderEliminarEl problema radica cuando ambos no son compatibles, claro.
Qué alegría volver a disfrutar y a aprender de tus palabras, Fernando.
Un abrazo