El aforismo griego, “Conócete a ti mismo”, que estaba inscrito en el frontis del templo de Apolo en Delfos (1) pretendía orientar a los seres humanos a que explorasen su realidad interior. Recuerdo que en clase de Filosofía nos animaban a ponerlo en práctica para, mediante el propio conocimiento, poner fin a los males que nos acosaban y alcanzar la anhelada plenitud. Aunque intenté llevarlo a cabo, tengo que reconocer que fracasé rotundamente porque se trata de una tarea ímproba que si sirve de algo es para poner de manifiesto las propias limitaciones, prejuicios, miedos e inseguridades. El alto nivel de autoexigencia, más que de condescendencia, que nos aplicamos algunos a nosotros mismos propicia que el nivel de autoestima, modesto de por sí, quede bajo mínimos...
Después de esta fallida experiencia, impropia de esa edad, uno ha preferido perderse en realidades exteriores que distraen y divierten, pero que de ninguna manera llenan el vacío existencial que queda en las entrañas.
Pasados los años uno va superando esa etapa egocéntrica, cambiante y quebradiza, hace algún que otro ejercicio mesurado de introspección y se va conociendo y aceptando, con más o menos resignación, en todas sus carencias que, bien llevadas, hasta pueden agudizar el deseo de aprender y de luchar... El compromiso con este propósito y con el entorno pueden contribuir a nuestro desarrollo personal y a una trasformación interior de carácter espiritual que ayude a vivir la vida.
De todas formas la dificultad de llegar al conocimiento de uno mismo, más en la juventud que en la supuesta madurez, es evidente. A mí me ha serenado bastante saber que en la lejana China y en la misma época que los griegos escribieron dicho aforismo en su templo, Lao Tsé, autor del Tao Te King, libro de la sabiduría, escribía: “Quien conoce a los hombre es sabio; quien se conoce a sí mismo es un iluminado”
Y llegados a este punto, y obviando más circunloquios, quiero manifestar, y esto lo hago con bastante convicción, que es un error tratar de conocerse a uno mismo a través de uno mismo. Lo que manifiesten los demás de uno mismo - por delante y sobre todo por detrás - no puede caer en saco roto. Creo. El problema es disponer de esa información, saber dimensionarla en su justa medida y conjugarla con la generada por uno mismo...
(1).- Hay quienes lo atribuyen a Sócrates
En un mesón del pueblo en que vivo, hay un cartel de esos de azulejo, con la inscripción: "Conócete - Acéptate - Supérate".
ResponderEliminarMe gustó.
Un saludo, Luis Antonio.
PD.- siento lo de tu otro blog.
A Antonio H. Martín:
ResponderEliminarSi la comida está al mismo nivel, tendrás que facilitarnos la dirección de dicho mesón.
Gracias por tus palabras, Antonio.
Saludos
Muy buena reflexión, Luis. Yo creo que la clave está en la madurez que se va adquiriendo con los años y las diferentes etapas por las que vamos pasando. Ni más ni menos. Otra cosa es que las circunstancias personales de cada uno le hagan madurar aceleradamente o le mantengan en la eterna adolescencia en la que algunos viven...
ResponderEliminarBesos, Luis
Conocerse a sí mismo/a es difícil, ni siquiera sabemos muchas veces como reaccionaríamos ante algunas circunstancias.
ResponderEliminarEs mejor escuchar las opiniones de los demás (lo q dicen por delante y por detrás), lo que pasa que en mi caso no aciertan nada, es lo malo de dar una apariencia distinta a como soy realmente.
Besoss
Tan subjetiva es nuestra opinión como la de los demás. El frontis del templo no era lo suficientemente amplio para que cupiera el aforismo completo: "Conócete a ti mismo...y acéptate" :)
ResponderEliminarun abrazo
Yo en las clases de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos en segundo de ESO, trato este tema, el de conocerse a sí mismo. Y hay un apartado que es el de definirse como es uno física y temperamentalmente. Pues bueno, eso es lo que peor llevan. No saben describirse. No sabes si son guapos o feos, inteligentes o torpes etc. Se limitan a decir: mi madre dice que soy... o los profesores dicen que soy...
ResponderEliminarLa verdad es que es difícil, muy difícil, conocerse a sí, mismo. Los adultos nos manejamos por lo que nos dicen o por los resultados de lo que hacemos, y a partir de ahí mantenemos una idea de lo que realmente somos.
Un abrazo.
Solemos tener una imagen distorsionada de nosotros mismos.
ResponderEliminarNuestra gente cercana, podría describirnos mejor.
Supongo que se debe a que siempre nos atribuimos más cualidades positivas que defectos: somos maravillositos, todos.
El error de base es que la gente confunde conocer(se) con juzgar(se). El conocimiento no implica un juicio, o una valoración o una evaluación. El conocimiento pretende saber para entender, para comprender, para aceptar las cosas tal cual son sin supersticiones ni prejuicios, tal como escribía Antonio H. Martín, aunque discrepe con lo de la superación. Cualquier superación es una huida hacia un futuro que solo existe en nuestra cabeza y que nos exime de cambiar la vida en el presente.
ResponderEliminarNos aterra el autoconocimiento porque insistimos en juzgarnos en vez de aceptarnos. Le damos importancia a lo que piensan los otros porque en ese juicio que nos hacemos quedamos mal librados y pretendemos que la mirada ajena nos redima de nuestras penas. En ese constante escape de nosotros mismos puede estar la razón de nuestro constante malestar.
La mirada de los otros nunca es objetiva, también está cargada de prejuicios y valoraciones personales, como dice el Dr. Krapp. Qué dificil separar conocimiento y juicio, cuando a todo se le asigna un valor.
ResponderEliminarEl conocimiento de uno mismo es algo íntimo, alejado de los demás. Algo para lo que no estamos preparados en una sociedad que vive hacia afuera, de apariencias y donde hay tiempo para todo menos para mirarse uno mismo.
Sin embargo entiendo la superación como cambio, no como huida.
En un cursillo de ventas (Marqueting lo llamaban) escuche esta cita:
ResponderEliminar"No hay substituto para el conocimiento exacto. Conócete a ti mismo, conoce tu negocio, conoce a tus hombres."
He de reconocer que conozco a mis hombres, conozco mi negocio pero cada vez voy mas "despistado" conmigo.
Me gusta esta reflexión porque intento todavía saber quién soy y como soy. Antes no me preocupaba el tema porque yo, en realidad, era muy poca cosa, pero con el paso de los años, de muchos, muchos años, mi ego me acompaña a todas partes. ¡Ay Luis Antonio! y es porque me considero yá una persona válida y que entiende más o menos la vida y eso hace que me guste a mí misma. Pero es posible que sólo sea todo una mirada a mi obligo. Un abrazo Lola
ResponderEliminar¡Qué razón tienes!
ResponderEliminarA Novicia Dalila.
ResponderEliminarAlguna contrapartida ha de tener cumplir años, ¿verdad?
Besos, Novicia
A Vanessa:
ResponderEliminar¿Y por qué aparentas lo que no eres? ¿Acaso no te aceptas? Problemas de juventud que se curan con los años. Fijo.
Besos
A De cenizas:
ResponderEliminarAceptarse es la decisión más sabia y eso no está reñido con intentar mejorar...
Un abrazo
A Miguel:
ResponderEliminarQuizás por esa dificultad se diga que quien se conoce a sí mismo es “un iluminado”
Un abrazo
A Tesa:
ResponderEliminarTambién los hay, y no son pocos, los que se atribuyen todas las limitaciones, por no decir defectos, del mundo...
Un abrazo
Al Dr. Krapp:
ResponderEliminarEs difícil desligar el conocimiento de la valoración...
Para mí, la superación es evitar al máximo la repetición de errores.
Dices que “en ese juicio que nos hacemos quedamos mal librados”. Tesa, entre otros muchos, piensa lo contrario. Lee su comentario.
La duda que uno tiene es, quién es más sincero: el que te adula o el que te critica a espaldas... Posiblemente no haya que hace mucho caso a ninguno de los dos.
A Angie:
ResponderEliminarAunque sea una tarea difícil, creo que es importante intentar aproximarse, al menos, un poco al autoconocimiento.
Estoy de acuerdo con tu concepto de superación
Besos, aunque tú no me los des
A Groucho:
ResponderEliminarSuele ocurrir que, a veces, lo más próximo resulta ser lo más alejado...
No te preocupes, pasa en las mejores familias...
A Lola:
ResponderEliminarTe gustas porque te aceptas tal y como eres. Y además has mejorado con el tiempo. Es la clave. Te felicito por la sabiduría que manifiestas y la lección que nos das. Tomo apuntes.
Un abrazo
A Joselu:
ResponderEliminarCasi prefiero que me lleves la contraria. Al menos, en ese caso, aportas argumentos...
Hola Luis Antonio,
ResponderEliminarMe parece muy interesante tu experiencia de auto conocimiento... Para mi el auto conocimiento es una tarea trascendental, una actividad que necesitamos realizar siempre, pues cada vez que creemos que ya nos conocemos, nos damos cuenta que aun nos falta mucho por conocernos.
El conocernos a nosotros mismos nos permite transformarnos y que se exprese nuestro ser interior que considero que es el ser verdadero.
De acuerdo a mi experiencia, el auto conocimiento, es uno de los habitos mas trascendentales que he aprendido a realizar y que me gusta compartir con el proposito de ayudar a las personas a sentir esta bella experiencia. He podido darme cuenta, ademas, que es el primer paso para alcanzar la prosperidad, paz interior y felicidad.
Un abrazo.
Fortuna.
Gracias, Fortuna. He visitado tus espacios y he podido comprobar que eres una experta profesional de estos temas. Te deseo muchos éxitos.
ResponderEliminarUn abrazo