sábado, noviembre 19, 2011

MÉXICO: EL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS, TODOS LOS SANTOS Y EL DÍA DE LOS MUERTOS



Cartel: El Día de los Muertos


Mercadillo    
                                                                                                                                

Altar con ofrendas



En algunos cementerios exhuman los cadáveres a los siete años y exhiben los restos.


Vuelvo a publicar esta entrada por segunda vez.  Si algo me impresionó de México (2011) fue la experiencia de vivir El Día des los Muertos in situ. Me consta que la mayoría de los amigos ya dejaron en su día sus respectivos comentarios. Huelga decir que están exentos de volver a hacerlo. Gracias por vuestra comprensión... 

Mi estancia en México ha coincido con una de las celebraciones más singulares de este extenso y variopinto país, El Día de los Muertos. México es un país rico en cultura y tradiciones. Uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ella. Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido y no por el comportamiento en la vida.

Cuando llegaron los conquistadores a América impusieron sus celebraciones como es el caso del Día de Todos los Santos en el que se recordaba a los muertos. Al convertir a los indígenas del Nuevo Mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones católicas europeas y las prehispánicas, haciendo coincidir las festividades del Día de Todos los Santos con la fiesta similar mesoamericana, creando lo que ahora se llama Día de los Muertos.

En el estado de Oaxaca se celebra esta fiesta de manera singular y tuvimos oportunidad de palpar el ambiente en las vísperas de estas fiestas, pero fue en San Cristóbal de las Casas (Chiapas), una de las ciudades más bellas por su armónica composición urbana y la mezcla de estilos colonial e indígena, donde viví y disfruté intensamente de este acontecimiento festivo. Reitero lo de festivo... Creo que el poeta y ensayista Octavio Paz sintetiza, como nadie, el significado de esta fiesta:

“El mexicano está familiarizado con la muerte, se ríe de ella, la acaricia, duerme con ella, la festeja"

No es lírica, es la realidad expresada con pocas, pero certeras palabras. La celebración de El Día de los Muertos tiene un carácter eminentemente festivo y familiar,  fruto del mestizaje, como expresaba anteriormente,  entre los rituales indígenas y la liturgia de la religión impuesta por los conquistadores. La animación bulliciosa y abigarrada de los mercados durante los días que preceden a estas fechas auguran que algo gordo se está preparando. Esqueletos que realizan tareas cotidianas - elaborados con  azúcar, papel maché, azúcar, latón, madera, arcilla, hueso -  panes especiales, caléndulas o flores de los muertos, juguetes, velas e incensarios, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños, aroma de cempasúchil, la flor naranja de esta festividad. estampas, catrinas (la gran dama de la Muerte, doña Catrina, siempre elegante con sus trajes largos y sombreros sofisticados), ataúdes con inquilino incluido, fantasmas de caramelo, monjes espectrales, piruletas calacas... Muchas de estas cosas se colocan en los altares junto a retratos de los difuntos.   Los colores vivos de toda esta suerte de objetos tiñen los altares y las tumbas. Las figuras elaboradas con azúcar están a caballo entre lo macabro, lo pintoresco, lo artístico y lo humorístico...

Las noches que transcurren entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre son por lo general períodos de velación que se destinan a entonar himnos y plegarias. Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre y las almas de los adultos regresan el día 2. Las familias se reúnen al pie de los altares con ofrendas florales, comidas, bebidas, velas e incienso que han montado en sus propias casas y convocan mediante palabras a los familiares que han fallecido en años anteriores, con el fin de que acudan a los hogares para recibir las donaciones. Se cree que los muertos se llevan las esencias y el aroma de las ofrendas que los vivos consumen después. Los muertos poseen una característica ambivalente que condiciona a los vivos. Por un lado son agradecidos y retribuyen con creces las ofrendas, pero por otro se presentan como seres un tanto envidiosos y rapaces ante la vida que perdieron. Las ofrendas constituyen una obligación ineludible de sus descendientes porque el incumplimiento podría acarrearles desgracias. De la misma manera que es obligado colocar ofrendas sobre el altar para que las almas de los difuntos acudan a las casas, los familiares deben corresponder con sus visitas a los cementerios. Por esta razón, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, los cementerios se convierten en centros de reunión de las familias y en las tumbas, profusamente decoradas, se comparten bebidas y alimentos. Las plegarias y melodías musicales del gusto de los difuntos se suceden a lo largo de estos días y noches. Algunos, con más medios, contratan a mariachis o conjuntos musicales que interpretarán sus sones en pleno cementerio.

Desde la época prehispánica hasta la actualidad, las celebraciones anuales de los muertos han constituido un momento privilegiado del encuentro de las personas con sus antepasados y con los miembros integrantes de la comunidad. Seres reales y almas conviven con naturalidad. Curioso, ¿no?


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33 comentarios:

  1. Pues sí q es curioso, y mucho más curioso y sorprendente tiene q ser ver todo eso en persona!
    Deberíamos tomar ejemplo y celebrarlo de la misma manera, no tiene por qué asustarnos tanto el tema de la muerte, porque es parte de la vida.
    Seguro que ha sido un viaje precioso y sorprendente!
    Besoss

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  2. De las circunstancias en que me gustaría haber hecho un viaje a Mexico, no me cabe duda de que esta ocasión sería la que más me atraería, el viaje que has llevado a cabo tú en plena fiesta de los muertos. Es lo que más me atrae de Mexico. Cuando anunciaste que te ibas no sospechaba que iba a coincidir con estas fechas. Una coincidencia seguramente buscada y que muestra tu sentido de la oportunidad. Un viaje fascinante a tenor de la crónica que haces de él. Gracia por compartirlo.

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  3. Si compañero, los mejicanos son -como decirlo- supersticiosos respecto a la muerte.
    En mi país, el día de los muertos (2 de noviembre) es cual un velorio, no se trabaja, no hay fiestas, ni bailes, de joven odiaba ese día por lo aburrido.
    saludos para vos

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  4. Curioso y muy interesante. Las culturas que festejan la muerte me fascinan. Una calavera de colorines me gustaría tener en mi casa. La vida y la muerte pasean juntas y a mí me atrae el tema porque no tengo ningún tabú en cuanto a la muerte se refiere. Ni tengo miedo tampoco. Cuando me llegue, no te quepa duda de que la estaré esperando. Un abrazo Lola

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  5. No sólo en México... En muchos paises de América central y de Sudamérica hay esa mezcla de respeto, familiaridad y superstición con respecto a los muertos.
    El primer cuadro es fantástico. Me encanta.


    Un beso, Luis.

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  6. Somos nosotros los que nos hemos equivocado al dejar de convivir con la muerte...
    Excelente entrada sobre tu viaje. Espero más.

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  7. A mí estas cosas me dan mucha grima, sea cual sea el enfoque.

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  8. Las culturas precolombinas de lo que hoy es México ya tenían ese gusto por todo el tema funerario vinculado en muchas ocasiones al canibalismo. Recientemente he tenido la suerte de ver en Caixa Forum de Madrid una exposición donde se revela esa predisposición, incluso en la época de los legendarios Olmecas. Tirando para casa diré que en Galicia el culto a los muertos es un pilar básico en nuestra cultura tradicional y se puede contemplar en muchos lugares. Por ejemplo, en la disposición arquitectónica de los cementerios, en las romerías o en nuestras leyendas de tradición oral.

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  9. No conocía este festejo de la muerte en Mexico. Me ha encantado. Hoy aprendí mucho contigo. Un abrazo.

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  10. A Vanessa:
    Todos los viajes son enriquecedores. El de México ha respondido a las expectativas que tenía, pero puestos a buscar aspectos envidiables de este país, me quedo con la relevancia que se da a la familia. Me atrevería a decir que para la mayoría de los mexicanos la familia es la institución en la que más creen y a la que más se entregan.
    Besos, Vanessa

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  11. A Joselu:
    Esta época es buena porque ya no coincide con la de las lluvias, los huracanes son escasos, la temperatura es más suave y, por si fuera poco, coincide con la celebración mencionada. Pero no siempre estamos en situación de poder elegir las fechas... Te confesaré una cosa, tenía más interés por visitar Chiapas que por vivir La Fiesta de los Muertos.

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  12. A enletrasarte(Omar):
    Lo de la superstición mexicana está muy presente en infinidad de detalles. Eso demuestra la relevancia que todavía tiene la cultura mesoamericana en la vida contemporánea. Naturalmente, México es muy variado en todas sus manifestaciones
    Saludos, amigo

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  13. A Lola:
    Asumir la muerte y no darle el tono dramático que se acostumbra está bien, pero el culto a los muertos de los mexicanos no es sólo por razones afectivas sino también por interés un tanto egoísta.
    Un abrazo

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  14. Admiro, y me gusta esta cultura de los muertos mexicana. Los de aquí tenemos mucho que aprender de ellos. No me gusta el carácter tétrico y trágico de la muerte que nos han inculcado en esta nuestra cultura. En cambio allí parece que la muerte es algo con lo que se convive, y por eso, mejor llevarnos bien con ella.

    Un abrazo.

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  15. Me encanta esa convivencia .. mucho más normal que la nuestra tan estirada..

    Un saludo

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  16. A Novicia Dalila:
    Tienes razón, esa celebración no es exclusiva de México. Y las raíces, sin duda, están en las culturas precolombinas.
    Besos, estimada Novicia

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  17. A Pedro Ojeda Escudero:
    Gracias por tus palabras. Seguiré escribiendo sobre México, pero alternándolo con otros temas.

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  18. A Tesa:
    Si vivieras una experiencia de este tipo, cambiarías de opinión. Fijo.

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  19. Al Dr. Krapp:
    También visitamos la tierra de los olmecas. Me refiero, en concreto, a Tuxtla, Campeche y San Lorenzo de Tenochtitlán. La complejidad caracteriza a los templos que construyeron, inventaron un sistema de escritura, el juego de pelota mesoamericana (con fines religiosos), un tipo de calendario, se organizaban en ciudades-estado... Otra característica de su cultura es que todo lo que les rodeaba tenía vida, ríos, barrancos, montañas... Las montañas eran el vínculo entre la tierra y el cielo. Posiblemente su cultura sea la madre de todas las posteriores mesoamericanas.
    No sabía que en Galicia se viviese ese estilo de culto a los muertos...
    ¡ Cómo presumes de singularidades...!

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  20. A Alma Mateos Taborda:
    Gracias por tu visita y por tu comentario. Alma
    Un abrazo

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  21. A Miguel:
    Incluso los cementerios de nuestra cultura católica están rodeados de muros y en las afueras de los pueblos. Eso no contribuye a facilitar el acceso. Los protestantes, sin embargo, los ubican en parques abiertos...al menos en USA.
    Un abrazo

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  22. A Estrella Altair:
    “Estirada” y distante. Tienes razón.
    Un abrazo

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  23. Lo que más me gusta es la costumbre de ir al cementerio a comer y a beber junto a la tumba del muerto. Ojalá eso pudiese hacerse aquí. Me encantaría ir a tomarme una birra con mi padre. Es una tontería porque en su nicho sólo hay una caja con huesos, pero la idea me gusta.

    Recuerdo un día que estábamos cenando y no sé cómo salió el tema de la muerte, pero el caso es que mi madre dijo: pues yo, cuando me muera, al cementerio y punto, nada de cosas raras de estas de hoy día. Yo le dije: pues yo, prefiero que me incineren. Manías. Y mi padre, que andaba escuchando atento el hombre, se calló por minuto y después dijo todo serio: pues el día que yo me muera, me preparáis una fiesta, así me dáis una sorpresa. Nos miró a mi madre y a mí, y empezó a descojonarse de la risa, y yo con él :D Mi madre le dijo: ¡pero mira que eres bruto a veces! jajajjaja ay... qué bueno fue. Así que te digo, no me importaría darle la sorpresa así. Aunque no tenga sentido. Como para mí lo tiene, pues como todas esas personas que acuden al cementerio a celebrar, imagino.

    Me gusta esto de que sea una fiesta alegre, no como aquí, que es el horror, uf.

    Un besote, Luis Antonio.

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  24. Curioso, sí, y bastante más divertido que nuestra celebración tradicional de esos días.

    Saludos y gracias por tan interesante artículo.

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  25. A V (Verónica):

    Poder mantener una conversación a nivel familiar, tan desenfada como la que nos describes, sobre dicho tema es un auténtico progreso. Lo normal es guardar silencio y distancia...

    Un abrazo, Vero

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  26. A Narci:

    Conocer culturas diferentes a la propia siempre resulta enriquecedor.
    Gracias por tu visita, Narci.
    Un abrazo

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  27. Pues si enlazo esta entrada tuya con la posterior a la misma... ese concepto de "tiempo" cobra aquí, una importancia relevante...

    Porque si son ciertas las últimas tendencias de la Física, que apuntan a que el tiempo es una colección de "simultáneos", prescindiendo de esas tres "entelequias" y creaciones humanas de pasado, presente y futuro... que no es más que una forma que hemos creado conveniente a nuestra "percepción" de ese concepto. Una forma de organizarlo pero subjetiva y por lo visto errónea... esa fiesta y su significado cobran un alcance distinto y realmente "prometedor" ¿no?
    En fin... lo has explicado que dan gamas de irse "pallá" a disfutar de todo ese colorido que transpiran tus letras. Me gustan tus viajes.
    Otro abrazo.

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  28. A cristal00k:

    Me superan estos temas, pero tengo tanta confianza en tu solvencia científica que doy por bueno todo lo que dices porque, a decir verdad, tiene su ¿lógica?

    Lo de ir "pallá" hay que pensarlo dos veces. Aunque no fui testigo de ningún tipo de violencia, aquello está que arde...

    Abrazos, estimada amiga

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  29. Muy interesante el tema. Como a Novicia, me encanta la imagen primera, la muerte vestida de color, desprendida del tétrico negro fúnebre. La muerte preciosa. Nos choca mucho todo aquello relacionado con la muerte que contrasta con nuestros propios rituales. Yo me sorprendí mucho cuando, estando en Inglaterra, una compañera del cole en que trabajaba comentó que iban a celebrar el funeral de su padre en el mismo hotel donde ella se había casado.

    Supongo que estas celebraciones tienen mucho de superstición, de intentar congraciarse con la incógnita de esa situación que en algún momento tendrá la batalla ganada sobre nosotros.

    Sí recuerdo haber estado en casa de mi cuñada mejicana por esas fechas y, efectivamente, pone velas y otras cosas por la casa al lado de las fotos de sus seres queridos. Lo celebra como puede, los tiene tan lejos. ¿Y sabes también qué? La Navidad. Es ella quien decora la casa de mi madre. Desde que está ella, la Navidad es visible desde antes, le gusta que se note.

    Muchos besos.

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  30. A Angie:
    Me gustaría saber qué opina tu cuñada de este asunto. Como mejicana que es, seguro que tiene una visión muchísimo más acreditada que la que yo he expuesto. La visión del turista siempre es sesgada...

    Besos, Angie, muchos

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  31. A ver si tengo un ratito y platico con ella, ya te contaré.

    Besos.

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  32. Luis Antonio se recíproco mi blog es: www.http://conmispropiaspalabras54.blogspot.mx/ soy paisano de Patricia Veasey...saludos

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