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LLEGAR HASTA EL FINAL TIENE PREMIO
Una imagen muy muy tierna la que compartes con y que hace sentir emociones, me ha encantado.
ResponderEliminarAunque también hay casos extremos, mismamente, el otro día escuché en las noticias que un perro mordió a un niño de 4 años en el rostro, y también hay más casos parecidos, por lo que, creo que no es recomendable que los niños estén solos con los animales, a no ser que estén en compañía de un adulto.
Un beso.
A mí, por lo menos, sí.
ResponderEliminarMuy tierna!
ResponderEliminarEsto demuestra que las cosas pequeñas a veces sirven para hacer cosas grandes.
Besitoss!
Pues sí. Ternura pura.
ResponderEliminarNada que ver con la noticia de estos días pasados, en que un perro se cargó un bebé en Toledo, aun en los brazos de su abuela.
Los perros son lo que se les educa.
Claro amigo, es lo que yo llamo, la poesía escrita con la sencillez de 'soloexistir'
ResponderEliminarAbrazo
así es,con que ternura la mira el perro.
ResponderEliminarun saludo
Marian
Más que tierna. La pureza y honestidad de un niño con la lealtad y el afecto de un perro.
ResponderEliminarInmejorable suma de valores.
Un abrazo
Entrañable. La criatura, toda decidida, parece que lleva las riendas, eso sí, bajo la vigilante mirada de su fiel protector. Un encanto.
ResponderEliminarBesos.
La fiel perra se deja llevar y protege al bebé. Sobre esa noticia del perro que ataca un niño, debo de decir que son perros a los que han castigado y educado para atacar y cuidar una casa que normalmente está cinco días a la semana vacía, y el perro solo. Esos perros han sido tratados con crueldad, y quienes deben de pagar por ello son los dueños, que así lo hicieron.
ResponderEliminarHermosa foto.
Un abrazo.
Es curiosa, me recuerda al vaquero cuando después de una dura jornada en el desierto lleva el caballo a las caballerizas antes de tomarse un trago en el saloon.
ResponderEliminarLo malo son esas ropas ¿quién ha vestido a ese niño de diana del tiro al plato?
es un sol tiernisimo!!
ResponderEliminarun abrazo
Es una imagen entrañable, efectivamente. La voluntad de la niña es más grande, mucho más grande que el perro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo tuve uno de esos cuando era una enana... claro que estoy pensando que quizás era él, el que me "tenía" a mí... En fin! la imagen es de una ternura total.
ResponderEliminarKrapp:
no estás al día para nada en cuanto a atuendos infantiles. Esa niña, va divina de la muerte!!!
Sieeejjjqueeee
A TODOS:
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. En estos momentos de aciagos avatares y horizontes plenos de niebla, estas imágenes tiernas y plenas de candor...te reconcilian con la vida y te hacen esbozar una sonrisa...
Prácticamente en el mismo camino, infancia y fidelidad, mansedumbre e inocencia. Todo se mezcla en ese pálpito.
ResponderEliminarA Fermín Gámez:
ResponderEliminarEstas dos palabras tuytas describen fielmente la imagen; "mansedumbre e inocencia"
En este caso no tendría mucho que añadir a lo que te dice Fermín, salvo que si tuviera que elegir, me quedaría con la imagen, habla por sí sola, y tu haikú, siendo hermoso, no llega a hacerle justicia. Imposible concentrar tanta emoción en 17 moras o menos.
ResponderEliminarBesos