Tras prolongada ausencia retorno al pueblo que me vio nacer y que siempre he llevado en la maleta del alma. Confusas sensaciones perturban mi ánimo cuando paso a paso pretendo acercarme a aquella puerta del amor perdido. ¿Perdido o soñado?
Camino como furtivo, mirando a uno y otro lado, pisando mi propia sombra por las angostas callejuelas de siempre, empinadas y rústicamente escalonadas. El tiempo, tan voraz con las personas, parece haberlas ignorado. Todo sigue igual. En apariencia...
Temeroso de que alguien reconozca el vigor de antaño en este cuerpo ajado por tan larga ausencia. Temeroso de que alguna mirada, oculta tras visillos amarillentos, vislumbre el fulgor de otros tiempos en estos ojos cansados y aplomados por el poso triste que dejan los miles de soles y de lunas contemplados...Temeroso, a mi pesar, sigo subiendo escalones y mirando a hurtadillas.
En mi cansina ascensión todo parece cobrar vida en mi memoria, en mis afectos, acaso en mis sueños: aromas rancios de los húmedos zaguanes, de los viejos porticones con picaportes oxidados y gateras cegadas ya en desuso, de las celosías repintadas con desgana, de las plantas desparramadas desde parterres de colores absurdos, de los viejos corrales interiores con gallinas mudas, de los faroles apagados, de las chimeneas sin humo, de las cornisas de maderas podridas y tejas enmohecidas que amenazan desprendimientos... Todo parece cobrar vida a pesar del silencio.
Mi voluntad, cada vez más frágil, me arrastra hacia el pasado, pero mis cansinos pasos siguen ascendiendo con pesar por los estrechos callizos de siempre en busca de la puerta que encierra al amor perdido. ¿Perdido o soñado?
Sonámbulo, confuso y sin norte, me extravío de puro cansancio. Sé que existe aquella puerta del lejano amor adolescente, pero no sé si volveré a revivirlo porque las escasas certezas que me restan de si es un amor perdido se están resquebrajando. ¿Acaso era soñado? No sé.
Me ha gustado muchísimo el relato Luis Antonio. Me pareció que yo mismo revivía ese antaño, en un entorno bien distinto, pero con sentimientos calcados.
ResponderEliminarTe agradezco el momento vivido leyéndote.
Un abrazo.
Esos sitios que se mantienen invariables al paso del tiempo nos recuerdan lo mayores que somos.
ResponderEliminarMuy buena redacción, un texto precioso. Leyéndolo me viene a la cabeza algo triste, y es que el espacio que acogió mi niñez en la ciudad del Ebro ha desaparecido por completo. Sólo está lo que queda en mi memoria y que no puedo compartir con nadie. También hubo allí un amor a los cinco y seis años que nunca he logrado olvidar. Pase lo que pase, siempre estará allí aquella niña que me consolaba en tardes de desdicha, que junto a ella eran menos tristes. En el fondo es algo precioso haber podido como tú volver a las calles y casas y rincones en los que transcurrió la niñez. En todo caso la vida es una sucesión de estaciones por las que no volveremos a pasar, y si fue sueño o no, ya es indiferente.
ResponderEliminarExcelente post, Luis. Excelente prosa poética. Espero lo compartas con nosotros en Aliaga a finales de mes. Un abrazo, José María
ResponderEliminarPreciosa fotografía y texto incluido Luis.
ResponderEliminarLos recuerdos nos persiguen allá donde vamos y si es donde nacimos los recuerdos se hacen vívidos como el ayer fuera el hoy.. sin darnos cuenta del tiempo transcurrido inexorablemente.
Espero que lo pases genial en tu Aliaga del alma.
Un beso y un abrazo fuerte mi querido Luis
Hermoso texto.
ResponderEliminarDichosos los que habiendo habitado en viejos pueblos inmunes al paso del tiempo pueden, al llegar a ellos, reencontrase con los viejos ambientes y aromas. Cuando uno nace y vive en un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera siente cierto desvalimiento cuando todo ha sido destruido y desmantelado. Ayer mismo vi como un grúa reventaba en pocos minutos una casa lindante con la que fue mía durante más de 30 años.
Un texto precioso. Preciso y emotivo. Mientras te leía, casi sin querer, mi mente chispeaba retazos de sueños de mi infancia. Y es que creo que no se vive, se sueña.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo regreso solo puede ser un sueño.
ResponderEliminarPoética entrada.
Al terminar con semejante interrogante, uno queda con cierta nostalgia...es que ya sabe de antemano la respuesta...
ResponderEliminarMuy bueno.
un gran abrazo
bucólico relato, evocador, nostálgico, sin duda los amores adolecentes crecen maduran y se mudan a otras estaciones del tiempo
ResponderEliminarun abrazo y buen jueves
A Jota Mate:
ResponderEliminarEres muy generoso, Jota Mate. Espero que cuando algo no te guste me lo expreses también.
Un abrazo.
A Tesa:
El tiempo no afecta a todos por igual, pero siempre deja huella.
Besos.
A Joselu:
Gracias, pero te digo lo mismo que a Jota Mate, cuando algo no te guste, no te lo calles. Todos podemos aprender de todos.
Hablas poco de tus orígenes aragoneses. Supongo que tus razones tendrás.
Buscar episodios del pasado, con la vana ilusión de revivirlos, es un empeño inútil y que sólo conduce a la frustración. Ya lo sé, pero...
Espero que estés pasando un feliz verano.
Un abrazo.
A JOSEMARCO:
ResponderEliminarGracias, José Mª. Si no hay novedad, estaré con vosotros compartiendo ese evento con ilusión, como cada año...
Un abrazo
A Lisebe:
Eres un sol y me gusta el calor que desprendes.
Feliz verano y un fuerte abrazo, estimada Lisebe
Al Dr. Krapp:
Gracias, amigo. Aunque mi identidad se pierde entre uno y otro pueblo y algún que otro rincón urbano, la verdad es que resulta gratificante volver a esos espacios que todavía conservan huellas de vivencias y sensaciones harto familiares...
A JOSEMARCO:
ResponderEliminarGracias, José Mª. Si no hay novedad, estaré con vosotros compartiendo ese evento con ilusión, como cada año...
Un abrazo
A Miguel:
Gracias, Miguel. Los de la misma o parecida generación tenemos muchas añoranzas comunes.
Un abrazo y feliz verano
A Pedro Ojeda Escudero:
Sólo es un sueño, pero no siempre están claros sus límites...¿verdad?
A Omar(enletrasarte):
Gracias, poeta. Eres muy generoso
Un abrazo
A elisa...lichazul:
Los amores adolescentes se podrán mudar a otras estaciones del tiempo, pero ya no serán iguales...
Un abrazo, amiga poeta
Me ha gustado muchísimo...
ResponderEliminarUn abrazo maño
A Mamen:
ResponderEliminarSi supieras la alegría que me depara saber de ti, te pridigarías un poco mås por estos medios.
Sé feliz, Mamen.
Un fuerte abrazo
A Mamen :
ResponderEliminarQuería decir "te prodigarías"
Ahora, un abrazo, maña.
Llego tarde a tu blog, estos días de verano y vacaciones intento tomármelo con más calma en el mundo bloguero.
ResponderEliminarUn bonito texto, Luis Antonio, aunque con cierto aire de nostalgia.
Un beso.
"Camino como furtivo", dices. No sé por qué nos aborda ese pálpito siempre que regresamos a nuestras raíces, a sitios donde hemos vivido, crecido o amado.
ResponderEliminarQuizás es ese sentimiento el que propicia la sensación de que todo es un sueño. O una pérdida. Sobre todo, esto último.
Un abrazo.
A María:
ResponderEliminarPretender recuperar el pasado es un sueño imposible, ¿verdad?
Me parece estupendo que sosiegues tu participación en estos medios durante las vacaciones. Así retomarás la actividad con más ímpetu cuando lo estimes oportuno.
Besos, María
A Fermín Gámez:
ResponderEliminarEs difícil de explicar, como bien dices, el porqué de ese temor cuando retornas a espacios que dejaron huella en la memoria y en los afectos. Quizás se trate de miedo...
Un abrazo
Ay, Luis Antonio, es que la maleta del alma, es la maleta del alma, lo que habrá dentro de la de cada uno y lo que seguiremos metiendo, nos guste o no, lo queramos o no.
ResponderEliminarTu texto me ha parecido emotivo, nostálgico y esperanzador, con la maleta del alma a cuestas pero siempre subiendo peldaños.
Muchos besos.
A Angie:
ResponderEliminarA veces dan ganas de mandar la dichosa maleta a hacer gárgaras. Subir peldaños con ella a cuestas se hace cada vez más arduo...
Muchos besos