

DESCRIPCIÓN: El Teatro Nacional de Cataluña (22.239 m2) es uno de los mayores hitos culturales de Barcelona. Fue creado a instancias de la Generalitad de Catalunya y encomendado su proyecto al arquitecto Ricardo Bofill. El TNT, junto al Auditorio de Rafael Moneo, responde a la necesidad de descentralizar los grandes equipamientos culturales para revitalizar la periferia de la ciudad. El edificio principal tiene una doble piel: la exterior totalmente acristalada y la interior de hormigón arquitectónico. El Vestíbulo, la Gran Sala y el escenario con sus instalaciones están cubiertos por un único techo metálico a dos aguas y sostenido por columnas de hormigón de estilo clásico. El Vestíbulo, gigantesco y transparente, parece una plaza pública climatizada con jardín interior, alberga las taquillas, el bar, las guardarropías, los accesos a la Sala Experimental, situada en la planta inferior. Un ascensor de cristal y dos escaleras mecánicas conducen al restaurante, desde el cual la vista abarca la totalidad del vestíbulo y el exterior del edificio. La Gran Sala , corazón del teatro, es de tipo italiano: una platea sin balcones con pendiente muy pronunciada que ofrece la máxima visibilidad. El escenario, de 40 metros de altura, permite mover los decorados horizontal o verticalmente, según las exigencias de la puesta en escena. Espacio acondicionado para albergar una gran orquesta. Dos volúmenes situados a cada lado del escenario albergan camerinos y locales técnicos, y el volumen posterior del escenario aloja las oficinas y la sala de ensayos. La diferencia de tratamiento de las dos salas vuelve a proponer el juego entre lo clásico y lo moderno: mientras en la Gran Sala (900 plazas) se han empleado el mármol griego y la madera de sicomoro, la Sala Experimental (400 plazas) presenta unos acabados más rústicos, andamiajes de mecanotubo y gradas móviles que permiten montar rápidamente cualquier tipo de puesta en escena. Un tercer espacio escénico se halla en la Sala Tallers (300 plazas). En el segundo edificio se encuentran los almacenes y los talleres de producción de decorados.
OPINIÓN: Obra excesivamente costosa, faraónica en su conjunto global y cicatera con los espacios entre filas y butacas que resultan incómodas y producen sensaciones un tanto claustrofóbicas, y la audición desde la fila 15 hasta el final deja bastante que desear a pesar del revestimiento de las paredes con maderas nobles. La programación y las injerencias políticas fueron conflictivas en sus inicios hasta desembocar en la dimisión de Flotats como director. El escenario y las espectacularidad de los montajes así como la visibilidad serían los aspectos más positivos. La asistencia de público a la Gran Sala es muy numerosa habitualmente. Ahora se está representando “La plaça del Diamant”, obra que dura más de 3 1/2 h. sin incluir los descansos y que espero ver, en compañía de toda mi familia, el próximo día 5 de enero.
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