PASQUAL MARAGALL: GRAN ALCALDE Y MEJOR PERSONA
Cuando escucho o leo la palabra alzhéimer, experimento una fuerte conmoción y evoco a una persona de la que guardo un gran recuerdo: PASQUAL MARAGALL, expresidente de la Generalitat y exalcalde de Barcelona, un político que supo trascender los corsés que imponen tan altos cargos institucionales para ser un personaje próximo a la gente. Su emocionante declaración de que sufría alzhéimer y que va a dedicarse ahora a la lucha contra esa enfermedad conmocionó hace unos años a la sociedad catalana. Pocas veces un personaje público había afrontado con tanta valentía y tanto sentido social el drama personal de la enfermedad.
En su etapa como alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall tenía por costumbre visitar los hogares de ciudadanos anónimos en los distintos barrios de la ciudad para conocer de cerca realidades diferentes a la suya. En ocasiones, se quedaba allí alojado varios días. Lo hizo, por ejemplo, en casa de la familia Pindado, en Verdum. La pequeña Lluna, de 8 años, relató en el colegio la ilustre visita, pero nadie la creyó. Así que al día siguiente fue el alcalde quien la acompañó hasta la escuela en el coche oficial.
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Durante sus etapas de alcalde, Barcelona experimentó la mayor y más positiva transformación urbanística del siglo XX gracias a las Olimpíadas de 1992. Su etapa como President de la Generalitat fue más polémica dadas las características singulares del tripartito que conformó su gobierno que no facilitó la coordinación y que desembocó en una crisis.
No puedo dejar de expresarlo: la Barcelona de hoy está a "años luz", en lo referente a convivencia y orgullo, de la del 1992
Sin duda ha sido el mejor. Era el alcalde de todos, no sólo de una parte de la población ciudadana.
ResponderEliminarCoincido totalmente con lo que expresas.
EliminarSaludos cordiales
Gran persona y buen político. Saludos
ResponderEliminarCelebro que estemos de acuerdo.
EliminarSaludos cordiales
Maragall es el mejor ejemplo del que tendrían que aprender todos los responsables políticos. Un verdadero hombre de estado. Mi admiración al gran político.
ResponderEliminarSaludos.
Veo que muchos estamos de acuerdo en valorar e tal personaje. Tal vez, irrepetible
EliminarSaludos cordiales
Cómo se ha venido todo abajo desde entonces.
ResponderEliminarSobre todo en Barcelona. Doy fe de ello
EliminarSaludos cordiales
Una persona carismática y que se preocupaba por escuchar distintas sensibilidades.
ResponderEliminarAbrazo, Luis Antonio.
Me alegra que coincidamos muchos en valorarlo tan positivamente. Se lo merece
EliminarAbrazos, Paco
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn el 92 toda España estuvo volcada con Barcelona (menos los idiotas de guardia, claro), la inmensa mayoría del país estuvo con Barcelona. Yo estuve ese año dos veces allí, mis primeras dos veces, me gusto mucho el ambiente que viví, mucho.
ResponderEliminarLas autoridades regionales de Cataluña, desde aquel "España nos roba" del miserable Artur no esta haciendo grandes cosas para suscitar simpatías, bien es cierto que yo separo a los catalanes de otros catalanes que no son supremacistas, que no insultan al resto del país, que no nos miran por encima del hombro y que no son tan imbéciles, pero el "machaque mediático" al que nos someten estos tipejos no generan simpatías para particulares y creo que tampoco para empresas.
Ese victimismo infantil y estúpido acompañado de esa supremacía moral e intelectual de la presumen esos payasos os hace flaco favor a la inmensa mayoría de ciudadanos.
Cataluña debe despiojarse de esa morralla ignorante y fanática que tergiversa todo en función de sus mezquinos intereses. En mi opinión, por lo menos.
De Pascual Maragall como alcalde no puedo hablar, como presidente regional no me gusto por sus alianzas (pero hablo desde fuera y sin haber seguido mucho su trayectoria, aclaro). Un saludo.
Recuerdo con nostalgia el 92 y lo que significó en su momento. Respecto al Maragall alcalde, solo se me ocurren elogios y añoranzas
ResponderEliminarSaludos cordiales
Merece este elogio y mil más.
ResponderEliminarSalud, Luís Antonio
Anna Babra