La opinión, con frecuencia, carece de rigor porque
está falta de información contrastada y
argumentos de peso. También es frecuente
confundir lo subjetivo con lo arbitrario, el escarnio con la sátira y la ironía
con la mala educación. Igualmente se censura con cierta intransigencia la diversidad
de criterios bajo el estigma de la superficialidad. Sólo aquellos que ejercen el razonamiento
incisivo y la palabra justa nos permiten acceder a una mirada saludablemente
crítica. Una mirada que glose, con inteligencia y sin cinismo, los lamentables
espectáculos éticos de nuestro entorno. Una mirada que nos ayude a combatir las
lacras y pesadillas del presente. A los que reclaman ejemplaridad pública,
quizás a contracorriente, les iría bien guardar un discreto silencio. Y
llegados a este punto...opto por callarme
Me sumo al silencio.
ResponderEliminarAbrazos
Cornadó
El silencio también puede ser expresivo. El problema es saber leerlo...
EliminarUn abrazo
Precioso.
ResponderEliminarMe encanta la poesia hace mucho que escribo gracias por compartir.
Te mando mi blog por si deseas criticar.
Besos.
http://anna-historias.blogspot.com/?m=1
Visitaré tu blog, Anna-
EliminarUn abrazo
La opinión es una connotación del mensaje y por lo tanto es personal, es subjetivo y tiene el valor que queramos darle,. Por ejemplo, Marx para muchos seria un personaje cuyas opiniones tenían valor y para otros no, ¿razonaba Marx? pues si, pero su visión racional distaba con las razones igualmente validas de otros pensadores como Ayn Rand o George Orweel.
ResponderEliminarY lee algunas cosas y luego comparte lo que quiere y a mi me parece bien todo, menos los dogmas de fé...
Un saludo
Tienes razón. Hablar de opiniones objetivas no tiene sentido alguno. Y sobre los dogmas, qué quieres que te diga, salvo que los rechazo tajantemente.
EliminarCuando leo cosas como esta: "Un dogma es una verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible, irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda..."
Yo, que presumo de apenas tener certezas, imagínate qué pensaré de semejante definición...
Saludos
Saludos
Está siendo en estas últimas semanas cuando menos noticiarios estoy viendo o escuchando. No me interesan. No me informan. No me aportan. No me descubren ni asombran. Ni siquiera por lo del incendio de Notre Dame me colgué del televisor. En cuanto escuché los comentarios tópicos y archirepetidos decidí no seguir el tema. Tal vez he llegado a un punto en que no creo, no me fío, no me resulta auténtico, no percibo estética y no digamos sensatez y cordura. He puesto el ejemplo de los medios pero es una corriente social, se da en conversaciones entre gente conocida, en la vecindad, etc. y lo mejor es ausentarse. No hay miradas, no hay interpretaciones, no hay indagaciones. Así vendrán aquellos tiempos que nos harán más ciegos y más duros.
ResponderEliminarEn una entrada pasada escribía, entre otras cosas, esto sobre los tópicos.
Eliminar"Un tópico es una "expresión vulgar o trivial", es decir, una frase o idea muy repetida y usada como lugar común. Su utilización demuestra la falta de imaginación de quien los usa, puesto que se limita a repetir lo que otros han dicho y utiliza ideas ajenas en lugar de desarrollar las propias"
La inmensa mayoría recurrimos a ellos porque es más cómodo repetirlos que pensar en no hacerlo...
Saludos
Pues así sea, aunque me temo que con demasiada frecuencia la virulencia, la agresividad y el subjetivismo radical tienen las de ganar.
ResponderEliminarNo somos buenos, nunca fuimos buenos y el futuro no augura nada mejor.
Un abrazo
Sobre el futuro, mejor no hacer cábalas...Los hechos pertenecen al pasado. El futuro, sin embargo, no está escrito, por eso alimenta malos augurios e ilusiones...
EliminarUn abrazo
Opinar a la ligera, hacer comentarios sobre la justicia, la política, el bien o el mal que nos acechan, sin un razonamiento consistente detrás, es algo que ya criticaba Sócrates en la antigua Grecia a tantos ciudadanos que hablaban sin tener idea de lo que trataban. Hay cosas que permanecen inalterables en el tiempo. Buena elección es el silencio.
ResponderEliminarAbrazo, Luis Antonio.
Quizás si pensásemos más antes de expresarnos seríamos más devotos de la virtud del silencio
EliminarEn estos tiempos de chácharas, liviandades y estridencias, el silencio es una bendición, un bálsamo...Pocas veces se tiene en cuenta el valor del silencio para una escucha más considerada y activa.
Yo siempre me he arrepentido más de hablar que de guardar silencio. Hasta creo que es saludable...
Un abrazo
A la opinión como tal, no se le puede dar visos de credibilidad si no es como bien mencionas Luis Antonio, con el contraste de cuando se manifiesta y de manera objetiva…aunque generalmente esto no sucede, antes bien, suele tener toda opinión un sesgo claro y definido de ahí que la subjetividad aflore y de giros impredecibles a lo en principio estas considerando como valido o con el razonamiento impreciso y no interesado…Pero se equivoca aquel que dice o menciona cosas, pero sigue siendo bueno el escucharlas y aplicar el cedazo adecuado.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu última frase muestra una vez más la clarividencia y sensatez de tu criterio.
EliminarUn abrazo
A veces es más difícil callar que hablar, y ¿qué hacer entonces sabiendo que incluso el silencio será interpretado? Aceptar el riesgo.
ResponderEliminarSAludos.
Como principio, mejor callar ante la duda, me parece acertado, pero las excepciones siempre están ahí...
EliminarSaludos
Es la diferencia que existe entre el criterio informado y el desinformado... entre el criterio propio nacido de la experiencia y el criterio inculcado a base de programaciones varias (creo que son imaginables)... etc.
ResponderEliminarAbrazo