Que la sociedad es plural es una obviedad incuestionable. El
reconocimiento de las diferencias, de la diversidad de costumbres, credos y
formas de vida es el pilar sobre el que descansa dicha sociedad. En toda
democracia que se precie de tal, la tolerancia es - y contesto a parte del título - una virtud
indiscutible. El respeto a los demás, la convicción de que nadie tiene la
verdad absoluta es el pilar sobre el que descansa esa virtud generosa que
supone ser tolerante. Sin la aceptación de la diferencia, la democracia no
tiene fundamento. Más aún, es una especie de engaño, pues la intolerancia
conduce directa e ineludiblemente al totalitarismo.
Hoy, gracias a los medios de comunicación, el pluralismo se
acentúa y exige que la tolerancia se consolide y acreciente más, si cabe. La
apertura, sin tener claros los límites razonables, produce un cierto temor.
¿Hasta dónde vamos a llegar?, exclaman y se preguntan algunos...¿Está claro
dónde acaba la tolerancia y comienza la permisividad? Y, llegados a este punto, una vez más hace acto de presencia en
mi mente lo que manifestaba Aristóteles a tal respecto. Para este ilustre pensador,
las virtudes eran un término medio que podía sucumbir en el vicio por exceso y
por defecto. ¿Cuál es, pues, el límite justo, el término medio de la
tolerancia? No lo tengo claro, pero confieso que con según quiénes y lo que
manifiestan, me cuesta en grado sumo ser lo tolerante que debiera...
Depende de cada uno y depende con quién
ResponderEliminarCon mis hijos tengo tolerancia pero siempre hay un Límite...cuando es demasiado y uno aguanta también se puede explotar
me ha encantado el tópico tan real un abrazo grande
Supongo que cada uno en función de la circunstancia y el contexto adopta la medida que cree ajustada. Las emociones, sin embargo, suelen ofuscar a la razón y pasa lo que pasa---
EliminarAbrazos
Yo pienso que sí es una virtud ser tolerante, creo que quiénes tienen paciencia pueden serlo más fácilmente que quiénes no la tienen. Dependiendo de qué tipo de tolerancia sea porque no todo se puede tolerar.
ResponderEliminarInteresante reflexión que haces en esta entrada, estimado Luis Antonio.
Besos y feliz tarde.
Supongo que será virtud cuando la tolerancia es la más adecuada, pero no es fácil saber cuál es la medida.
EliminarGracias por tu gentileza, María
Besos
Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.
ResponderEliminarMahatma Gand
Mahatma Gandhi, claro.
EliminarSabias palabras que reflejan la grandeza de pensamiento de Gandhi
EliminarRespeto siempre a los demás, pero no a todas las ideas. Hay algunas que están fuera de la ley. Y así debe ser.
ResponderEliminarPor supuesto, todo que se aparte de la ley y de los Derechos Humanos Universales no debe tolerarse. Si acaso, todo lo contrario...
EliminarEstá claro que hay que tender hacia la tolerancia, pero es un tema complejo.
ResponderEliminarDichas estas palabras en un discurso (no me refiero a ti) todo parece fácil, pero cuando uno se baja del atril y empieza la convivencia diaria la cosa ya no es tan sencilla.
Yo puedo tolerar a la comunidad africana de mi ciudad, pero considerar intolerable que practiquen la ablación del clítoris, o casen a sus hijas con 11 años.
El equilibrio social es un hecho complejo, la convivencia se sustenta sobre un andamiaje de cristal... con cualquier zozobra brusca se va resquebrajando su soporte.
Inmejorable ejemplo de esto es lo que ocurre en Cataluña.
Un fuerte abrazo, Luis Antonio.
La capacidad de comprender el punto de vista del otro, para mí tiene un límite. Es su expresión de manera violenta o irrespetuosa, su ilegalidad, su falta de humanidad, entre otras cosas.
EliminarPrecisamente porque se trata de un tema complejo, lo someto a debate.
EliminarTienes razón, la teoría no siempre es fácil llevarla a la práctica...
La tolerancia, por supuesto, tiene limites. Todo lo que vaya en contra de los Derechos Universales y más es inaceptable. El ejemplo que pones es clarividente y un ejemplo idóneo de lo que no debe aceptarse ni tolerarse.
En Cataluña estamos viviendo momentos difíciles. No sé cómo ni cuándo acabará esta coyuntura, pero me temo que va para largo.
Un fuerte abrazo, Paco
A Su. C.: Comparto incondicionalmente lo que expones sobre los límites de la tolerancia.
EliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo con tu comentarista "Su C" ;)
ResponderEliminarPara mi la tolerancia termina cuando se me impone el criterio, la ideología o creencias ajenas de manera violenta o irrespetuosa y desde luego no puedo ni pienso ser tolerante con nada que suponga menoscabo de la integridad física o psíquica de las personas... otra cosa es que al margen de mi bajo de nivel de tolerancia en estos casos, no me quede más remedio que sufrirlo o soportarlo de todos los intolerantes agresivos que se imponen al resto...
Muchos besos y en caso de urgente necesidad ya sabes, repite el mantra ... Aummmmmm! ; )
Lo mismo que le he expresado a Su -" Comparto incondicionalmente lo que expones sobre los límites de la tolerancia" - te lo manifiesto a ti, María.
EliminarCreo que en este tema debemos hacer votos para que se nos adhieran muchos...
Muchos besos también para ti y tomo nota de tus propuestas de ayuda
Lo que pasa es que para ser tolerante hay que tener las ideas muy claras, los más intransigentes al final son los que se ven débiles en sus razonamientos, eso que llaman fascistas a los que no piensan como ellos como eje principal de un discurso en el que el fondo tampoco creen.
ResponderEliminarUn saludo
Por supuesto, para ser hasta dónde y con quién hay que ser tolerante hay que tener criterio fundamentado. No hacerlo así supondría una irresponsabilidad. Mejor callar, en caso de duda...
EliminarSaludos