Me encantan los textos de blogs
que van directamente al meollo de la cuestión. No es fácil lograr este
objetivo. Fuera de los blogs también hay
escritores que han cultivado la brevedad en la literatura: Quevedo, Gracián, Galeano,
Monterroso, Benedetti, Cortázar, Max Aub, Quim Monzó, Ana Mª Matute, Javier
Tomeo... Aforismos, dichos, adagios, apotegmas, sentencias, greguerías, chistes, fábulas, microcuentos, haikús... ¡Qué maravilla! Dar
salida libre a la incontinencia verbal es más sencillo, pero propicia cometer
más errores y cansar a los lectores. Fijo.
Lo ideal es que un artículo pueda
leerse de una "sentada". Los párrafos, extensión moderada. Lo mismo
se puede decir de la longitud de las oraciones. Las frases largas y ampulosas no tienen sitio en Internet. Y lo
mismo podríamos decir del vocabulario. Si alguna idea se puede expresar con una
palabra, no lo hagamos con dos. Es una
muestra de cortesía con los lectores.
Habría que llegar al extremo de
optar por las palabras más breves en detrimento de las más extensas:
"ya", mucho mejor que "inmediantamente". Nos quedaremos con
las formas menos breves, si acaso, cuando aporten más precisión semántica...
La corrección de los textos,
además de subsanar los errores, ha de consistir en eliminar lo que sobre, pero sin olvidar que el contenido es prioritario.
Todo tiene un límite, ¿eh? Hasta el
mismo Borges se pone en guardia contra la "charlatanería de la brevedad"
Estoy de acuerdo en lo que dices, yo creo que los textos excesivamente largos no se leen, o se leen de pasada, y si se leen terminan al final cansando. Parece como sino tuviéramos tiempo para leer.
ResponderEliminarDicen que en la brevedad esta la esencia, y creo es cierto.
Muchos Besos, mi querido amigo Luis Antonio.
Tengo constancia de que tus escritos, tanto en prosa como en verso, son escuetos. A eso se le llama coherencia.
EliminarMuchos besos, estimada María
Lo bueno, si breve, dos veces bueno (Baltasar Gracián)
ResponderEliminar"Y lo malo, si breve, menos malo"
EliminarBesos.
Resumir: todo un arte.
ResponderEliminarEl problema consiste en la densidad y cualidad de dicho mensaje, a veces conviene aligerar y ampliar el palabrerío para no asustar al lector a quien gustaría transmitir cierto complicado y ESPECÍFICO mensaje.
Un ejemplo personal: ¿Como explicar a unos alumnos una cuestión específicamente complicada sin aburrir y sin incurrir en generalidades para que no incurran en confusiones?. Decididamente todo un arte, el arte del ingenio.... y para eso se necesita un plus de inteligencia, mucha habilidad y otro tanto de aprendizaje.
¡Ja, ja, menuda manera de enrollarme! ¿Será que la vejez atocina?
La calidad y claridad del mensaje son prioritarios. Explicar un tema a los alumnos o escribir una novela de 600 págs. son otras historias... Aquí nos referimos al lenguaje de carácter digital.
EliminarEstimada emejota, la vejez es un privilegio y si la salud la acompaña.
Un abrazo
Estoy a favor de la claridad en el discurso, si para ello tenemos que acortar frases, párrafos, oraciones... pues se acortan. Lo que importa es la perfecta transmisión del pensamiento. Reclamo el rigor expositivo, lo de siempre: sujeto+verbo+predicado, una perfecta adjetivación y unas ideas claras.
ResponderEliminarEl exceso de palabrería esconde casi siempre un barullo de ideas o se convierte en una cortina de humo para esconder algún mensaje incómodo o vacío. Aborrecemos la frivolidad y el eufemismo, hay que evitar la carga de tanta palabreja hueca. Está claro que debemos aligerar el lenguaje, pero cuidado, aligerar tiene algún riesgo, por ejemplo: convertir el mensaje en un slogan, caer fácilmente en la espectacularidad, convertir todo un razonamiento en un titular. Tendremos que recurrir a lo que decían los clásicos: la verdad está en el punto medio.
También es verdad que las nuevas herramientas digitales, exigen mensajes cortos, sí, pero ¡cuidadín! que no caigamos en ideas cortas.
Un abrazo
Francesc Cornadó
Lo del "punto medio" sigue vigente. El problema es saber dónde se halla.
EliminarTu ultimo párrafo es antológico, además de divertido: "mensajes cortos, sí, pero ¡cuidadín! que no caigamos en ideas cortas"
Un abrazo, Francesc
Bueno, profe,trataré de seguir tu consejo...
ResponderEliminarYa sabes que soy de poca prosa más que nada porque temo, precisamente eso: enrrollarme y equivocarme una tras otra vez,(más de lo que suelo hacerlo, claro)
De ahí que me ciña a eso que parecen poemas,largos en ocasiones, sí.
Qué quieres...es mi espacio para despegarme de la rutina y sentirme más yo que nunca, por lo que al final...no puedo soportar la tensión de pensar más en los demás que en mi misma. Lo siento.
El peaje es libre y quienes no quieran leerme, lo entiendo y no pasa nada. Yo hago lo mismo cuando veo que voy a aburrirme.
:)
Besos.
El texto no pretende aconsejar ni impartir normas. Es una propuesta de debate. Y, para provocar participación, a veces hay que exagerar y hasta dogmatizar...
EliminarTus poemas no son extensos, Marinel. No tienes que cambiar tu estilo. Es genial. Y de tu prosa, ya sabes lo que pienso: te prodigas poco.
Ahora te contaré una cosa: He leído uno de los poemas más extensos escritos en castellano. Se trata de EL CANTAR DE LA MEMORIA (rapsodia) de la escritora puertorriqueña Zoé Jiménez. Un poema de más de 4.000 versos. No te cuento el suplicio que supuso. Por cierto,a Homero, si escribiese en formatos digitales lo que hizo en su día, hoy no lo leería nadie.
Besos
(Gesto de asentimiento)
ResponderEliminarTe has ido al otro extremo, Javier. Pero con mucha gracia...
EliminarDecir lo que se desea decir de manera sucinta y con la suficiente claridad en la exposición y la acorde brevedad, es sin lugar a duda un arte, y en la actualidad una imposición (Twitter 140 caracteres) porque lo muy extenso sino encierra un contenido significativo y que enganche o motive, no se suele agotar…, antes bien, agota y en ese sentido me sumo a tu criterio Luis Antonio, de alcanzar la brevedad para si cabe lograr la atención debida…
ResponderEliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo, Dionisio.
EliminarHoy, lamentablemente, se tiene mucha prisa y la tranquilidad, la reflexión y el sosiego brillan por su ausencia.
Un abrazo
Tienes razón, mi querido LUIS ANTONIO, la brevedad es un arte, aunque no me perece q debamos robotizarnos todos para ser aceptados en letras. Twitter busca eso, otra forma de masificación y por eso a mi no me interesa nada. Cada uno es como es y se expresa como le parece mejor y se siente más cómodo. Si dejamos de ser nosotros en letras, dejará de merecer la pena escribirnos aquí por ejemplo. A mi me es imposible expresarme en corto siendo y sintiendo. No soy yo cuando lo hago. Quien quiera un sucedaneo de mi que vaya al juzgado, ahí a veces, por imperativo legal hasta cuento mis palabras, fuera de ahí, no, me niego. Aquí soy libre y así escribo. Si soy insoportablemente pesada -es verdad que lo soy- lo siento, es lo que hay, mi rollo como todo lo demás, va conmigo... además, no pretendo vender nada, la erudición no es lo mío, ni siquiera pretendo q nadie me lea... aquí, con tu permiso, me quedo tal cual .. perdón profe ; )
ResponderEliminarUn beso muy grande y muy feliz domingo LUIS ANTONIO.
Estimada María, una cosa son las entradas y otra los comentarios. No es lo mismo dirigirse a un público variopinto que a una persona concreta.
EliminarEl día que dejes de ser tú, perderás muchas de las simpatías y afectos que merecidamente te has granjeado. Escribes mucho y bien y eso no es fácil. Escribir de forma concisa en modo alguno es sinónimo de calidad.
Nadie pretende dar lecciones de nada. Se trata de una propuesta de debate que impone el mundo digital.
No cambies ni te dejes influir por lo que digamos los demás. Te sobra personalidad para no necesitar consejos ni opiniones de esta guisa.
Yo te quiero tal y como eres: generosa, culta, cariñosa y con un criterio tremendamente convincente.
Muchos besos
La brevedad justa... todo un arte, desde luego.
ResponderEliminarEstimado Pedro, tú eres un maestro del estilo breve y tremendamente sugerente. Ahí estás tus publicaciones y tu brillante trayectoria puesta de manifiesto en tu bitácora, La acequia
EliminarEn cuanto a un libro ,me sobra a veces tanta introducción y te quita la voluntad de comenzarlo.
ResponderEliminarY en cuanto a los comentarios de blog ;son como las recetas:que se tiene que dejar un poco más de contenido , para que no haya malas interpretaciones.
-Me ha venido a la mente cuando en un debate: el entrevistador, hablaba más que el entrevistado ahí si que me puede sacar de quicio.
Feliz semana profe ya comienza la cuenta atrás.
Un abrazo.
Conozco a un presentador de ese perfil. En 8TV tiene un espacio. Es brillante, pero a veces resta protagonismo al entrevistado.
EliminarLa calidad, eso sí, ha de primar por encima de la extensión.
Abrazos, Bertha
Si no optamos por la brevedad, yo creo que los blogueros estamos muertos. Al principio no lo aceptaba, pero al fin me he dado cuenta de que, como lectora de blogs, agradezco la brevedad tanto como la calidad, entonces la apliqué a mi propio espacio. Inclusive, si se desea tratar un tema que da para extenderse, creo que es más conveniente hacerlo en varias entregas.
ResponderEliminarUn beso grande, Luis Antonio.
Fer
Yo no soy coherente con lo que "predico", pero cada vez valoro más la calidad expuesta de forma concisa. Y como bien dices, si el tema lo requiere se puede hacer en varias entregas. No es aconsejable que sean muchas...
EliminarMuchos besos, Fer
Saber decir lo que se quiere sin ser extenso y pesado no siempre uno tiene la capacidad de ello, por supuesto que los textos largos muchas veces no se llegan a leer.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Mari-Pi
ResponderEliminarUn abrazo
¡Vaya!, depués de leer tu post, y meditar un poquito, creo que tengo un problema supercalifragilísticoespialidoso...
ResponderEliminarAbrazo