lunes, octubre 31, 2016

México: Día de los Muertos



Cartel: El Día de los Muertos


Mercadillo    
                                                                                                                                

Altar con ofrendas



En algunos cementerios exhuman los cadáveres a los siete años y exhiben los restos.


Vuelvo a publicar esta entrada por segunda vez.  Si algo me impresionó de México cuando tuve el placer de visitarlo (2011) fue la experiencia de  vivir El Día des los Muertos in situ. Los amigos que ya hicieron comentarios en su día quedan "liberados" de volver a hacerlos. Muchas gracias por vuestra comprensión...

Mi estancia en México ha coincido con una de las celebraciones más singulares de este extenso y variopinto país, El Día de los Muertos. México es un país rico en cultura y tradiciones. Uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ella. Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido y no por el comportamiento en la vida.

Cuando llegaron los conquistadores a América impusieron sus celebraciones como es el caso del Día de Todos los Santos en el que se recordaba a los muertos. Al convertir a los indígenas del Nuevo Mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones católicas europeas y las prehispánicas, haciendo coincidir las festividades del Día de Todos los Santos con la fiesta similar mesoamericana, creando lo que ahora se llama Día de los Muertos.

En el estado de Oaxaca se celebra esta fiesta de manera singular y tuvimos oportunidad de palpar el ambiente en las vísperas de estas fiestas, pero fue en San Cristóbal de las Casas (Chiapas), una de las ciudades más bellas por su armónica composición urbana y la mezcla de estilos colonial e indígena, donde viví y disfruté intensamente de este acontecimiento festivo. Reitero lo de festivo... Creo que el poeta y ensayista Octavio Paz sintetiza, como nadie, el significado de esta fiesta:

“El mexicano está familiarizado con la muerte, se ríe de ella, la acaricia, duerme con ella, la festeja"

No es lírica, es la realidad expresada con pocas, pero certeras palabras. La celebración de El Día de los Muertos tiene un carácter eminentemente festivo y familiar,  fruto del mestizaje, como expresaba anteriormente,  entre los rituales indígenas y la liturgia de la religión impuesta por los conquistadores. La animación bulliciosa y abigarrada de los mercados durante los días que preceden a estas fechas auguran que algo gordo se está preparando. Esqueletos que realizan tareas cotidianas - elaborados con  azúcar, papel maché, azúcar, latón, madera, arcilla, hueso -  panes especiales, caléndulas o flores de los muertos, juguetes, velas e incensarios, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños, aroma de cempasúchil, la flor naranja de esta festividad. estampas, catrinas (la gran dama de la Muerte, doña Catrina, siempre elegante con sus trajes largos y sombreros sofisticados), ataúdes con inquilino incluido, fantasmas de caramelo, monjes espectrales, piruletas calacas... Muchas de estas cosas se colocan en los altares junto a retratos de los difuntos.   Los colores vivos de toda esta suerte de objetos tiñen los altares y las tumbas. Las figuras elaboradas con azúcar están a caballo entre lo macabro, lo pintoresco, lo artístico y lo humorístico...

Las noches que transcurren entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre son por lo general períodos de velación que se destinan a entonar himnos y plegarias. Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre y las almas de los adultos regresan el día 2. Las familias se reúnen al pie de los altares con ofrendas florales, comidas, bebidas, velas e incienso que han montado en sus propias casas y convocan mediante palabras a los familiares que han fallecido en años anteriores, con el fin de que acudan a los hogares para recibir las donaciones. Se cree que los muertos se llevan las esencias y el aroma de las ofrendas que los vivos consumen después. Los muertos poseen una característica ambivalente que condiciona a los vivos. Por un lado son agradecidos y retribuyen con creces las ofrendas, pero por otro se presentan como seres un tanto envidiosos y rapaces ante la vida que perdieron. Las ofrendas constituyen una obligación ineludible de sus descendientes porque el incumplimiento podría acarrearles desgracias. De la misma manera que es obligado colocar ofrendas sobre el altar para que las almas de los difuntos acudan a las casas, los familiares deben corresponder con sus visitas a los cementerios. Por esta razón, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, los cementerios se convierten en centros de reunión de las familias y en las tumbas, profusamente decoradas, se comparten bebidas y alimentos. Las plegarias y melodías musicales del gusto de los difuntos se suceden a lo largo de estos días y noches. Algunos, con más medios, contratan a mariachis o conjuntos musicales que interpretarán sus sones en pleno cementerio.

Desde la época prehispánica hasta la actualidad, las celebraciones anuales de los muertos han constituido un momento privilegiado del encuentro de las personas con sus antepasados y con los miembros integrantes de la comunidad. Seres reales y almas conviven con naturalidad. Curioso, ¿no?


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20 comentarios:

  1. Ya comentaron en su día:

    María
    Mari-PI-R
    Vanessa
    Joselu
    enletrasarte
    Lola
    Novicia Dalila
    P. Ojeda Escidero
    Tesa
    Dr. Krapp
    Alma Mateos
    Miguel
    Estrella Altair
    V
    Narci
    CristalOOk
    Angie
    Félix Justiniano
    Impersonem
    Mª Paz
    Marinel
    María (abogada)
    Lambert
    Carlos Alberto
    Luna Llena
    Memujín
    Bertha
    Dapazzi...

    He perdido la pista de muchos de los citados. Siento nostalgia y un conato de "nudo" en la garganta... Espero y deseo que, hayan dejado o no el mundo bloguero, se encuentren muy bien en todos los sentidos.

    Un fortísimo abrazo para todos

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    1. Ya sabía que la había leído, ahí estoy pero con otro de mis nombres :))

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    2. El de "Luna Llena me encantan"...

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  2. La Dama de la Muerte o La Catrina, la verdad que la que aquí expones es bien bella:)

    Aunque es de admirar el despliegue de colorido y sobre todo de sentido de humor porqué le dan un sentido divertido a esta festividad.Pero la que se esta extendiendo por lo menos por estos lares es la de Halloween, sin ir más lejos ya por las calles ves salir una cantidad de zoombis para celebrar su particular fiesta de los finados.

    Un beso y un fortisimo abrazo Luis Antonio y, espero que repitas muchas veces esta entrada sera una buena señal.

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    1. Me gustan más las tradiciones mexicanas que las yanquis.

      Me daba apuro repetir esta entrada, pero, después de lo que me dices, no descarto repetirla.

      Besos y abrazos, estimada Bertha

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  3. Recuerdo tu estancia en México y esta entrada tuya. Curiosamente, en mi últimos años se me han cruzado varias "cosas y personas mexicanas" y en ellas siempre, siempre, estaba la presencia de la muerte. Pero de una forma completamente diferente a esta trágica condición castellana de mi tierra. Bueno, ahora está cambiando mucho hacia lo bufonesco y plástico...

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    1. Coincido con lo que expones, Pedro. Esa concepción que mencionas no es exclusiva de Castilla, ¿eh?

      De lo "bufonesco y plástico" mejor no hablar...

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  4. No estoy en la lista y me gustó lo que has escrito, así que ahí va el comentario.
    La muerte como algo festivo y cotidiano. Liberador este concepto, y saludable.

    Un saludo

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    1. Liberador, saludable y divertido. Que ya es decir... Igual que lo nuestro, pero exactamente al revés...

      Un abrazo, Josela

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  5. También tuve la ocasión de estar en México por estas fechas, incluso hice una publicación de ello, la verdad que me lo pasé muy bien visitando los altares y toda la celebración, así que comiendo el pan de los muertos.
    Un abrazo, y sigo todavía por el mundo.

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    1. Sería extraño que una viajera tan empedernida como tú no conociese esta curiosa y singular tradición mexicana.

      Me alegra saber de ti, Mari-Pi-R

      Un abrazo

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  6. Supongo que cada pueblo crea sus propios ambientes... y los decora y ritualiza según la tradición... y el tiempo pasa y unas veces se perpetúa y otras se innova... ¡qué cada cual haga lo que mejor le haga sentir siempre y cuando no perjudique a otros!

    Por acontecimientos muy recientes me cuesta comentar hoy esta entrada, mi costumbre tiene un tinte más trágico...

    Abrazo

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    1. Me ha dejado preocupado el segundo de tus párrafos, Impersonem.

      Mejor que no comentes nada sobre este asunto si lleva aparejados malos recuerdos.

      Gracias por tu siempre estimada presencia, amigo

      Un fuerte abrazo

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  7. Si no recuerdo mal, la leí en su momento. Recuerdo que me gustó mucho saber cómo se "celebra" la muerte en México (también en otros países es una celebració, estoy pensando en Joyce y su descripción de los entierros), ¿será por eso que su literatura tiene ese punto de realismo fantástisco que tanto me gusta de la literatura, no solo mexicana, sino sudamericana en general?

    Abrazos!!

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    1. ¿Celebrar la muerte? ¡Qué extraña suena esta frase en nuestra cultura!

      No me gusta la narrativa fantástica ni la ciencia ficción. El realismo mágico de la literatura latinoamericana es otra cosa...

      Abrazos, U-topia

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  8. Esto te escribí en el 2014 y sigo suscribiéndolo:

    "Todas las viejas culturas sabían como integrar a los muertos en la propia vida familiar y social y es un escándalo lo que ocurre en la actualidad intentando esconder la muerte como se esconde la enfermedad, la deformidad, lal vejez o la locura.
    Tener a la muerte cerca, invitarla a tomar el té, disfrazarla, sentirla que forma parta de la vida de cada cual a través de las pequeñas y grandes historias es la mejor forma de no dejarse impresionar por ella, de no tenerle miedo y de seguir viviendo sin el espanto de saber que es la última invitada.
    Los pueblos que se familiarizan con la muerte son más sabios, sin duda
    Un abrazo"

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    1. No puedo estar más de acuerdo con lo que expones. Te agradezco que lo hayas vuelto a publicar otra vez. Es muy profundo y sabio lo que expones.

      Un abrazo

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  9. jaja mi querido LUIS ANTONIO ... María ( abogada) jaja aquí no soy nada de eso, en realidad no soy nada .. en todo caso como un amigo bloguero me dice solo María la del saco ... como el hombre del saco pero en sonriente jaja como esta entrada tuya que recuerdo haber leído y segurísimo que cuando te comenté te hablé de mi cuñado mejicano/alemán ... sus padres son alemanes, pero él nació en Méjico ¿has visto q mezcal más curiosa? imagina un esquimal con bombín londinense,igual! México es un país lleno de contrastes y tal cual muestras muy colorista y sí, probablemente como comenta nuestro DR KRAPP sabio por desdramatizar la muerte e integrarla en su vida como algo cotidiano con lo que reír, festejar y vivir. A mi sin embargo ni me gusta esta forma, ni la nuestra lúgubre y lacrimosa y aun mucho menos la versión yankie que estos días ha arrasado en todas partes ... no me dice nada la muerte, como tampoco me dice nada lo que hay antes de nacer a esta vida ... no me asusta, ni me inspira nada en especial .. si acaso me da miedo el dolor hasta que llega, eso sí que me aterra a decir verdad.. pero una vez en ello no... siempre he pensado que somos energía con un envoltorio en forma de cuerpo, dejamos el envoltorio y volvemos a ser energía ¿ qué es la muerte ? como cuando nos quitamos la ropa, nada más... quizá porque la tenemos pegada un poco más doloroso si acaso al despegarnos de ella ;)

    Mil gracias por la reposición de esta entrada y sobre todo por tu cariñoso recuerdo a los que tenemos el inmenso honor de acompañarte en esta tu casa .. mi ánima errante te recordará allá donde vaya sea cual sea su destino jaja .. venga ya que en la entrada anterior creo que te enfadé un poquito jajaja ( no te atrevas a decir que no, q tus letras tienen rostro ;) te debo un beso llenísimo de vida, sonriente grandísimo y sonoro ...acércame tu moflete anda por favor ... MmuuaaaaaaaaakkssS!!

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  10. La verdad es que el apellido que quería añadirte era algo así: María (la que envía más y mejores besos), pero como uno es un tanto tímido...

    Coincido contigo en que lo malo no es la muerte, sino el proceso que nos conduce a ella.

    Cuando propuse el tema de Madariaga era consciente de lo polémico que resulta este personaje por sus ideas. Buscaba el debate y se produjo. Ese era el objetivo. Que discrepemos en algunas valoraciones es una cosa, que eso me provoque enfado, te aseguro que de ninguna manera...

    Gracias por tu afecto, estimada María. Ahí van mis besos que, aunque no los adorne tanto como tú sabes hacer, están llenos de cariño.

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  11. Etimado Luis Antonio.
    Pues muchas gracias por recuperar un acontecimiento tan fascinante. Sin duda es una relación peculiar la que tiene este pueblo con la muerte. Solo un mexicano llamado Juan Rulfo podía haber escrito "Pedro Páramo".
    Cuídate amigo.

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