Siempre he pensado que a los intelectuales les correspondía la función social de hacer reflexiones críticas sobre la realidad y comunicar sus opiniones con el ánimo de ilustrar e influir en la opinión pública. También, dada su autoridad cultural y supuesta independencia, son las personas que denuncian injusticias, exponen ideas y defienden unos valores. Lamentablemente, y de un tiempo a esta parte, los intelectuales parecen estar callados, sometidos o quizás vendidos al poder político o económico a cambio de su silencio, prebendas o servidumbre. Por eso, cuando se escucha alguna voz aislada e independiente, como la de Juan Goytisolo no hace mucho y que ya recogimos en esta bitácora, se agradece y aplaude.
Hoy leo la noticia de que un grupo de intelectuales firman un manifiesto en el que denuncian la instrumentalización de la cultura en la ciudad condal. Aplaudo esta iniciativa, con la vana ilusión de que los responsables políticos de esta manipulación partidista se puedan dar por enterados...
157 intelectuales firman un manifiesto "por la democratización urgente" de las instituciones culturales de Barcelona
Un amplio grupo de profesionales de la cultura de Barcelona (artistas,
críticos, escritores, arquitectos, periodistas, dramaturgos, coreógrafos,
editores, etc.) e intelectuales de otros países, sin intereses partidistas,
preocupados por la deriva de la política cultural en la ciudad
de Barcelona en los últimos años divulgaron ayer el Manifiesto por
una democratización urgente y real de las instituciones culturales, al
considerar "que podemos estar
entrando en una fase de declive grave, con la crisis del Macba como una señal
en ese sentido, pero no la única…".
El manifiesto no está vinculado a ninguna iniciativa política y si se
divulga ahora "es por la sencilla
razón de que, desgraciadamente, este es el único momento en que los
responsables políticos escuchan".
Entre los firmantes se incluyen Juan Goytisolo, Juan Marsé, Antonio Negri,
Catherine David, Jacques Rancière, Savoj Zizek, Judith Butler, Jorge Herralde,
Manuel Borja-Villel, Oriol Bohigas, Beth Galí, Fredreric Amat, Lluís Pasqual,
Cesc Gelabert, Lluís Homar, Claudio López Lamadrid, Marthe Rosler, Eva Lootz,
Isaac Rosa, Manolo Laguillo, Eulàlia Valldosera, Dora García, el conde de Sert,
Maria del Mar Arnús, Sert, Manuel Huerga, Daniel García Andújar hasta 157
firmas más.
Manifiesto por una democratización urgente y real de las instituciones
culturales
La inflexión
del 92 dio a la cultura un gran protagonismo en las políticas públicas de
Barcelona. Uno de sus resultados positivos ha sido la creación de una red de
instituciones culturales que, con su fuerte presencia en la ciudad, constituyen
un importante patrimonio ciudadano, no de los partidos políticos ni de un
determinado sector. Tres instituciones en particular han destacado por su
impacto en la ciudad y su proyección internacional: la Fundació Tàpies, el CCCB
(Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) y el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de
Barcelona), que han funcionado como un verdadero servicio público. Los sólidos
programas de exposiciones, el debate y la educación, junto a la cooperación con
agentes sociales diversos, constituían una trama indisociable cuyo papel en la
ciudad ha sido el de contribuir a la emancipación crítica de la ciudadanía
y no a la mera gobernanza de la sociedad. Sin embargo, en pleno
siglo XXI, la tendencia a instrumentalizar los centros culturales parece ser un
mal endémico.
Al
repunte de una política cultural corporativa y parroquial que aspira a
monopolizar el debate público, utilizando los museos como escaparate y
propaganda partidista, se suma la creciente captura regresiva de las políticas
culturales por las guerras identitarias. Los recortes en los
presupuestos culturales públicos de los últimos siete años han profundizado la
precariedad estructural que está asfixiando la posibilidad de sostener
proyectos institucionales significativos y transformadores.
El
espacio para la institucionalidad cultural democrática se empequeñece. El
reciente cambio en la dirección del CCCB por cargos de partido; el golpe de
mano en el MACBA, dado con nula transparencia; las convocatorias de concursos
para la dirección de museos y centros de arte, en las que se privilegia de
manera equívoca el perfil local del director y cuyos jurados, de composición
dudosa, son meramente consultivos y dejan las decisiones finales en manos
de los cargos políticos —siendo ahora el MACBA el último ejemplo escandaloso—
son algunos síntomas de la tendencia irrefrenable a vaciar los centros culturales
de su responsabilidad intelectual.
Los
profesionales de la cultura verdaderamente comprometidos con un proyecto
democrático, emancipador y progresista no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Ante el actual estado de emergencia, debemos dejar a un lado la diversidad de
criterios para afirmar que sólo son posibles nuestras diferencias si se
garantiza la existencia de unas instituciones culturales democráticas que
funcionen con autonomía y rigor al servicio de la sociedad.
Hoy más
que nunca es necesaria una amplia movilización de los intelectuales
y trabajadores culturales frente al proceso de aculturación que está
promoviendo la actual tecnocracia dirigente.
No
podemos ser cómplices de la desertización cultural de Barcelona. El capital
cultural público acumulado está siendo dilapidado. Recuperemos las
instituciones, salvémoslas de la regresión, del control partidario y del
abandono.
Fuente: La Vanguardia, El Cultural.
Se han perdido los papeles cuando se podía decir bien alto que eran un referente cultural y ahora todo va hombro por manga por culpa de estos chupasangres o chorizos y, perdona la ordinariez pero ya esta bien de tanto encantador o vendedores de humo.-Mira esta manifestación una vez que pase el día de las votaciones se queda en nada o si se le da la vuelta a la tortilla puede acabar como el rosario de la aurora(que ya nos tienen bastante quemados):aquí,allí, en cualquier lugar... Todo es, poner palos en las ruedas leñe...
ResponderEliminarUn abrazo feliz finde.
Yo echo a faltar con frecuencia la voz de personas independientes con cultura, criterio y conocimiento de causa. Por eso, cuando se escucha alguna, individual o colectiva, la destaco y la aplaudo calurosamente.
EliminarUn abrazo, estimada y fiel Bertha
...ojalá no se quede solo en un paseo, ojalá.Mucha suerte!!!
ResponderEliminarOJALÁ Y LO LOGREN
ResponderEliminarABRAZOS
CARLOS
Gracias por tus deseos, Carlos.
EliminarUn abrazo
Hoy ha sido el último día de las alumnas del máster de Educación, que han tenido su primera experiencia docente en el Centro.Y viendo con el entusiasmo que se han empapado con todo lo que han visto y los profesores tutores que hemos tenido el gusto de poderles asesorar. Ojalá no sea un hasta luego. Que podamos verlos en su realidad.Por solo eso; bien vale un pulso y, pelear por esta bella profesión .Aunque a veces sea mal valorada.
ResponderEliminarUn beso.
Es bonito ver a las promociones que finalizan un ciclo y comienzan otro con ilusión...La mejor de las suertes para ellas.
EliminarLa docencia es muy gratificante si se tiene vocación.
Besos, Bertha
Siempre queda alguna monja a quien enamorar. Eso ocurre en todos los sitios... es triste pero real, la instrumentalizacion de recursos públicos en beneficio de unos pocos que se creen portadores de la verdad.
ResponderEliminarMe indignan más los que se dejan comprar que los compradores... Y sobre todo en los casos en los que se daba por hecho independencia de criterio, honestidad y valor...
EliminarSaludos
Lo que tengo claro es que una persona no puede ser esbirro de un ideal. Los seres humanos si por algo nos diferenciamos del resto de los seres vivos, es por la capacidad de pensar. Y por el derecho a equivocarnos. Y a rectificar. Por eso no concibo que alguien sea esclavo de unas ideas. Ni mucho menos, como decía al principio, ser secuaz de un idea.
ResponderEliminarNo me gusta ver en la tele (por ser el medio más influyente) a ciertos personajes con un bagaje cultural muy importante, defender, o hacer el juego a ciertas posiciones políticas. Está bien que el intelectual deje su poso de sabiduría donde sea. Pero no me parece bien que se le vea el plumero, como se dice vulgarmente. No me parece bien que aprovechando su tirón como estrella del ámbito que sea (cine, música, literatura...) haga política en un sentido u otro. La política, para los políticos. Los intelectuales tienen otros foros. Foros donde deben echar el resto. Y dar fuerte a quien sea. Pero no me gusta que se involucren en política. Ya lo dice el refrán: "Zapatero, a tus zapatos".
Un fuerte abrazo.
Me alegro muchísimo de tenerte de nuevo por estos espacios virtuales, Miguel. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que expones. Que cada cual se dedique a su cometido y lo lleve a cabo con la mayor de las dignidades posible...Mejorarían tanto las cosas, si así fuese...
EliminarUn fuerte abrazo y luego paso a visitarte