Zygmunt Bauman (1) lo expresa de otra manera, pero viene a afirmar lo que se enuncia en forma interrogativa con el título de esta entrada.
Ayer leí la interesante
y extensa entrevsita que Núria Escur hacía a este eminente sociólogo en La Vanguardia y no pude ni quise evitar la tentación de extraer algunas
preguntas con sus correspondientes respuestas. Auténticas perlas:
- Las 85 personas más
ricas del mundo atesoran una riqueza equivalente a 4.000 millones de las
personas más pobres. ¿Cuál es la persona pobre más feliz que ha conocido y la
rica más infeliz con la que se ha topado?
- ¡Oh! Es muy difícil encontrar una persona feliz entre los
ricos.
-
Bueno, entonces empecemos por los que no tienen nada.
- Una persona pobre que logra desayunar, comer y, con suerte,
cenar... es automáticamente feliz. Ese día ha logrado su objetivo. El rico - cuya
tendencia obsesiva es enriquecerse más - acostumbra a meterse en una espiral de
infelicidad enorme. La gran perversión del sistema de los ricos es que acaban
siendo esclavos. Nada les sacia, se colapsan, ¡catástrofe!
- ¿Entonces la
felicidad no es la suma de momentos de felicidad, como dicen algunos?
- No, la felicidad es el gozo que da haber superado los momentos
de infelicidad. Haber logrado transformar tus conflictos, porque sin conflictos
nuestras vidas, mi vida, hubieran sido un verdadero aburrimiento.
Confieso que me han
sorprendido estas respuestas y no he podido evitar llegar a esta reflexión: Los
mensajes están tremendamente condicionados por sus emisores. ¿Haríamos la misma
interpretación de las respuestas anteriores si los emisores hubiesen sido
personajes que no gozan de nuestra consideración y estima?
Me temo que no...
Me temo que no...
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(1) Zygmunt Bauman,
eminente sociólogo y filósofo, padre de la “modernidad líquida” – ese concepto
que hemos adoptado como algo propio y familiar – es un hombre sencillo y sabio
que vive tranquilamente en una modesta casa en Leeds (Reino Unido) y disfruta
leyendo novelas del sudafricano J.M. Coetzee.
Nacido en Poznan en
1925, Zygmunt Bauman es uno de los intelectuales europeos vivos más relevantes,
premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, junto a Alain
Touraine. Cree que la desigualdad se instaló entre nosotros para quedarse y que
la élite política hace décadas que no habla el mismo lenguaje que la gente. Esa
modernidad líquida que él bautizó es ya modernidad licuada y, a poco que se
complique, evaporada...
La era de la
modernidad sólida ha llegado a su fin. ¿Por qué sólida? Porque los sólidos, a
diferencia de los líquidos, conservan su forma y persisten en el tiempo: duran.
En cambio los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen.
Por eso la metáfora de la liquidez es la adecuada para aprehender la naturaleza
de la fase actual de la modernidad.
La lucidez, su agudeza y, tal vez, por encima de todo, su experiencia vital, le ha valido ser referente mundial ineludible, un pensador al que nada le resulta ajeno. Considera nuestra sociedad una de las más desiguales desde que, un día, los europeos nos creímos que con el estado del bienestar lo teníamos todo solucionado.
La lucidez, su agudeza y, tal vez, por encima de todo, su experiencia vital, le ha valido ser referente mundial ineludible, un pensador al que nada le resulta ajeno. Considera nuestra sociedad una de las más desiguales desde que, un día, los europeos nos creímos que con el estado del bienestar lo teníamos todo solucionado.
Sí. Lo comprobé, nunca he sido más pobre que ahora, pero tampoco más feliz.
ResponderEliminarAbrazos, Antonio
Pues me alegro mucho por ti. Que te dure la felicidad.
EliminarAbrazos, Alicia
Si te gusta BAUmAN has de ir a Mario Bunge...
ResponderEliminarSalut
He ido a Mario Bunge, siguiendo tu indicación, y también lo encuentro muy interesante. Intentaré conocerlo más a fondo. Gracias
EliminarSalut i força
Interesante tema, ya que supongo que será en lo único en lo que estaremos de acuerdo todos: creyentes, ateos, escépticos... y miles de hierbas. Aparte del sentido que cada cual quiera dar a su vida, sin duda, todo el mundo aspira a la felicidad. Aunque la felicidad no sea igual para todos, es de suponer no obstante, que la sensación, si pudiera comprobarse científicamente, sí sería la misma. Cada día, en infinita ignorancia, me llenan menos los análisis, las estadísticas, las reflexiones, los debates y, sin embargo, los necesito como todo el mundo, a pesar, insisto, de esa sensación de hartazgo de teorías, que lamentablemente, desde que el mundo es mundo poco sirven en la práctica. Alguna sentaron bases, desde luego, y gracias a los pensadores, que les echaron bofetadas dialécticas a los poderosos, no vivimos todavía como el Azarías de los Santos Inocentes. Aunque habría que ver por otras latitudes. No obstante, como consuelo para muchos de los que nos consideramos pobres (sin agravios comparativos, insisto, con otros lugares del planeta) sí podemos estar de acuerdo, por lo poco que hemos leído o visto, en que los ricos entran en una espiral de ansiedad nunca satisfecha, y se tienen mucha envidias entre ellos y compiten con todo, con sus bienes materiales, con su aspecto físico, con sus parejas o amantes, con sus logros empresariales... En fin, es una loca carrera hacia ninguna parte, o si nos ponemos tétricos, hacia el hoyo como todo el mundo, pero mientras llegan a esa meta inevitable, el recorrido es lo que les enardece hasta límites inauditos. Por qué ¿alguien me podría responder, que diferencia puede haber entre un yate (un suponer) de 100 millones de € y otro de 150 millones de €?. Y no hablo de diferencia de prestaciones, que las habrá, sino de confort puro y duro que ambos tendrán de sobras. La única explicación que se me ocurre es que es para aparentar y competir con el resto de tiburones millonetis. Saludos.
ResponderEliminarLa aspiración a la felicidad nos iguala a la inmensa mayoría, pero el concepto de la misma y la manera de alcanzarla, me temo que no. La literatura que gira en torno a ella la hace un tanto utópica e inaccesible, ¿no?
EliminarCuando mencionas a los pensadores que "echaron bofetadas dialécticas a los poderosos" me acecha un sentimiento de orfandad. ¿Dónde están hoy esos pensadores? ¿En qué medios difunden sus ideas? Creo que lamentablemente estamos viviendo una etapa en la que faltan liderazgos y pensadores lúcidos que puedan darnos luz y motivación en este marasmo de incertidumbres y frustraciones que estamos sufriendo...
Es evidente que la ambición no tiene límites y no envidio a los aquejados por este virus. Toda la vida serán unos insatisfechos. Allá ellos....
Gracias, una vez más, por tus interesantes y ponderadas reflexiones al hilo de estas modestas propuestas.
Saludos y, espero, que hasta pronto
Insuperable, Bauman. A mí me complacen su respuestas. No hay duda de que la felicidad es el gozo que da haber superado los momentos de infelicidad. Haber logrado transformar tus conflictos, porque sin conflictos nuestras vidas, mi vida incluída, sería un verdadero aburrimiento. A pesar de ello, admito que tantos conflictos me están aburriendo, estimado Luis Antonio.
ResponderEliminarUn beso.
Fer
Estoy de acuerdo con su concepto de felicidad, pero no veo nada claro eso de que los pobres son más felices. Si por pobreza se entiende la carencia de lo más básico, ¿cómo se puede ser feliz viendo pasar hambre a tus hijos, aunque algún día que otro se tenga algo que llevarse a la boca? Tengo la certeza de que esas palabras en boca de otros nos resultarían un tanto insultantes...
EliminarMe alegra saber de ti, estimada Fer.
Un fuerte abrazo
Esta pregunta tiene doble rasero. -¿Son más felices los pobres que los ricos?
ResponderEliminarLa respuesta esta ahí :que la felicidad es poder superar momentos que te sobrellevan...Y otra cosa es, ser feliz con todos ya eso va en el carácter,en el grado de conformismo el saber darle vuelta a los malos momentos etc.
Y, sino tu lo tienes que ver con tus alumnos: cuando les preguntas que queréis estudiar o a que queréis dedicaros:la inmensa mayoría ponen los maremos muy por encima de sus posibles o esta el clásico derrotista que puede pero...que no quiere superarse.Y, todo esto a la larga genera infelicidades.
-Pero ser pobre de recibo ;no creo que le pueda dar felicidad a nadie ni al más resignado...la miseria es dura y embrutece.
Un abrazo Luis Antonio.
PS:no cabe duda que este hombre tiene una experiencia vital que ya le avala: sabe lo que se lleva entre manos...Por la edad que tiene y en el lugar donde nació.
En eso, igual que tú, discrepo con el venerable Sr. Bauman.
EliminarSi fuese cierto ahora con tanto paro y miseria,estaríamos en el mejor de los mundos. Por favor...
Su concepto de felicidad si me gusta y lo comparto.
Un abrazo, estimada Bertha
Entre la modernidad sólida y la líquida también existe la modernidad pastosa, así como de dentífrico que personalmente creo que es la que predomina en estos tiempos. Quizás la realidad líquida cuando llegue de verdad hará que que suban las aguas y se tragen los continentes desde donde nos aferramos a una falsa realidad que no existe o que al menos es más frágil de lo que pensamos.
ResponderEliminarRespecto al primer tema hay que volver al aforismo de Séneca del que hablaba el presidente de Uruguay el otro día: rico no es el que más tiene si no el que menos necesita.
A veces olvidamos las tentaciones de Jesús en el desierto y que el diablo en nuestras vidas se llama deseo. Desea poco y serás más feliz.
Un abrazo
Está Vd. catastrofista, Dr. Krapp. ¡Qué raro!
EliminarEscuché la entrevista de esa rara avis conocida por Presidente Mújica y me quedé gratamente sorprendido. Lástima que no cree escuela...
El problema es que el diablo está ahí ofreciéndonos una y mil cosas y uno tiene poco de Jesus....
Abrazos
Siento no tener tiempo ahora de escuchar esta seguro que interesantísima entrevista LUIS ANTONIO ( si puedo vuelvo en otro ratito y la leo:-)
ResponderEliminarSin embargo, a mi no me sorprenden nada las palabras de este hombre solo que por otro motivo del que me parece entenderle. Creo que el fundamental motivo de por qué los pobre suelen disfrutar más de la vida por poco que parezca desde fuera que les da que los ricos, es por un asunto de acumulación de miedos. Cuanto más supones tener, más miedo tienes a perderlo. Así de simple.
Cuando más consciente eres de lo poco que tienes, no solo lo disfrutas más, careces de la sensación de pérdida... el miedo a perder lo que sea es lo que en el fondo nos hace ser infelices a todos ... eso creo yo al menos. Cuanto más atados nos sintamos a algo o alguien, más miedo sentimos de perderlo y al sentir esta angustia más infelices somos. Por eso creo que los que más dan son los más felices, no esperan recibir, ni se preocupan de lo que no tienen o carecen, dan...son felices así. Al invertir la ecuación de la acumulación no hay nada de qué preocuparse en realidad, todo lo que te llega -grande o pequeño, material o emocional- lo ves como un regalo :-)
Muchos besos mi querido profe ¿por qué a nadie se le ha ocurrido que la única asignatura realmente importante de la vida, que es enseñar a ser felices nadie la enseña? nos dedicamos a acumular datos, cosas, afectos... así nos va... deberíamos aprender a dar, esta es y será siempre nuestra asignatura pendiente, quien la apruebe con nota, sacará el curso de la vida con una sonrisa cum laude :-)
...Sé lo difícil que es conseguir aplicar esta teoría a todos los momentos, lo sé, pero yo estoy intentando llegar la 5 jaja con eso me conformo:- )
Mil gracias por todo lo que das.
Estoy muy de acuerdo en que dar, sin esperar nada a cambio, proporciona grandes satisfacciones. El problema, si acaso, es no querer compartir o no tener apenas nada para dar...
ResponderEliminarLo de que los pobres disfrutan más de la vida, no lo tengo nada claro. Y a los que se hallan en semejante trance no creo que les agrade nada que se piense así de ellos. Me temo...
Enseñar a ser felices a los demás no es ninguna asignatura reglamentada contemplada en las Leyes de Educación. Y si así fuera... es posible que pocos estaríamos capacitados para impartirla. Por eso estamos tan pobres de conocimientos y prácticas de esta materia...
Muchos besos, María. Es un placer gozar de tu presencia y de tus aportaciones. Mil gracias
Yo creo que el rico es infeliz cuando su única meta es serlo cada vez más, por tanto, estas personas habrían sido aún más infelices siendo pobres.
ResponderEliminarEntre los pobres también podemos encontrar, de hecho, a muchos infelices, que lo son porque sus ambiciones están muy por encima de sus posibilidades, no quiero decir que sean imposibles, algunos, quizá, hasta las alcanzan, pero casi siempre pasando por encima de muchas cabezas y haciendo infelices a muchos, incluso a sí mismos, es decir el precio es tan alto que cuando llegan se dan cuenta de que no ha merecido la pena.
Creo que la felilcidad es más bien un juego de valoración y de cálculo, o dicho de otra manera, de saber apreciar lo que tienes en cada instante y de medir con cautela el precio que estás dispuesto a pagar por el siguiente logro o el siguiente momento de felicidad: A veces, un salario astronómico que te de para mantener a 20 familias con todo el lujo imaginable no te compensa si has de humillarte hasta el infinito o has de ir en contra de tus principios o tu moral.
Besos
Narci. tu comentario es tan lúcido que solo se me ocurre aplaudirlo calurosamente.
ResponderEliminarSin embargo, observo que nadie ha querido entrar en la propuesta que hago... Si esa frase sobre la felicidad de los pobres las hubiese pronunciado otra persona, ¿le daríamos el mismo crédito? Mucho me temo que no...
Besos
es un tema para estar debatiendo años. El pobre y el rico. por ejemplo en la sociedad donde crecí, el rico era culpable de todas las desdichas del pobre. En Cuba los pobres disfrutabamos mucho porque no teníamos nada que perder. La felicidad era totalmente gaseosa, ni forma, ni volumen propio. Y estoy totalmente de acuerdo contigo, cuando escuchábamos a un político decir que todos eramos felices, se me estrujaba el estomago a la máxima expresión.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Nadie más que uno mismo está capacitado para expresar el grado de felicidad que tiene. Ni siquiera se puede definir el concepto de felicidad. Cada cual es cada cual...
EliminarGracias por tu aportación, Carlos.
Saludos
La felicidad o la igualdad, no son hechos 'naturales' sino creaciones humanas, legítimas, eso sí... y hasta cierto punto lógicas... pero siempre serán conceptos que vendrán definidos por la cultura en la que nos movamos. Deben y tienen, además, un referente que sirva de modelo, para decidir qué és lo que de verdad nos introduce en esos 'parnasos', la mayor parte de las veces, culturalmente artificiales. Lo que está claro, es que no representa lo mismo, la felicidad en Oriente (en su mayor parte) que en Occidente.
ResponderEliminarQuizás porque hay una cultura del 'ser' y otra del tener'. Incluso la del 'tener para ser'. (al menos la creencia) Dentro de esos parámetros, cada uno desarrolla o se acerca lo máximo posible a su idea de lo que concibe como feliz...
Bauman, a quien admiro y mucho, hace un análisis impecable en sus diversas 'liquideces', del tema, pero como todo, no deja de ser un 'punto de vista'. Por lo demás estoy totalmente de acuerdo con Narci, la cuestión que plantea de coste-beneficio o deseo permanentemente insatisfecho, me parece básica y crucial en este asunto.
Voy a leer lo de Colón... anda que...
Y un abrazote!!!
No se me ocurre ningún tipo de objeción a lo que pones de manifiesto. Lamentablemente la cultura del tener es la que impera en nuestro entorno y en ese sentido creo que da más para lamentarse que para alardear de ello. Cuando te refieres a Oriente, no sé si incluyes a China. La sensación que me dejó mi reciente viaje a ese país es que están entrando en la sociedad de consumo con un hambre voraz... Les acompaño en el sentimiento.
EliminarAbrazos, Cristal
Coincido contigo en tu reflexión sobre lo del condicionante del emisor.
ResponderEliminarBueno, es una forma de ver la vidad y de desarrollar conceptos que pretenden explicarla...
Los líquidos toman la forma o dan la forma según sea la rigidez o resistencia de lo que los contiene... y a veces se encauzan y a veces se desbordan... todo es muy relativo...
Séneca decía que "todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste", aquí la relatividad también se precia.
Supongo que parafraseando a Ortega y Gaset cabe decir que todos somos un yo y una circunstancia y que si no salvamos la segunda no nos salvamos nosotros... y que, también parafraseando a León Felipe, la ideología (que no es otra cosa que nuestro parecer sobre como deben ordenarse y suceder las cosas en la vida) se apoya en la biografía y de la leche agria se hace el requesón (de las experiencias más duras se obtienen las enseñanza más profundas, aunque todos intentamos evitarlas y nos dolemos cuando nos pasan).
Bueno, supongo que entre la excesiva riquieza y la excesiva pobreza (nunca elegida ) hay un espacio donde cada cual administra los recursos "que atesora".
Lo de por qué la riqueza y por qué la riqueza lo dejamos par aotro día.
Abrazo.
por qué la riqueza y por qué la pobreza... quise escribir, perdón.
ResponderEliminarMe encantan tus opiniones ponderadas y las citas eruditas que intercalas en tu comentario. Es un placer leerte. De verdad.
ResponderEliminarAbrazo