Máscara funeraria
Pirámide del SOL
Calzada de los Muertos
Pirámide de la LUNA
Tras visitar lo más substancial de México DF, comenzamos el recorrido de los conjuntos arqueológicos de la cultura mesoamericana por Tenochtitlán. Después vendrían: Teotihuacán, Monte Albán, Mitla, Palenque, Uxmal, Chichen Itza...Todas estas ciudades quedaron eclipsadas por la gran metrópoli clásica de Teotihuacán, construida en un valle al norte de México DF. Fundada antes de la era cristiana, llegó a contar con 200.000 habitantes que ocupaban más de 20 km2. No sé de ninguna ciudad europea que tuviese tal población por la misma época y a lo largo de varios siglos después...
Durante cinco siglos ejerció un dominio absoluto sobre la región hasta acabar destruida – quizá por los propios teotihuaquenses – y abandonada en torno al 650 d.C. Posteriormente, los aztecas tuvieron por sagrado este lugar al que consideraban obra de gigantes. Los restos que hoy pueden contemplarse: templos, palacios y basamentos piramidales dan fe de la grandeza y del esplendor de esta ciudad. Muchos enigmas siguen sin aclararse: origen, modo de vida y causas de la desaparición... Tengo más de 200 fotografías de los conjuntos arqueológicos citados y más de 1.000 de la capital federal, de las ciudades coloniales y de la Riviera Maya. Material para editar dos o tres fotolibros. Estoy en ello... En esta bitácora sólo voy mostrando alguna que otra pincelada...para no agotar a los pacientes visitantes...
Ya en Teotihuacán, y mientras hacíamos un recorrido por la Calzada de los Muertos, templo de Quetzalcóatl, recinto palacial de Quetzalpapálotl y ascendíamos exhaustos a lo alto de las pirámides del Sol y de la Luna, el guía nos contó varias “historias” que no tenían más finalidad que la de entretener y llenar el tiempo a falta de más datos sobre esta ciudad. De todo lo que explicó este peculiar personaje – que presumía de su identidad étnica zapoteca y que manifestaba una y otra vez la admiración y el odio que sentía tanto por “la Malinche” como por Hernán Cortés - me quedó grabada esta fábula que quiero compartir con vosotros. (A veces reprochamos a los alumnos que se queden más con las anécdotas que con los conceptos. Me temo que a los adultos nos pasa un tanto de lo mismo, ¿no?)
El caudillo azteca Moctezuma tenía más de seiscientas mujeres y hasta llegó a tener embarazadas a ciento cincuenta al mismo tiempo. A algunos disponer de un harén de estas dimensiones les parecerá una suerte, pero no es así... El pobre Moctezuma estaba gordísimo porque cada vez que tenía que complacer a sus esposas debía beber muchísimas tazas de chocolate y esto le acarreó serios problemas cardiovasculares. El amor – añadía con cierta sorna, el guía – también hace daño.
Por lo visto a Moctezuma le gustaba todo a lo grande. Tenía dos mil dioses y su escolta estaba compuesta por tantos hombres que llenaban todas las plazas y calles de la capital, Tenochtitlán. La cosa era tan grave que andar por las calles durante el acto del cambio de guardia era mucho peor que entrar en el “Metro” de Tokio en hora punta. Que ya es decir...”
Tras este final sorprendente, el guía prorrumpía en carcajadas una y otra vez...
Sexo y chocolate, no esta mal… si es con moderación, si no, que se lo digan al pobre Moctezuma. Viví en México unos años (en baja California - hay mexicanos que decían que aquello no era México-México, pero bueno) y también recorrí esos lares. Ahora no podría hablar de civilizaciones, fechas, hechos… me han quedado las sensaciones. Así somos.
ResponderEliminarJustamente me voy este sábado a México en la península de Yucatan, supongo que después de mi viaje voy disfrutar mucho mas tus próximas publicaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Admiración y sorpresa siento por estas civilizaciones.
ResponderEliminarHace muchos años leí "Malinche" y comprendí cosas incomprensibles.
Me gustaría saber más de Méjico o sea que espero tus próximas entradas. Un abrazo Lola
Lo que más me sorprende de estas civilizaciones es el cómo y el por qué desaparecieron de forma tan fulminante. Aunque claro....con lo de las 600 esposas.... :)
ResponderEliminarun abrazo
¡Esto sí es no quere estar nunca solo!
ResponderEliminarAntes de llegar al punto podía haber intentado hacer algo de dieta, digo yo.
ResponderEliminarDebe ser impresionante estar ahí en directo. Aunque mira, probablemente por desconocimiento total, nunca me llamó la atención el lugar en cuestión. No así el Machu Pichu. Debe ser porque el enclave en sí, me parece espectacular. Algo hay en la geomorfología de ciertos lugares de América del Sur, que sumado a la climatología y lo que supone, me llaman mucho, mucho la atención. Con los tepuyes venezolanos me sucede igual. No sép, en general siempre me ha impresionado más el resto de la Naturaleza que el ser humano y sus obras. Al menos en cuanto a arquitectura se refiere. Siendo una parte, no le llegamos ni a la suela de los zapatos. Qué va! ni a mucho menos que eso tampoco.
Besos, Luis Antonio.
No me suele gustar ver ruinas cuando viajo por ahí. En Atenas mi mujer tuvo que arrastrarme a ver el Partenón. Mi razón estriba en que uno no puede ser consciente del valor de dichos restos sin haberse preparado antes concienzudamente en la historia social, política y artística de esa civilización. Ir a ver el Partenón por ir a verlo, sin saber nada de él, es una ceremonia de turismo estándar. Veo que tú te preparaste para tus visitas arqueológicas de Teotihuacán y demás, y nos traes estas interesantes referencias sobre la vida de los aztecas, incluido ese excesivo Moctezuma.
ResponderEliminarDe todas maneras, creo que si fuera a Mexico, dejaría de lado la historia y me centraría en la realidad presente. No porque no me interese dicha historia, sino porque eso me pediría un viaje en soledad y tras un periodo previo de preparación histórica. Veo muy difícil disfrutar entendiendo algo en una visita convencional acompañado de la familia. Creo que me perdería antes en las tabernas, zocos, fiestas de los muertos (eso sí que es interesante), etc.
Esperamos tus próximas entradas sobre ese provechoso viaje Mexico.
Un abrazo, Luis Antonio.
Si ya se dice que el chocolate es afrodisíaco...así que sus muchísimas mujeres sabían lo que hacían con el pobre,ja,ja,ja
ResponderEliminarMe fascina saber cómo viven o vivieron en otros lugares,sus costumbres,etc
Me han encantado las fotos y ha sido un gustazo saber de aquella época terrible en la que un rey creo una especie de "oberbboking" en sus dominios-de todo tipo estos,por cierto...-
Besos.
Muy buena información y además curiosa e instructiva, ahhh y lo del chocolate no sabia por que me gustaba y comía yo tanto, ahora ya lo se… jejeje.. Saludos y un abrazo a tod@s.
ResponderEliminarUn placer haber llegado hasta aquí y poder seguirte. Con tu permiso volveré.
ResponderEliminarBesos
Nela
Muy interesantes estas crónicas de México. Me apunto algunos datos para contárselos a mis alumnos cuando demos la conquista de América. Seguro que les chocará lo de las esposas y lo del chocolate...
ResponderEliminarUn abrazo.
Actualmente tengo cierta repulsión psicológica hacia lo que podríamos llamar los restos aúlicos o religiosos de las viejas culturas aristocráticas. Prefiero la arqueología de baja intensidad. La que nos habla del pueblo: como vivían, como trabajaban, cuales eran sus usos y costumbres, sus creencias. Todo lo que se ha dado en llamar la historia de las mentalidades. Hay mucho de legendario en las historias de Moctezuma, resultado lógico del choque entre la cultura azteca y la pacata y reprimida civilización cristiana.
ResponderEliminarPues a mí mencantaría verlo todo y conocer tantísimas cosas y vidas tan diferentes a lo que conocemos. Lástima no tener ni tiempo ni dinero suficientes para viajar y empaparme de todo... No desespero... Igual en otra vida tendré la oportunidad ;-)
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo, Luis, y un beso fuerte
Es un misterio como los imperios colapsan en el silencio. Es una lección que deberíamos aprender si no queremos caer en el mismo error.
ResponderEliminarA Cristina:
ResponderEliminarSupongo que lo de Moctezuma tiene más de fábula que de otra cosa... Moderación, si, pero según para qué...¿no?
Saluditos
A Mari-Pi.R:
ResponderEliminarSobre los nativos de Yucatán se dicen muchas “cosas” en el resto de México. Ya me contarás... Que tengas muy buen viaje y que compartas algunos de tus recuerdos del mismo, ¿vale?
Un abrazo,
A Lola:
ResponderEliminarDespués de escuchar infinidad de opiniones de todos los gustos sobre ”la Malinche”, también me han entrado deseos de leer el libro que mencionas... Sin esta mujer, la historia de México sería otra.
Un abrazo
A De cenizas:
ResponderEliminarEl misterio de la desaparición de algunas de estas culturas sigue sorprendiendo a los investigadores...
Un abrazo
A Pedro Ojeda Escuedero:
ResponderEliminarLa soledad es mala consejera, pero tanta compañía, además de abrumar, debe matar... ¿no?
A V (Vero):
ResponderEliminarEl Machu Pichu está muy por encima de todas estas manifestaciones arqueológicas de la cultura mesoamericana en México. Y, como bien dices, hay paisajes naturales que nunca serán superados por las obras humanas. Creo
Besos, Verónica
Jajajaja, me estoy riendo del comentario de "De cenizas". Estoy de acuerdo con él al 100%!!
ResponderEliminarY es que a ese ritmo... como para no extinguirse!!
Por lo demás ¡ole viaje! el tuyo Luis.
A Joselu:
ResponderEliminarLa verdad es que la visión de ruinas muy similares – basamentos piramidales, sobre todo – puede llegar a hastiar un poco. Visitar el Partenón con preparación previa o acompañado por un guía competente sí me resulta gratificante y razón importante, entre otras, para visitar Atenas. Lo mismo se puede decir de otros monumentos históricos que dan fe de culturas pasadas que dejaron profunda huella de su existencia.
Visitar México y recorrer las huellas mesoamericans y coloniales, que se hallan por doquier, no está reñido con disfrutar de otros alicientes. Todo es compatible. En el estado de Chiapas vivimos tantos controles policiacos y militares que nos provocó la sensación de hallarnos en estado de sitio... En el Zócalo de San Cristóbal de las Casas pudimos participar de una manifestación en contra de la tortura de presos políticos...
Visitamos lugares en los que se destila el mezcal, la tequila a partir del "maguey". Visitamos, con gran placer de las mujeres, la elaboración artesanal de chocolates de mil sabores, etc. y la degustación de diversas variedades de todos estos productos, genuinamente mexicanos, nos levantó el ánimo y de qué manera.... A lo mejor lo cuento... No sé. No me tires de la lengua.
Un abrazo, Joselu
A Marinel:
ResponderEliminarTe haré una confidencia: Moctezuma no era gordo, como dice la fábula, y eso que está demostrada su afición desmedida por el chocolate y por las mujeres. Y se dice que murió de una pedrada que le lanzaron los suyos...
Besos
A Elperrroverde:
ResponderEliminarMás curiosa que instructiva, ¿no? Porque como corra el ejemplo de Moctezuma...
Un abrazo
A Nela:
ResponderEliminarGracias por tu visita. Esta es tu casa
Un abrazo
A Miguel:
ResponderEliminarPero no olvides decirles que se trata de una fábula, aunque lo de la afición al chocolate y a la mujeres está más que verificado históricamente...
Un abrazo
Al Dr. Krapp:
ResponderEliminarLos protagonistas anónimos y colectivos de la historia no han dejado huella. Sólo quedan las piedras que acarrearon como testimonio de su existencia... Siempre ha sido así...lamentablemente.
El error de Moctezuma fue identificar a Hernán Cortés con uno más de los dioses que coleccionaba...
A Nocia Dalila:
ResponderEliminarSeguro que tendrás la oportunidad. Y más si tienes tantas vidas como los gatos.
Besos, Novicia. Se te quiere
A Camino a Gaia_
ResponderEliminarBienvenida. Los expertos siguen haciéndose muchas preguntas sobre la desaparición “prodigiosa” de algunos de estos imperios.
Saludos
A Cristal00k:
ResponderEliminarSin embargo, Moctezuma murió de una pedrada y no de infarto como podía presumirse.
Un abrazo, estimada Cristal