Recientemente impartí una charla sobre las mujeres en el centro cívico La Tela de Penélope de Barcelona. Expongo aquí una reseña de la misma:
Nunca, a lo
largo de la Historia, ha habido una época de cambios tan extraordinarios para las mujeres como en el siglo XX.
Desde
la perspectiva de estos primeros años del siglo XXI, el cambio ha sido espectacular. La coincidencia con la
transición democrática no hace más que corroborar dicho proceso de cambio,
agudizado por la circunstancia de que el retraso que padecíamos era mayor que
el de los países de nuestro entorno.
Las dos guerras
mundiales, de 1914 a
119 y sobre todo la de 1940 a 1945, provocaron
la incorporación masiva de mujeres al trabajo sustituyendo a los hombres
que estaban en el frente. Aquí comienza la revolución femenina para conseguir
una igualdad social y laboral con el hombre.
En España, este proceso
se produce más tarde.
Sin embargo, las mujeres españolas en la actualidad están al mismo nivel que
las de otros países vecinos. Hay más mujeres que hombres en la Universidad para
adquirir una formación - Medicina, Ciencias, Leyes, Ingeniería, Arquitectura,
Política, Empresa...- que les permita
acceder a todo tipo de trabajos que hace algún tiempo estaban reservados
exclusivamente para hombres (bomberos, militares, soldadores...)
La Constitución de 1978 estableció, por primera vez en la
Historia de España, el principio de
igualdad y no discriminación.
Aún queda, sin embargo, un largo camino que recorrer para lograr la total integración y la
plena igualdad con el hombre. Lamentablemente las diferencias salariales y el
paro siguen afectando mucho más a las mujeres.
Las barreras sociales
siguen dificultando la completa realización de las mujeres en el triple ámbito: familiar, social
y profesional.
Un largo proceso de cambio: A principios del siglo XX el 85 % de las familias eran obreras o campesinas y en la mayoría de ellas las mujeres se dedicaban exclusivamente al hogar. El resto se dedicaba a tareas de lavanderas, niñeras, planchadoras, vendedoras de mercado o en talleres y fábricas.
La tasa de analfabetismo era mucho mayor que la de los hombres y superior al 50%.
La situación de la mujer campesina era de las peores: trabajaba de sol a sol, en el campo, en el hogar y cuidaban a sus familias con unos ingresos míseros.
Un largo proceso de cambio: A principios del siglo XX el 85 % de las familias eran obreras o campesinas y en la mayoría de ellas las mujeres se dedicaban exclusivamente al hogar. El resto se dedicaba a tareas de lavanderas, niñeras, planchadoras, vendedoras de mercado o en talleres y fábricas.
La tasa de analfabetismo era mucho mayor que la de los hombres y superior al 50%.
La situación de la mujer campesina era de las peores: trabajaba de sol a sol, en el campo, en el hogar y cuidaban a sus familias con unos ingresos míseros.
Las mujeres de la burguesía, con más educación y recursos, también tenían
limitaciones.
La industrialización incrementará la
actividad de las mujeres y surgirán personalidades ilistres:
EMILIA PARDO BAZÁN (Escritora), FEDERICA MONTSENY (Escritora y sindicalista), CONCEPCIÓN ARENAL (Jurista), VICTORIA KENT (Abogada, diputada, Directora General de Prisiones), ROSALÍA DE CASTRO (Escritora), CLARA CAMPOAMOR (Diputada) , MARÍA GOYRI (Primera universitaria española), MARGARITA NELKEN (Escritora, crítica de arte y política española feminista)
EMILIA PARDO BAZÁN (Escritora), FEDERICA MONTSENY (Escritora y sindicalista), CONCEPCIÓN ARENAL (Jurista), VICTORIA KENT (Abogada, diputada, Directora General de Prisiones), ROSALÍA DE CASTRO (Escritora), CLARA CAMPOAMOR (Diputada) , MARÍA GOYRI (Primera universitaria española), MARGARITA NELKEN (Escritora, crítica de arte y política española feminista)
Con la llegada de la II República (1931/1936) se abre un
corto período de progreso: divorcio, derecho a votar. Los partidos políticos
democráticos reforman las leyes discriminatorias
-
aceptando el voto femenino,
-
la igualdad de derechos de ambos sexos
-
y la posibilidad de acceder a cargos públicos.
(Continuará)
Un largo proceso de mejora que debe culminar por la preparación y por la presión de las propias mujeres. Los que tienen privilegios no los perderán así por así .
ResponderEliminarEvidente, hay que seguir luchando sin desfallecer para que continúe el progreso.
EliminarEs un pulso y entre todos podemos conseguirlo: siempre con el cuidado en el tratamiento de este asunto tan espinoso.Es cuestión de ir creciendo en igualdad y sobre todo en educar para saber convivir como seres racionales.Que nadie es, propiedad de nadie...
ResponderEliminarSeguimos leyéndote un debate necesario.
Un abrazo
La educación en la igualdad de derechos es fundamental tanto en casa como en la escuela.
EliminarUn abrazo
Una síntesis muy bien planteada. Algunas cosas que referencias me hacen pensar. Por ejemplo, que las guerras mundiales, que tanto muerto, destrucción y miseria trajeron para el mundo en general y para Europa en particular, propiciaran el ascenso de la clase obrera femenina con su secuela de incorporación al mundo laboral, la reclamación de derechos y la oportunidad de demostrar que podían hacer trabajos como los hombres. La Historia es así: un bucle contradictorio y a la vez constructivo, que por un lado se paga un alto precio y por otro se producen nuevos fenómenos que rompen trayectorias seculares, tales el rol subalterno de la mujer y la negación de sus derechos. Gracias por el resumen.
ResponderEliminarMejor que no haya guerras para propiciar el progreso de las mujeres. Eso ya es historia...que conviene no ignorar.
EliminarFelicidades por la charla que seguro fue muy interesante. Los datos son muy reveladores, ahora toca que se traduzcan en realidades y que no aceptemos esas siscriminaciones por razón de sexo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo mejor de la charla fue el debate entusiasta que suscitó.
EliminarUn abrazo
Como ya he dicho en repetidas ocasiones, soy totalmente contrario a la discriminación, sea esta negativa o positiva. Igualdad de oportunidades para todos y "el que más chifle, capador..."
ResponderEliminarSiempre pensé que anular a la mujer socialmente es perder el 50% de inteligencia colectiva y eso nunca es buen negocio. Aunque últimamente veamos movimientos que dicen ser feministas que rozan, sino sobrepasan la imbecilidad más absoluta, tampoco deben servirnos de referencia y por ellos castigar la igualdad de oportunidades y digo igualdad total, no mediopensionista, nunca seremos iguales, ni falta que nos hace, pero las mismas oportunidades para todos.
Un saludo
Igualdad de oportunidades, por supuesto, y de derechos...Sin olvidar las obligaciones que conllevan.
EliminarSaludos
Como bien dices en la II Republica hubo en poco tiempo importantes progresos , eso nos indica claramente que son las leyes que los gobiernos impulsan y aprueban las que hacen que las mujeres tengan mas o menos derechos , obligaciones y oportunidades , la solución es la POLITICA. Un cordial saludo
ResponderEliminarA veces se promulgan leyes progresistas merced a la presión que ejercen sectores sociales.
EliminarSoy padre de dos niñas, la igualdad de oportunidades para las mujeres y su reconocimiento es una necesidad para mí, como padre y como hombre.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartirnos tus experiencias, Luis Antonio.
Es una necesidad para ti y para toda sociedad que presuma de democrática y respetuosa con los Derechos Humanos.
EliminarUn abrazo, Paco
Irreprochable. Sin embargo el tema de la igualdad cuando se analiza la temática económica es un asunto pendiente en los sectores menos provilegiados y por lo tanto más desasistidos. Solo hay que ver los contratos precarios y el desempleo femenino en tareas poco espacializados.
ResponderEliminarMe contaban de un hotel donde la gerente y el staff femenino hizo la huega del 8 de marzo mientras que las limpiadoras, las Kellys, no pudieron, tampoco mi hija.
A veces tengo la impresión de que viendo a Ana Botín, a la reina o a Ana Rosa Quintana que se prefiere olvidar que el 8 de marzo nació como homenaje a la huelga de las trabajadores textiles y que la apropiación de esa fecha por la burguesía no estaba entra las intenciones de Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo o así me parece a mí. Incluso diría que se ha convertido en una especie de tendencia de moda a tiro fijo, casi con un toque navideño, a la que el capitalismo le está sacando importantes rendimientos.
Un abrazo
Esos son los retos pendientes: Igualdad salarial, contratos `precarios, desempleo, protección de la maternidad, etc. que afectan sobremanera a las mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo