Disfraz temporal,
victimismo agudizado,
reivindicación insaciable,
dirigismo cultural,
manipulador de masas,
dirigismo cultural,
manipulador de masas,
banderas y soflamas,
chantajista compulso,
ideología débil que
no resiste el menor
análisis intelectual,
enemigo del debate,
del diálogo sereno,
de la autocrítica,
de la libertad
y de la democracia,
sin principios éticos,
fraseología insulsa,
himnos y consignas,
narcisismo colectivo,
paranoia convulsa,
sectarismo radical,
o sea, y en definitiva,
enfermedad mental...
Todo eso y más...
me sugiere la palabra
NACIONALISMO.
Pero también tiene una fuerza
que no procede ignorar:
sabe adoctrinar enarbolando
el enhiesto estandarte de
un patriotismo salvador,
el enhiesto estandarte de
un patriotismo salvador,
aunque mustio y rancio,
bajo un disfraz populista
aparentemente moderno,
y sabe, como pocos,
explotar las emociones
hasta el extremo de
convertirlas en una especie
de inflación de la emoción...
frente a la razón.
¿Y por qué las emociones catalanas son de pronto tan explotables? ¿No habíamos quedado en que un país culto y civilizado era aquel cuyos ciudadanos jamás perdían la dignidad hasta el punto de confundirse con la turba ciega? ¿No es más propio lo que han hecho de jornaleros hambrientos que de jugadores de pádel? ¿Cómo es posible ser tan supremacista y entregar la propia persona al juego de la oligarquía como si fueran barajas de usar y tirar?
ResponderEliminarNo sé si dicho país es tan culto y civilizado como sería deseable o como algunos manifiestan. Lo cierto es, y bien que lo lamento, que las emociones priman...También me hago preguntas similares a las tuyas, pero no encuentro respuestas razonables...
EliminarSaludos, Antonio
Un poema representativo para estos acontecimientos que están ocurriendo últimamente, en realidad, es como bien dices, un disfraz populista.
ResponderEliminarBesos y feliz tarde de domingo, estimado Luis Antonio.
Creo que no tiene nada de poema ni lo pretende, estimada María.
EliminarLo del disfraz populista, curiosamente, engaña y seduce a no pocos...
Besos, muchos
Sembrador de odios y diferencias. Los nacionalismos son una patología. Hay que buscar las causas de esa enfermedad tan peligrosa y atajarla.
ResponderEliminarPatología que muchos viven con entusiasmo, quizás por lo que tiene de supremacista...
EliminarLUISANTONIO , creo que ya en otra ocasión te lo dije , pero por si acaso lo dire una vez mas . Los nacionalismos ,TODOS ,enfrentan , dividen , separan a la ciudadania , y no es difícil de adivinar a quienes beneficia una ciudadania dividida Salud
ResponderEliminarAsí es, amigo Galanygarciah. Me cuesta creer, sin embargo, que el daño que causan pueda beneficiar a alguien con sentido común y corazón...
EliminarSalud
Pues en esta ocasión querido LUISANTONIO creo que no estas muy " acertado " porque es manifiestamente CLARO a quienes esta beneficiando el nacionalismo catalán . Saludos cordiales
EliminarMe imagino a quiénes beneficia ese proyecto, pero como no estoy muy seguro, a lo mejor me lo aclaras tú, amigo Galanigarciah...
EliminarLos nacionalismos, todos, son muy peligrosos, lo recoge muy bien el texto que presentas.
ResponderEliminarUn abrazo.
A pesar de su peligrosidad, alguien parece disfrutar fomentándolos...
EliminarAbrazos
Es como esos hojaldres que te pones a comer pensando que son apetitosos y te pringan, te manchan las manos y te dejan hecho un asco. Mejor verlo desde el escaparate para que no te contamine con sus burdas pretensiones emocionales.
ResponderEliminarPero esos hojaldres también parecen tener un dulce sabor para según quiénes, ¿no?
EliminarPor si acaso, haremos régimen...
Un abrazo
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, amigo Krapp
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