En su día, no hace mucho, ya manifesté mi solidaridad con un texto de
Susana Camps que decía así: "Cuando uno no es
nada, proclama como mérito ser hombre, ser de raza blanca o ser de este
pedacito de tierra y no de ese otro. Como si hubiera hecho algo para nacer así
o ahí. Como si no fuera el producto de una herencia, como todos y cada uno en
la tierra"
Así pues, ser turolense, catalán, español, blanco y bisiesto, entre otras cosas, no es más
ni menos que ser de otro lugar, tener otro color de piel o haber nacido en un día u otro. Bueno... lo de "turolense" y "bisiesto" podría verse con
otros ojos...porque son unos rasgos identitarios de los que pocos pueden presumir...
Todo esto viene a cuento de que
me he encontrado con este artículo ¿nacionalista? de Cristian Campos - periodista
y editor, además de ateo, racionalista, materialista y algún “ista” más, autor
del blog El
Pandamonium - y me he divertido
tanto leyéndolo que quiero compartirlo con vosotros. Ni ánimo doctrinario ni
nada por el estilo, ¿eh?
Veamos cuáles son todas esas razones:
1. Por los españoles, claro. Incluidos
aquellos que no quieren serlo. Porque esos, precisamente, son los españoles por
antonomasia.
3. Por las veinte mejores canciones de
la historia del pop español: La muchachita (canción antinacionalista zamorana) (Veneno), Bella Kali (Las
Grecas), Mediterráneo (Joan
Manuel Serrat), El ángel Simón (Nacho
Vegas), La leyenda del tiempo (Camarón), So payaso (Extremoduro), Joselito (Kiko Veneno), Ni tú ni nadie (Alaska
y Dinarama), Reunión
en la cumbre (Los
Planetas), Maricas (Los
Punsetes), Tatuaje (Valerio,
León y Quiroga, cantada por Concha Piquer), La casa del misterio (Ilegales), Por qué te vas (Jeanette), Baila Sumeria (Triángulo
de amor bizarro), Mi gran noche (Raphael), Cita en Hawai (La
Mode), La bien pagá (Perelló
y Mostazo, cantada por Miguel de Molina), Calgary 88 (Antònia
Font), Groenlandia(Zombies), La chica de ayer (Nacha
Pop).
4. Por la
España del siglo XVI, cuando este país era lo más parecido a un
Estado de derecho moderno que existía en toda Europa. Y desde luego uno
bastante más benévolo y tolerante que la mucho mejor publicitada Inglaterra
isabelina.
5. Por Bambino.
6. Por Luis
Benedito, el taxidermista del museo de Ciencias Naturales que
recibió a principios de los años 20 del siglo pasado el encargo de disecar un
elefante cazado por el abuelo del actual duque de Alba. Benedito, que nunca
había visto un elefante y que no sabía que los testículos de estos animales no
son externos sino internos, tiró de imaginación y le encasquetó al pobre animal
un par de huevos que lo convirtieron en el único paquidermo sobre la faz de la
tierra con los cojones más grandes que el caballo de Espartero. Literalmente.
7. Por Breve
historia de España, de Fernando
García de Cortázar.
8. Por los
cafés con leche en vaso. Y por la magdalena que suele
acompañarlos.
10. Porque tenemos el único himno del
mundo específicamente diseñado para que a nadie se le olvide jamás la letra:
“LOOO LOO LOOLO LOLOLOLOLOLOLO LOLOLÓ LOO LÓ LOLOLOLOLOLÓ…”.
11. Por el palo cortado Leonor. Puro zumo
de roble. Un jerez que cuesta 20 € y vale 200 €. Si no es el mejor vino español
del siglo XXI muy poco le falta.
12. Por el milenarismo de Fernando Arrabal. De cuando la TV todavía era
divertida y no insultaba la inteligencia del espectador.
13. Porque desde 1978 en adelante no
hemos parado de ganarle batallas al nacionalismo: al vasco, al catalán, al de
los golpistas del 23F y al de ETA.
14. Porque somos la única nación del
mundo en la que hasta aquellos que odian España y a los españoles quieren ser
presidentes del Gobierno.
15. Por Blas
de Lezo, que defendió Cartagena de Indias con sólo seis barcos
y 3.000 soldados frente a una armada británica formada por 195 navíos, 3.000
cañones y 25.000 soldados. La derrota de los británicos fue una de las mayores
catástrofes militares de su historia (murieron entre 11.000 y 18.000 de sus
soldados) y permitió prorrogar varias décadas el dominio español de las
Indias.
16. Por el barrio de Salamanca y la zona
alta de Barcelona.
17. Por el mejor vídeo electoral que se
ha hecho en este país. Y no, no es del doberman. Es ese en el que se cita a Kipling.
18. Por esas diez obras maestras de la
historia del cine que son Viridiana,
El Verdugo, Los santos inocentes, Arrebato, La caza, Mujeres al borde de un
ataque de nervios, ¡Bienvenido, Mr. Marshall!, Amanece que no es poco, Atraco a
las tres y Belle Epoque. Ninguna de ellas podría haber sido
rodada en ningún otro lugar que no fuera España.
19. Por Clara
Campoamor y por
aquellos que la han leído.
20. Porque tenemos una querencia
incomprensible por la fealdad y la oscuridad,
pero eso sólo hace que lo noble, lo relajado y lo luminoso brille por contraste
el doble.
21. Porque, como explica el historiador
londinense Robert Goodwin, fuimos
el único imperio del mundo capaz de autolimitar sus conquistas por motivos
morales, convirtiéndonos en los pioneros de eso que posteriormente
se llamó “derechos humanos”.
23. Por María
Elvira Roca Barea y
ese mazo demoledor de prejuicios y complejos carpetovetónicos que es Imperiofobia y leyenda negra.
24. Por el “noventa minuti en el Bernabéu
son molto longo” de Juanito.
25. Por las diez obras maestras de la
pintura española: Las
Meninas (Velázquez), La rendición de Breda (Velázquez), Los fusilamientos del 3 de mayo (Goya), El caballero de la mano en el pecho (El Greco), Paseo a orillas del mar (Sorolla), el Guernica (Picasso), Gran Vía (Antonio
López), Signos
y constelaciones enamorados de una mujer (Miró), La persistencia de la memoria (Dalí) y La mesa de los cartujos (Zurbarán).
26. Por las
cuarentenas y las políticas de control de epidemias que los conquistadores españoles
implantaron en Sudamérica para proteger a los indígenas. Algo que no hicieron
los ingleses, por cierto, ni que fuera por instinto de autoprotección.
28. Por la Inquisición, un tribunal
bastante más civilizado de lo que la leyenda negra ha transmitido. Y mucho
menos criminal de lo que se ha vendido (1.300 condenados en 140 años cuando
Isabel I de Inglaterra ejecutó a miles sólo en sus primeros años de reinado o
cuando el calvinismo mató en apenas veinte años a 500 en Ginebra, una ciudad de
sólo 10.000 habitantes).
29. Por el
quinqui español, la única tribu urbana intrínsecamente
española.
30. Porque nuestra bandera es fea pero
más fea son las de Brasil, Alemania, Italia, China o cualquiera que lleve el
color verde. Al menos la nuestra tiene un león en el escudo. Y no un león
cualquiera, sino uno rampante, de púrpura, linguado, uñado, armado de gules y
coronado de oro.
31. Por la
traducción al español de los insultos del capitán Haddock:
Cyrano de cuatro patas, mercantilista, mercader de alfombras, Fátima de
baratillo, palurdo de los Cárpatos, papú de mil diablos, beduino
interplanetario, burgués, bulldozer a reacción, pirómano, calabacín diplomado,
residuo de ectoplasma, rizópodo, coloquinto de grasa de antracita…
33. Por la Escuela de Salamanca del siglo
XVI, que sentó las bases de los estudios de economía modernos, que estudió los
problemas económicos generados en España tras el descubrimiento de América y
que defendió una visión liberal de la economía, así como el derecho de
propiedad, la libre competencia y la naturaleza dinámica de los mercados.
34. Por los cuadros de Luis Pérez (este no soy yo, que conste) y las batallas de Augusto
Ferrer-Dalmau.
35. Porque somos el necesario contrapeso
realista, muy de castellano viejo, a esa Europa que no acepta su papel
secundario en un mundo cuyo centro económico, intelectual y científico se ha
trasladado al Pacífico. Nosotros
sabemos lo que es perder un imperio, así que alguna lección
podemos darle a esos europeos que viven en la negación de su propia
decadencia.
36. Porque cuando la genética española da en el clavo (y esto no lo niega nadie con ojos), lo funde.
37. Porque fuimos los responsables de la primera campaña de salud mundial de
la historia, la expedición de Balmis, que se extendió desde
1803 hasta 1814, que vacunó a miles de personas en toda América, que llegó
hasta China y Filipinas, y que sentó las bases para la posterior erradicación mundial
de la viruela.
38. Por la prensa del corazón española.
Nunca se reconocerá lo suficiente su genio.
39. Por Últimas
tardes con Teresa, de Juan
Marsé.
40. Porque somos los mejores del mundo construyendo diques. Y porque nadie se ha peleado más y
mejor con el océano más cabrón del planeta (el Atlántico) que los ingenieros
marítimos españoles.
41. Por Séneca.
42. Por esos españoles que siguen
vistiendo de traje a pesar de la presión ambiental que hace apología de la
fealdad, la horterada y la falta de respeto por los demás.
43. Por la Transición y
por aquellos que lograron que llegara a buen puerto.
44. Porque ahora ya sabemos que la mítica
España negra tiene un techo electoral del 15-20% y un máximo aproximado de
cinco millones de votos.
45. Por la Semana Santa de Sevilla.
46. Por Fernando
Álvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba. El mejor
general de su época y uno de los más brillantes de la historia.
47. Por la corrección gramatical con la
que te despachan los de Cuenca cuando les preguntas por la dirección de las
“Casas Colgantes”: “Colgantes son mis cojones, lo que tenemos en Cuenca son
Casas Colgadas”.
48.Por las Mahou bien
tiradas.
49. Por el mejor estribillo de
la historia del pop: “Tú que eres tan guapa y tan lista, tú que te mereces un
príncipe, un dentista, ¡tú!, te quedas a mi lado y el mundo me parece más
amable, más humano, menos raro”.
50. Por Madrid y los madrileños.
51. Por esos cuatro discos míticos que
abrieron las ventanas del flamenco y lo airearon con pop, blues, rock y jazz: Veneno (Veneno), La leyenda del tiempo (Camarón), Blues de la frontera (Pata
Negra) y Omega (Enrique Morente y Lagartija Nick).
52. Porque tenemos a los mejores columnistas de derechas de la prensa europea. Los he citado decenas de veces, ellos
saben quiénes son.
53. Porque somos el país líder mundial en
donación de órganos.
55. Por la poesía de Miguel d’Ors, la de Luis Alberto de Cuenca y la de José Luis de la Cuesta.
56. Por los admirados ingenieros españoles. Esos que están al
cargo de la construcción de algunas de las infraestructuras más importantes del
mundo, como el AVE entre La Meca y Medina, los nuevos canales y ensanches del
Canal de Panamá o el metro de Riad.
57. Por el más fino retrato jamás dibujado del pecado original
español: el desprecio por la justicia.
58. Por Cervantes,
Baroja, Larra, Lope de Vega, Quevedo, Valle Inclán, Jorge Manrique y Galdós. Y
por Gil de Biedma.
59. Por Jordi Cruz y Ángel León y El
Celler de Can Roca y el Dos Palillos y por todos los chefs que salieron de la
cantera del Bulli. En pocos rincones del mundo, quizá sólo en Japón, Italia y
algunas grandes ciudades de los EE. UU., se
come tan bien y a precios tan razonables como en España.
60. Por Madrid,
de corte a checa, de Agustín de Foxá.
61. Por las berenjenas de Almagro, los
donuts de las pastelerías Boldú y las patatas bravas del Docamar
madrileño (y las de Casa Tomás en Sarrià, Barcelona)
62. Por La Bodega de la Ardosa, en
Madrid.
63. Por el Coto de Doñana y sus ciervos, sus garzas
imperiales y sus gallipatos. Y por el día en que se prohíba a las hermandades
del Rocío cruzarlo a su antojo dejándolo sembrado de basura.
64. Por las encinas, por sus bellotas,
por los cerdos que se alimentan de ellas y por lo que hacemos después con esos
cerdos.
65. Por el Museo
del Prado.
66. Por el azahar, las buganvillas y los
jazmines.
67. Por los españoles inteligentes: Antonio Escohotado, Félix de Azúa, Gregorio Luri, Enrique
García-Máiquez, Manuel Arias Maldonado, Arcadi Espada, Ferran Caballero…
68. Por el cupón de la ONCE, el LSD con el
que miles de españoles disfrutan de experiencias extracorpóreas cada semana sin
moverse del sofá de su casa.
69. Por la cerámica de Talavera (la
antigua, obviamente).
70. Por los dibujantes y guionistas de
cómic españoles: Ibáñez,
Carlos Giménez, Daniel Torres, José María Beroy, Miguelanxo Prado, Enrique
Sánchez Abulí, Jordi Bernet, Juan Díaz Canales, Juanjo Guarnido, Jan…
71. Por Formentera. Y por las calas de la
Costa Brava.
72. Por los futbolines.
73. Por los cielos de Castilla la
Mancha.
74. Por las patatas fritas de churrería.
Y por los churros, mismamente.
75. Por la frase “dos españoles, tres opiniones” de Vainica Doble.
Debería ser el lema de nuestro país.
76. Por los camareros, las azafatas, los
viejos, los derechistas, los católicos, los autónomos, los pueblerinos, los
empresarios, los trabajadores de banca, los chefs, los liberales, Amancio Ortega, los policías y los guardias civiles.
78. Porque los españoles podemos ser
corruptos, antisemitas, antiliberales, anticapitalistas y, en determinados
sectores de la izquierda regresiva, hasta antidemócratas. Pero peor sería ser corruptos, antisemitas, antiliberales,
anticapitalistas y antidemócratas, y encima no ser españoles.
Es decir ser franceses.
79. Por las vistas de África desde las
playas de Zahara de los Atunes.
80. Por el lince ibérico. Que no es más
que un gato con pinta de quinqui. Es decir un gato intrínsecamente
español.
81. Por Chiquito,
que le ha dado la vida a media España.
82. Porque somos uno de los pocos países
del mundo en los que se puede ver salir el sol sobre el mar y ponerse sobre el
océano.
84. Por el escultor Xavier Corberó y
su verdadera obra, que no fueron sus esculturas sino su vida.
85. Por las portadas de la revista Zona
84. De cuando en España aún se hacían portadas bonitas y llamativas
y no esos coñazos minimalistas de ahora.
86. Porque los españoles llevamos casi 40
años sin matarnos por nuestras diferencias políticas. Excepción hecha de un
porcentaje nada desdeñable de españoles del País Vasco que han querido
confirmar la regla a base de tiros en la nuca y bombas lapa.
87. Por Fernando Alonso. Aunque sólo sea
para que se jodan los antialonsistas.
88. Por Angélica
Liddell, que ha entendido el arte.
89. Por todos aquellos españoles que
querrían que escribiera en esta lista “por el gol de Iniesta”. Que sí, hombre,
que por
el gol de Iniesta también.
90. Por las chicas de la natación
sincronizada.
91. Porque comparados con el resto de europeos somos muy limpitos.
En nuestras casas, eso sí: otra cosa es en la calle.
92. Por la aceitera de Rafael
Marquina.
93. Por la Ibiza de los años 60 y
70.
94. Por el
queso manchego. El de verdad.
95. Por la aristocracia bodeguera
jerezana. Lo más parecido a la landed
gentry británica que
tendremos jamás en España.
96. Por las playas del Cabo de
Gata.
97. Porque nos gusta más una tiniebla y
un oscurantismo que a un tonto un lápiz pero le sacamos punta hasta a los
funerales. Véase por ejemplo la mejor cuenta de Twitter en español de todos los
tiempos: Reverte enfurecido.
98. Porque nuestro Pérez-Reverte pilla a
Chuck Norris por banda y le arranca la columna vertebral con las muelas.
99. Porque, por suerte, el nacionalismo español ya no existe. (Lástima que afloren otros...)
100. Por ella,
claro, que es más española que Carmen
Amaya, Isabel
la Católica y Mariana Pineda juntas.
-Felicitarte por esta entrada y por dejarnos leer estas 100 razones de ser español:me he reído y, con lo que a mi me gusta sacarle punta a todo: te dejo las que más me han gustado:34,47,49,53,54,56,58,65,68,72,80,88,91(somos el país que más destina en ayudas),97.-Y nunca mejor dicho que los ingleses que son tan suyos a ver si se nos pega un poco de su dignidad, pero claro ya no seriamos españoles...
ResponderEliminarY, ya sabes lo que pienso en cuanto a tener tantos combinados sanguíneos que no dejamos de ser una pieza más en este complicado puzzle.
Un fuerte abrazo feliz semana profe:(
Me alegro que te haya hecho reír. Esa, y no otra, era la intención. Hay que alimentar de vez en cuando al sentido del humor para que no se atrofie.
EliminarAbrazos, Bertha
Jocoso y divertido y sobre todo ingenioso pues en tiempos de sinrazón resulta muy, muy dificil encontrar razones para cualquier cosa. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Francesc Cornadó
Ingenioso. Ese es el adjetivo más apropiado. Con altibajos, claro está...
EliminarUn abrazo, Francesc
El texto me ha hecho pasar un buen rato. Ya sabes cómo pienso de todos los nacionalismos: catalán, español... En qué cosas nos han metido...
ResponderEliminarHasta puede haber muestras de nacionalismos divertidos, ¿no? Aunque, lamentablemente no se prodigan
EliminarUn abrazo, Pedro
Hola Luis Antonio.
ResponderEliminarUna lista variopinta, desde luego.
Me voy a mojar, las razones literarias y culturales están muy bien... Pero voy a ser sincero, la 72. Los futbolines.
Lo tengo clarísimo! Han llenado mi niñez con momentos memorables :)
Un abrazo!
Variopinta a más no poder. Igual que los que vivimos sobre esta "piel de toro", ¿no?
EliminarUn abrazo, Paco
Por lo menos alguien que no afirma su identidad basada en la negación de la identidad contraria como se suele hacer en estos tiempos.
ResponderEliminarTiene su gracia aunque es muy carca que también es una palabra genuinamente española.
Un abrazo
El componente carca, más otros más pinorescos, constituyen la idiosincrasia de este país, ¿no?
EliminarUn abrazo
Mira LUISANTONIO , es que no se que decirte , ni me ha gustado , ni es divertido , ni he podido llegar al final de esa larga lista de ... bueno ya te digo que no se que decirte . Hasta pronto
ResponderEliminarEl sentido del humor es muy personal. Siento que no haya sido de tu agrado. Cambiaremos de tema en la próxima entrada. Tampoco pretendía que se ovacionase esta suerte de "disparates"...Pero, insisto, yo si me he divertido y no tenía más pretensión que compartirlo...
EliminarSaludos cordiales
Tiene su gracia, algunas son muy buenas, otras menos, pero es que cien son muchasss, jajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
Escribir 100 ideas ingeniosas y divertidas está al alcance de pocos. Nos conformamos con algunas, ¿no?
EliminarUn abrazo
A propósito de este tema, os recomiendo la lectura de esta obra:
ResponderEliminarJuan Pedro Aparicio
Nuestro desamor a España. Cuchillos cachicuernos contra puñales dorados
Oviedo, Nobel, 2016
¿Qué provoca el desamor a España? ¿Por qué los españoles renegamos de nuestra nación? ¿Dónde se oculta la raíz del problema? El deseo de responder a estas preguntas es el hilo conductor de este fervoroso y documentado ensayo, que recibió el Premio Internacional Jovellanos 2016. A Juan Pedro Aparicio le duele España, pero, a diferencia de otros lamentos estériles insertos en una ya larga tradición, trata de indagar las causas ocultas en el desapego que sienten no pocos compatriotas. Dos son las ideas nucleares que vertebran el ensayo y a las que se atribuyen los problemas que sufre la identidad española. La primera se sintetiza en el término Castispaña, acuñado por el autor para criticar la noción, imperante desde la generación del 98 en el discurso historiográfico liberal –y luego asumido por el franquismo–, de que Castilla «es» España, puesto que Castilla «hizo»” a España. Ramón Menéndez Pidal, José Ortega y Gasset, Américo Castro o Claudio Sánchez-Albornoz, pese a sus diferencias, nunca disienten en atribuir a Castilla un protagonismo fundador en todas las dimensiones «nacionales». Cegados por su triunfo político, defienden que a Castilla se debe la formación de la lengua española o lo mejor de nuestra literatura, y hacen del Cid un héroe epónimo de Castilla, al que glorifican y proyectan como modelo reconquistador y humano, contraponiéndolo al rey de León, Alfonso VI. Semejante invención del pasado no sólo es perversa por no ajustarse a la verdad histórica, sino sobre todo porque fue asumida por la ideología franquista, con la que acabó por identificarse, con el consiguiente perjuicio para la percepción colectiva de qué sea España...
Creo que la bibliografía que recomiendas viene a cuento del tema. Me resulta sugerente el tema de Juan Pedro Aparicio y tomo buena nota del título. Ya te diré algo...
EliminarGracias, Jordi
Un abrazo