Eduard Márquez, amigo, profesor y escritor prestigioso, recomendará mañana viernes en su programa de Catalunya
Radio - Llibres per ser feliços: escriure per ser llegit - la lectura de "El país del agua" de Graham Swift. Las dotes pedagógicas
y orales de Eduard, el criterio de que hace gala, además del entusiasmo que pone en su programa
alimentan la curiosidad y el deseo por acceder a los libros recomendados.
Tengo tanta confianza en su punto de vista que sin demora alguna he buscado
información sobre dicho autor y su obra. Rindo culto a las nuevas tecnologías.
En un momento he hallado datos sobre dicho Graham Swift y hasta he podido
descargarme la novela en mi iPad y
echarle un vistazo "aéreo" un tanto acrobático.
Graham Swirt es un escritor
británico nacido en Londres. Hijo de un funcionario que sirvió como piloto
naval durante la II Guerra Mundial. Cursó estudios en Cambridge, obtuvo una
maestría en Bellas Artes y pasó un año enseñando inglés en Grecia. Recibió las
bendiciones de la crítica por El dueño de
la dulcería y El volante, sus dos
primeras novelas, aunque fue gracias a la repercusión que tuvo El país del agua, una evocación de la
llanura pantanosa -los Fens- en la provincia de Cambridge, que pudo empezar a
mantenerse económicamente como escritor desde mediados de los ochenta.
"El país del agua" ha sido unánimemente
reconocida como una de las mejores novelas de la literatura británica de las
últimas décadas. Las clases del profesor de historia Tom Crick son muy
particulares: nada de fechas, batallas o héroes, apenas el pasado del maestro y
la vieja lucha de su familia contra los pantanosos "Fens" ingleses. Con fascinación,
profesor y alumnos se adentran en esa historia cercana repleta de recuerdos,
anécdotas, un primer amor en plena Segunda Guerra Mundial, un asesinato... A pesar de las directrices de la escuela, Crick elige
contar su vida antes que dictar el tradicionalmente amable programa de la
materia. Este profesor de historia que cuestiona el sentido real de esa
disciplina y del conocimiento humano en general acabará siendo castigado -mejor dicho, invitado a prejubilarse- por un
director escolar conservador y mecanicista. Dentro de las
numerosas virtudes de esta novela está el hecho de que varios capítulos se
pueden leer separadamente como cuentos, sin que esto signifique, en modo alguno
que la novela carezca de unidad.
De ese precipitado
vuelo por encima de sus páginas he seleccionado varios fragmentos. Tras una
criba de los mismos me he decidido por seleccionar el siguiente con el que
estoy incondicionalmente de acuerdo:
"Sed curiosos, niños. No hay nada peor que el día en que cesa la curiosidad. No hay nada más represivo que la represión de la curiosidad. La curiosidad engendra el amor. Nos ata al mundo. Forma parte de nuestro perverso y atolondrado amor por este planeta imposible en el que habitamos. Cuando se acaba la curiosidad, la gente se muere. Las personas tenemos que averiguar, tenemos que saber. ¿Cómo puede haber una revolución verdadera si no sabemos todavía de qué estamos hechos?"
En muchas ocasiones he
manifestado que los alumnos son los auténticos protagonistas y artífices del
aprendizaje. Cuando tienes la fortuna de "lidiar" con una clase en la
que predominan alumnos con curiosidad por saber y ganas de aprender, el nivel
de la misma sube en todos los sentidos. Pocas actividades son tan gratificantes
como la de impartir clases a un grupo que tiene mayoritariamente tales
cualidades...
P.D.: Aquí la grabación del programa de radio. A partir del minuto 12,54 (presentación en catalán, textos en castellano)
http://www.ccma.cat/catradio/alacarta/la-vida/llibres-per-ser-felicos-les-nissagues-familiars/audio/903155/
P.D.: Aquí la grabación del programa de radio. A partir del minuto 12,54 (presentación en catalán, textos en castellano)
http://www.ccma.cat/catradio/alacarta/la-vida/llibres-per-ser-felicos-les-nissagues-familiars/audio/903155/
La curiosidad es el resorte que dispara: la creatividad, la atención, el criterio,y sobre todo aprender a entender mejor las cosas;porqué suelen ser preguntones y aunque a veces te desbordan, no deja de ser gratificante.
ResponderEliminarSe nota que disfrutas y me ha picado la curiosidad por este libro.Por estas fechas suelo regalar libros que mejor que saber a que atenerse.
Un abrazo feliz finde.
Es cierto que disfruto impartiendo clases de literatura, comentando textos, haciendo introducciones a las lecturas, leyendo fragmentos seleccionados, solicitando la participación de los alumnos... A veces, hasta tengo la ingenua presunción de que el entusiasmo también es contagioso...
EliminarAbrazos, Bertha
Perdóname por haberme perdido tu última evaluación LUIS ANTONIO, prometo hacerte dos trabajos extras ( llenos de dibujitos;) e incluso leerme esta novela que con tanta vehemencia recomiendas me parece fascinante leerte tan ilusionado e incluso diría orgulloso de tus alumnos ... ¿ tú sabes lo difícil que es ver a un profesor ilusionado con sus alumnos? Mmm por eso eres tan súper querible como mi querida BERTHA ;)
ResponderEliminarEstoy contigo y con tu autor, sin curiosidad uno se muere por dentro, el entusiasmo desaparece cuando perdemos nuestra capacidad de asombro y solo se asombra quien busca cosas nuevas, quien desea explorar, descubrir algo con lo que apasionarse .. a partir de ahí subir la cuesta del aprendizaje por empinada que sea es siempre más fácil... el motor se pone en marcha y los caballos de las ganas.. tiran ;)
Muuchos besos y mil gracias por esta recomendación, queda apuntado como posible regalo Navideño!!
Las clases a las que hago referencia no se prodigan mucho, pero se dan de vez en cuando. Hay materias, eso sí, que despiertan más interés que otras. El profesor puede hacer mucho en este sentido.
EliminarNunca hay que entrar en el aula con la única idea de que vas a enseñar, sino en lo mucho que tienen los alumnos que enseñarte a su vez. La verdad es que resulta muy enriquecedor motivar a los alumnos para que te transmitan sus ideas, sensaciones, etc. ante un texto, un libro, una frase...No sé quién dijo que "enseñar es aprender dos veces". No tengo la menor duda de que así es.
Muchos besos, María
Sin duda alguna, Antonio, tú también tienes dotes de persuasión porque con tu entusiasmo hacia algunas personas, temas y como en esta ocasión, libro, has conseguido incitarme a leerlo.
ResponderEliminarNo soy docente, pero sí que debe ser una gozada tener alumn@s curios@s.
Como alumna que fui, puedo afirmar que tener un profesor/a entusiasta también promueve la curiosidad.
Besos
Decía antes y lo reitero que hay que querer aprender para dedicarse al oficio de enseñar. La curiosidad, por lo tanto, ha de darse tanto en profesores como en alumnos. Ser docente es un ejercicio de enorme responsabilidad y ésta debe partir del deseo de aprender, de seguir aprendiendo. Los alumnos están por encima del profesor en muchos aspectos del conocimiento. En el uso de las nuevas tecnologías, por ejemplo. Recurrir a ellos para determinados menesteres enriquece su autoestima.
EliminarDesempañar un trabajo que agrada es tremendamente gratificante. Yo, y no quiero ocultar que no me faltan los problemas en el ejercicio de mi profesión, me siento muy afortunado.
Besos, Marinel
Cuando tienes alumnos que sienten curiosidad la clase va sola, se "lidia" muy bien con ellos. Me apunto la lectura del libro en mi lista de deberes de profe. Tiene una pinta estupenda, así que gracias por la recomendación.
ResponderEliminarUn abrazote.
Daniel Pennac dice algo así como "siempre he pensado que la escuela la hacen, en primer lugar, los profesores". Uno de los problemas que se palpa en el ámbito docente es el desánimo y el pesimismo. La baja autoestima se evidencia por doquier. Por eso me gusta la frase citada. Habla del orgullo de la profesión docente, de la dignidad, de la suerte...Tenemos que contagiarnos entusiasmo y fe en lo que hacemos y no caer en el victimismo acostumbrado que se traduce, en la mayoría de las veces, en culpar a los demás. Tampoco hay que ser tan fieles a los programas educativos. Hay margen y libertad para las innovaciones...
EliminarEl libro recomendado va en esta línea. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con sustituir la historia universal por la propia....
Abrazos y besos, Angie
Apunto el dato porque me interesa tu reseña y el autor. Yo al Swift que conozco bien es a un tal Jonathan, quizás unos de los típicos más lúcidos y más ácidos que han usado el idioma de Dickens para expresarse.
ResponderEliminarConcuerdo con la cita, la curiosidad es el halo vital que nos mantiene jóvenes y dispuestos para seguir buscando. Los jóvenes son eternamente jóvenes si su curiosidad les obliga a seguir buscando.
Un abrazo
La curiosidad es vital, pero insuficiente. De ella nace, eso sí, el deseo de indagar, de investigar acerca de un tema. En el proceso de la enseñanza debemos, como docentes, facilitar la adquisición de estos mecanismos, que proporcionan las bases del autoaprendizaje.
EliminarY puestos a buscar factores que facilitan el aprendizaje, hay que recordar que la imaginación es posiblemente la capacidad más útil del ser humano. Frente a la lógica, que nos proporciona estabilidad, la imaginación nos permite desbordar los límites de lo real para crear algo nuevo.
Me atrevería a decir, dado el momento de crisis que estamos padeciendo en la actualidad, que la imaginación es más importante que los conocimientos. No sé cómo andan de ambas cosas nuestros posibles dirigentes políticos...
Un abrazo
No conocía al autor, pero la filosofía si, siempre he definido la vejez como falta de curiosidad. La curiosidad da un brillo especial a la mirada. Un saludo
ResponderEliminarCreo recordar que el mismo Albert Einstein dijo: "No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso".
EliminarY el mismo autor señala algo así como que lo importante es no dejar de hacerse pregunta...
No tengo la menor dudad de que cuando se pierde la curiosidad por lo que sea...la vida no tiene sentido.
Saludos
Pues me apunto -cómo no-, la recomendación.
ResponderEliminarA veces pienso que en las escuelas conseguimos enseñar a leer, pero no tanto señalar qué vale la pena leer... Recomendar una lectura es un acto de mucha responsabilidad.
EliminarEl otro día leí una frase de Einstein, y la incorporé al lateral de mi blog... la frase dice: "Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada". Si él ya observó tal cosa en su tiempo, no es difícil observar esa misma cosa en estos tiempos...
ResponderEliminarSabido es que los profesores que no son mecanicistas y ortodoxos conforme a la programación curricular, no lo tienen fácil... y los alumnos que tienen mucha curiosidad y topan con profesores mecanicistas sulen aburrirse e inhibirse...
Yo no soy muy de novela, pero viendo el tema que trata, tal vez la compre y la lea... seguro que encontraré en ella muchas cosas que motivarán reflexiones y curiosidades sobre su contenido...
Gracias por trasladarnos esta información.
Abrazo.
A propósito de lo que manifiestas sobre la programación curricular, te cito una frase de dicha obra que viene como anillo al dedo:
Eliminar"De manera que decidimos cerrar los libros de texto. Dejamos a un lado la Revolución francesa. Nos despedimos de ese antiguo y trillado cuento de hadas con sus derechos del hombre, sus gorros frigios, sus escarapelas, sus banderas tricolor, sus alarmantes guillotinas y su curiosa convicción de que había ofrecido al mundo un nuevo comienzo"
Da mucho que pensar, ¿eh?
Un abrazo
Totalmente de acuerdo con que la curiosidad es la base de la vida (y del aprendizaje, claro).
ResponderEliminarLa novela no la conozco y me llama la atención, ahora eso de que el profe de historia explique su vida... (te aseguro que hay muchos/as profes que lo hacen), no lo veo ni medio claro. Pero habrá que leerla para entenderlo.
Abrazos!!
Hay muchas opiniones sobre la historia. Un alumno me dijo en una ocasión que prefería conocer el presente y el futuro antes que el pasado. Otros piensan, sin embargo, que solo a través de la historia sabemos qué fuimos en el pasado, qué somos en el presente y qué seremos en el futuro. Demasiado presuntuoso esto último, ¿no?
EliminarYo tampoco me veo explicando mi vida en clase. Otra cosa sería explicar la circunstancia histórica que viene acompañando a nuestra vida.
Abrazos, Luna