tenemos tendencia
a exagerar y desorbitar
las adversidades
de toda índole,
tanto propias
como ajenas.
Pienso que en
general pecamos
de débiles y
neuróticos.
Con harta
frecuencia nos mostramos osados
vaticinando penurias
y hecatombes.
Si magnificáramos
las alegrías,
nuestros
problemas perderían relevancia.
Otra opción, ante
tamaño
juego de desafueros
y desmesuras,
sería aceptar la
realidad.
Lástima que ésta sea...
tan esquiva.
tan esquiva.
Lo oscuro y negativo va en uno y parece que no lo pueda remediar.
ResponderEliminarMis deseos de un buen principio de semana.
También lo positivo forma parte de la vida y a veces parecemos ignorarlo. No lo acabo de entender...
EliminarMuchas gracias por tus buenos deseos.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo en lo que dices, amigo Luis Antonio, creo que tenemos casi todos tendencia la exageración de todas las cosas.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Pero lo malo es que exageramos y dramatizamos más lo malo que lo bueno.
EliminarBesos, María
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarTe ha quedado muy poética la idea, mi querido LUIS ANTONIO .. y sí, es verdad .. la realidad es esquiva, más que nada porque tu realidad es diferente de la mía y la nuestra diferente de la de los demás, es lo que percibimos de ella lo que para cada uno se convierte en real ... ¿ qué es real? .. ¿ lo sabe alguien? siendo así y puestos a elegir ¿ que tipo de estornino cegato va a empeñarse en ver lo peor de todo? .. si enfocamos será mejor enfocar en lo que nos aporte algo de paz... y sí, ya puestos a exagerar, por su puesto de lo que nos haga disfrutar que para darnos con el martillo, hay mucho voluntario fuera ;)
ResponderEliminarMuuchos besos y que seas capaz de ver la realidad que más te ayude a sentirte bien... y no, no se trata de engañarnos, se trata de enfocar ...donde enfocamos lo decimos solo nosotros, así que apunta la linterna a este beso que va directo a tu moflete ... jaja sigue su trayectoria .. ---------------------------> MmuaaaaaaaksS!
Cuando tuvimos noticias de la epidemia del ébola en unos países africanos, el mundo se vino abajo. Ahora se nos informa de que ha sido erradicada de Malí, Nigeria, Senegal...y nadie parece hacer caso. Es evidente que la prensa se hace más eco de lo negativo y dramático que de lo contrario. Que se venda y se siga más la información de los medios cuando informan de tragedias y que apenas se celebren las buenas, que afortunadamente también las hay, es muy preocupante...
EliminarLa realidad, aunque difícil de objetivar, es la suma de todo, pero parece ser que solo tenemos ojos para según qué sumandos...
Celebro tus besos y los acojo con gratitud. ¡ Qué conste...!
Ahí van los míos, María
tan retorcidamente esquiva...
ResponderEliminarPor eso acostumbramos a deformarla
EliminarSi que es esquiva pero la realidad aunque la quieras ningunear siempre asoma por su propio peso...
ResponderEliminarBueno la verdad que deseando que termine este año ,`por un lado y...por el otro pensando que para peor me quedo cómo estoy:esta es mi realidad de momento...
Un beso y un abrazo por si me olvido de algo y que pases una tranquila semana.
Yo quisiera que fuésemos capaces de relativizar lo malo y de celebrar lo bueno con más entusiasmo. Contemplar estoicamente lo uno y lo otro evita sobresaltos cardíacos, pero resulta aburrido y frío. Sin embargo las tragedias parecen ir acompañadas de un morbo especial....Ahí debe radicar su singular protagonismo...
EliminarAbrazos, Bertha y gracias por tus buenos deseos
Es verdad que en algunos países, como el nuestro, el ser humano tiene un arraigado sentido trágico de la vida y en él se recrea. Con tantas cosas buenas que hay en el mundo, nos detenemos en lo nefasto. Podemos ser generadores de bienestar y en eso deberíamos empeñarnos.
ResponderEliminarUn abrazo optimista
Creo que has dado en el clavo: el sentimiento trágico de la vida es una peculiaridad de los habitantes de esta "piel de toro". Hasta los legionarios celebran la muerte en su himno...Y en la literatura y en las manifestaciones artísticas también encontraremos muchos episodios negros. Es nuestro sino.
EliminarGracias por tu abrazo optimista. Ahí va el mío largo, cálido y alborozado
No podría ser más esquiva, es una pena. Te ha quedado una preciosa composición, Luis Antonio.
ResponderEliminarUn beso grande!
Fer
Más que preciosa, se trata de la expresión de un sentimiento doloroso. Los sucesos trágicos acaecidos en el entorno tienen algo que ver...En lugar de mitigar las penas parece que las alimentamos más...
EliminarBesos, estimada Fer
sucede a menudo
ResponderEliminares que no estamos preparados para la felicidad
saludos
Tienes razón y encima manifestamos por activa y por pasiva que el objeto de la vida es buscar la felicidad. Somos de una incoherencia descomunal...
EliminarSaludos
Creo que fue Krishnamurti el que dijo que "no vemos las cosas como son, sino como somos"... y el como somos tiene mucho que ver con nuestra biografía y con "nuestra" bibliografía...
ResponderEliminarCreo que tienes razón en lo de aceptar la realidad... pero no como acto de sumisión, sino como acto de reflexión, de ponderación, intentando extraer de la realidad condicionada (o acondicionada), mediatizada y circunstancialmente afectada la realidad objetiva según nuestra experiencia...
No sé si magnificamos lo malo y minusvaloramos lo bueno... creo que las circunstancias marcan el ritmo de nuestros pasos, su dirección y su profundidad... Bueno, Ortega y Gaset lo dijo muy bien en "Las Meditaciones del Quijote": "Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo"... supongo que ahí es donde está el meollo del asunto al que te refieres, en encontrar los mecanismos más efectivos para salvar o salvaguardar esas circunstancias... pero es preciso aceptar que tanto las buenas como las malas circunstancias son necesarias para el crecimiento de nuestra experiencia, y es ese vaivén entre la una y la otra lo que nos permite distinguir los efectos de nuestros actos... aunque yo creo que se apende más de las que nos duelen, pero aun pensando eso, prefiero las buenas aunque mi aprendizaje se ralentice... jejeje.
No sé quién dijo, creo que lo leí en "Las Fórmulas de Peter"... que "un preocupado es el que ha cometido un error y no es capaz de convertirlo en experiencia"... supongo que esa incapacidad prolonga el sufrimiento de forma innecesaria... pero en la consciencia de la debilidad humana y por consiguiente de la mía en abundancia... tiendo a comprender mucho a los preocupados...
El futuro que está por venir es tan indeterminado como el pasado que no sucedió... "suficiente para cada día es su propio mal" se dice en la Biblia... y es en las cosas del presente, del hoy, del ahora, en las que debemos poner los seis sentidos en el afan de procurar lo bueno para nosotros y para los demás y, aunque suene a redundancia, para evitar que lo malo nos alcance o alcance a los demás... yo no creo en el bienestar general del malestar particular... creo que la empatía ayuda mucho a diluir lo malo de la vida y los padecimientos que de ello se derivan...
Perdón por el rollo, hoy me asomé a mi blog por esas razones que uno no sabe explicar... y decidí dar una vuelta por los blogs amigos a echar una ojeada... no pensaba comentar porque ando con el ánimo plomizo y no quiero dar la vara... pero ya que estoy aquí, y lo mucho que me agrada tu blog y tu compañía, amén de la filosofía que encierra la cuestión a la que te refieres, pues decidí comentar... pero creo que me he enrollado demasiado y... ya sabes... quien mucho habla mucho yerra... y los de inteligencia humilde como es mi caso pues ni te cuento...
En fin... cada cual ha de sacar sus propias conclusiones de las lecciones que nos da la vida... la supervivencia nos exige el compromiso de ser y estar...
Un abrazo.
Estimado Impersonem:
EliminarQuiero manifestarte dos motivos de alegría que me ha provocado tu comentario:
a).- Que hagas acto de presencia después de medio año de ausencia de estos espacios.
b).- La aportación que haces con tu comentario extenso, erudito, maduro y pleno de experiencia y sabiduría.
No tengo nada que objetar salvo insistir en un punto que tengo bastante claro: creo que sí acostumbramos a magnificar lo malo y eso, a todas luces, es negativo e injusto con la vida.
Espero que eso el "ánimo plomizo" desaparezca de tu vida para que podamos disfrutar de las experiencias que te ha dado, que resultan ser extraordinariamente educativas y provechosas y que tienes a bien compartir con tus amigos.
Un fuerte abrazo (luego paso a visitar tu bitácora para ver si has dejado alguna huella...)
Yo con la realidad fatal. Además me pone muy nervioso la gente que usa la realidad como si fuera un revolver y te dispara sin que se lo hayas pedido e incluso a veces incurren en esa fosa común que llaman sentido idem.
ResponderEliminarDesorbitarse y dar más bombo a lo malo que a lo bueno quizás tenga que ver con la consciencia de que la vida siempre acaba fatal y que nadie te librará de la parca.
Un abrazo
Con tu comentario vienes a confirmar lo que he expuesto. No te falta argumento para decir que lo malo tiene más resonancia, pero no estoy convencido de que tenga que ver con la obsesión mental de que la parca nos espera al final del trayecto. Eso de que omitas lo mucho y bueno que hay en tu vida te hace perder mesura y ponderación. Por eso no hay equilibrio en la balanza...
EliminarUn abrazo
La magnificencia conduce al delirio si no se prefija el límite; pero aun siendo así hemos de apostar por lo menos malo. Desde la tangible realidad que marcará el designio.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo más acertado sería, en mi modesta opinión, relativizar en lo posible lo malo y disfrutar de lo bueno que pueda depararnos la vida.
EliminarUn abrazo