LA RES BÍPEDA

Hay personas - siempre las ha habido -  que valoran muy poco su individualidad. Estas personas necesitan compañía, ideas y normas.  Por eso, acostumbran a repetir consignas y a dejarse arrastrar por soflamas emotivas, banderas e himnos. No tienen opiniones personales, carecen de criterio propio y repiten miméticamente - iba a escribir, "como monos" - lo que se les dicta. En ningún momento cuestionan lo  que se les sugiere u ordena. Parecen tener una especie de disciplina que raya en lo castrense. Quizás ahí está la razón de sus complacencia por los uniformes, aunque sean simples y coloridas camisetas. A este tipo de persona se le denomina "res bípeda". Las reses, como bien sabemos, necesitan del rebaño. Alejadas de él, se sienten incómodas, se desmoronan, se pierden y acobardan. El retorno a la grey se hace acuciante porque alejadas de la misma toman conciencia de su nimiedad e insignificancia...

Estas personas basan su identidad y la esencia de su personalidad en la pertenencia al rebaño, a la tribu, al país, a la nación, a una ideología, a una religión...Fuera del grupo o rebaño carecen de creencias, de expectativas, de esperanzas... Por eso  les sobran argumentos para justificar su pertenencia.  También hay mucho de comodidad en esta actitud de pertenencia, aunque exija servidumbre y lealtad inquebrantables. Asumir decisiones propias, ser libre y correr el riesgo de quedarse solas y desamparadas exige demasiado coraje. Dentro del redil cálido, compartiendo el pesebre bien lleno, recreando otros sueños y escuchando el victimismo de las otras reses y manifestando el propio resulta harto gratificante. Además, ser oveja negra siempre ha estado muy mal visto...

No sé por qué, si por espíritu de contradicción o por solidaridad con los marginados, pero siempre he sentido comprensión y cierta admiración por las ovejas negras. Hasta llego a pensar que todos llevamos dentro algo de oveja negra, pero éstas tienen tan mala prensa y  han sido siempre tan mal consideradas que nos aterra sacarla fuera...

En lo que también discrepo con las ovejas blancas es en pensar que las negras abandonan un rebaño para arrimarse a otro que, lógicamente, suele identificarse como el rival, como el enemigo... Eso de que vale más la pena estar sola que mal acompañada no cabe en sus testas.