
"Todos remando juntos": podría ser el título de esa
fotografía en blanco y negro. Ahí están sus frutos: el conjunto de España y
Cataluña en especial se beneficiaron de aquel entente. No descarto que el
tiempo transcurrido desde el 92 nos haga olvidar las diferencias y agravios, que
también los hubo, y subrayar en exceso lo positivo, que nadie puede ignorar ni negar. Lo
cierto es que comparar aquel espíritu de
concordia con el de hoy y la Cataluña y España de aquel entonces con las actuales te llevan a
la frustración, al desánimo y, como mal menor, a la más profunda de las nostalgias.