Plaza de Colón (Madrid)
Catedral de La Almudena (Madrid)
.
Le indefinición de gran parte de la jerarquía
eclesial catalana incrementa la
desorientación de los creyentes
.El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, reclamó ayer ante el cardenal Lluís Martínez Sistach y cuatro obispos - en el encuentro que el clero barcelonés celebra a principios de cada año- que los sacerdotes lleven “con dignidad” las dificultades a que se enfrentan en su labor pastoral y también que "eviten la falsa salida de acusar a derecha e izquierda". Blázquez, que midió sus palabras al milímetro con su habitual moderación, expuso de forma clara aunque implícita su postura sobre la actualidad a los seis días de la manifestación por la familia en Madrid que ha provocado un fuerte enfrentamiento del Gobierno con el sector más conservador del episcopado español.
Esta noticia que aparece en los medios de hoy confirma la pluralidad de la Iglesia en su conjunto y también de la misma Conferencia Episcopal. Algunos atribuyen estas declaraciones encontradas entre miembros de esta Institución a causas electorales. Mal asunto si es así.
No es previsible que sus palabras conciliadoras sean compartidas por el resto de miembros de la CEE porque es clara y notoria la soledad de Monseñor Blázquez. Únicamente el obispo de Sevilla, Carlos Amigo, le respaldó el pasado mes de noviembre cuando pidió perdón por actuaciones concretas de la Iglesia durante la II República y la guerra civil.
Otra división palpable también es la que se observa en el clero catalán. Un sector reducido estuvo presente en la convocatoria del pasado domingo en Madrid y otro mayoritario se desmarcó del mismo, pero sin definirse. Esta tibieza tampoco ayuda mucho a los creyentes que no ven estímulo alguno en la jerarquía catalana actual dada su actitud ambigua en muchos temas de actualidad. Un ejemplo podría ser el de la Cadena Cope, emisora de la CEE, y la campaña de mentiras y descalificaciones ofensivas hacia los dirigentes políticos, económicos y sociales de Catalunya puesta en marcha con motivo de la reforma del Estatuto.
Esta noticia que aparece en los medios de hoy confirma la pluralidad de la Iglesia en su conjunto y también de la misma Conferencia Episcopal. Algunos atribuyen estas declaraciones encontradas entre miembros de esta Institución a causas electorales. Mal asunto si es así.
No es previsible que sus palabras conciliadoras sean compartidas por el resto de miembros de la CEE porque es clara y notoria la soledad de Monseñor Blázquez. Únicamente el obispo de Sevilla, Carlos Amigo, le respaldó el pasado mes de noviembre cuando pidió perdón por actuaciones concretas de la Iglesia durante la II República y la guerra civil.
Otra división palpable también es la que se observa en el clero catalán. Un sector reducido estuvo presente en la convocatoria del pasado domingo en Madrid y otro mayoritario se desmarcó del mismo, pero sin definirse. Esta tibieza tampoco ayuda mucho a los creyentes que no ven estímulo alguno en la jerarquía catalana actual dada su actitud ambigua en muchos temas de actualidad. Un ejemplo podría ser el de la Cadena Cope, emisora de la CEE, y la campaña de mentiras y descalificaciones ofensivas hacia los dirigentes políticos, económicos y sociales de Catalunya puesta en marcha con motivo de la reforma del Estatuto.
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