ELECCIONES: LA SUBASTA ESTÁ ABIERTA, ¿QUIÉN DA MÁS?

“La consigna de los partidos es que hay

que satisfacer a todos los votantes, como sea".

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El pasado día 18 de septiembre ya escribí un “post” con el título de Promesas electorales donde me lamentaba de que, aun faltando más de seis meses para las elecciones generales, ya había comenzado la precampaña electoral y la sarta de promesas acostumbradas. Desde entonces, apenas ha habido tregua. Encuestas, promesas y más promesas. No sé qué les va a quedar por ofrecer cuando llegue la campaña electoral oficial. Algunos, cansados, dejaremos de escucharlos porque tal cúmulo de despropósitos es difícil de superar y aguantar. Seguramente que el estrecho margen que hay entre los dos partidos mayoritarios provoca esta suerte de subasta si ton ni son. Si uno ofrece 2 millones de puestos de trabajo, el otro lo sube a 2,2. Si el otro ofrece 300.000 plazas para guardería, el uno 400.000. Y qué decir de las ventajas fiscales y las cuotas del IRPF. Subida del salario mínimo, más de lo mismo. Nos tratan como si fuésemos pedigüeños. Y hasta tienen la desfachatez de prometer y concretar, como si fueran gurús, que la economía experimentará un crecimiento del 3,8 % al ver que los otros la habían limitado a un 2,8 ó 3. Luego, cuando llegue el momento de cumplir y no se pueda, siempre se puede culpar a la coyuntura internacional, a la recesión norteamericana o a la nueva subida del petróleo...

¡Una auténtica subasta! Yo, ingenuo de mí, pensaba levantar acta de lo que ofrecen para verificar lo que realmente cumplen en el futuro. He desistido de tal empeño porque ya no me aclaro, tal es la lista interminable de promesas y cifras. “Y lo que te rondaré morena” Todavía queda lo peor. Y los partidos pequeños, salvo en las comunidades históricas que tienen más peso, a verlas venir...y a confiar que ninguno saque mayoría para que se requiera de su coalición.

Los demás aspectos: valores, justicia social, igualdad de oportunidades, educación, sanidad, vivienda, gente mayor, inmigración, terrorismo, democracia...quedan como platos de segunda mesa. Lo importante es el bolsillo. “La consigna de los partidos es que hay que satisfacer a todos los votantes, como sea. Faltaría más” decía entonces y me repito ahora.

Yo, lo confieso, estoy tan harto de que los políticos, en general, nos consideren tan inmaduros e infantiles a los electores, por no decir tontos, que no pienso hacer caso de ninguna promesa ni de ninguna puja en esta subasta desquiciada. Si hago algún ejercicio será el de recordar lo que han hecho o dejado de hacer unos y otros cuando han detentado el poder y obrar en consecuencia. Resumiendo: valoraré el currículum y la memoria de los servicios prestados y las promesas incumplidas. Nada más.