A medio año de las próximas Elecciones Generales y ya ha comenzado la precampaña electoral. A un servidor se le hace eterno el período oficial establecido. Imagínense el entusiasmo que me embarga con el inicio más que prematuro de la próxima. Supongo que los amantes de los cuentos chinos y de hadas con varita mágica estarán felices. Pero los que aún tenemos un atisbo de memoria y preferimos el realismo y la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace...estamos que nos salimos.
Los políticos profesionales nos tienen en tan alta consideración intelectual que confían en que sufriremos amnesia colectiva olvidando las promesas incumplidas de las pasadas campañas y que por unos días, al menos, nos vamos a ilusionar y a convencer de que todo se va a resolver en la próxima legislatura. Además, ¿quién les pide responsabilidades por los incumplimientos? La consigna de los partidos es que hay que satisfacer a todos los votantes, como sea. Faltaría más. La alegría, mejor dicho, la desfachatez que algunos políticos derrochan en las campañas electorales nos han convertido a muchos en devotos o adeptos de Santo Tomás: las promesas hasta que no se ven no se creen. “Hechos son amores y no buenas razones” reza el exigente refrán. No tengo fundamentos científicos, pero me temo que el abstencionismo galopante de las últimas convocatorias tiene bastante que ver con lo de Santo Tomás...
También es previsible que las obras pendientes se aceleren para que puedan inaugurarse antes de las elecciones. Hasta marzo, no lo duden, escucharemos miles de promesas electorales, ataques, dimes, diretes y ambrosías varias. El empacho electoral que vamos a sufrir puede ser de Guinness World Records. Sanidad, empleo, vivienda, justicia, infraestructuras, educación, mayores, medio ambiente, tráfico, comunicaciones, financiaciones, autonomías, etc. Todo, absolutamente todo se va a resolver. ¿Cuándo? La próxima legislatura. ¿Cómo? Muy sencillo, votándonos a nosotros...
He generalizado y no he citado a ningún partido concreto porque sería una incoherencia, por mi parte, comenzar ya la campaña electoral que otros han iniciado causándome el humor que se desprende de estas líneas...
Los políticos profesionales nos tienen en tan alta consideración intelectual que confían en que sufriremos amnesia colectiva olvidando las promesas incumplidas de las pasadas campañas y que por unos días, al menos, nos vamos a ilusionar y a convencer de que todo se va a resolver en la próxima legislatura. Además, ¿quién les pide responsabilidades por los incumplimientos? La consigna de los partidos es que hay que satisfacer a todos los votantes, como sea. Faltaría más. La alegría, mejor dicho, la desfachatez que algunos políticos derrochan en las campañas electorales nos han convertido a muchos en devotos o adeptos de Santo Tomás: las promesas hasta que no se ven no se creen. “Hechos son amores y no buenas razones” reza el exigente refrán. No tengo fundamentos científicos, pero me temo que el abstencionismo galopante de las últimas convocatorias tiene bastante que ver con lo de Santo Tomás...
También es previsible que las obras pendientes se aceleren para que puedan inaugurarse antes de las elecciones. Hasta marzo, no lo duden, escucharemos miles de promesas electorales, ataques, dimes, diretes y ambrosías varias. El empacho electoral que vamos a sufrir puede ser de Guinness World Records. Sanidad, empleo, vivienda, justicia, infraestructuras, educación, mayores, medio ambiente, tráfico, comunicaciones, financiaciones, autonomías, etc. Todo, absolutamente todo se va a resolver. ¿Cuándo? La próxima legislatura. ¿Cómo? Muy sencillo, votándonos a nosotros...
He generalizado y no he citado a ningún partido concreto porque sería una incoherencia, por mi parte, comenzar ya la campaña electoral que otros han iniciado causándome el humor que se desprende de estas líneas...
Luis,
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Permíteme que destaque una frase que dás, en realidad es una pregunta y dices "¿Quien pide responsabilidades por los incumplimientos?"
Cuanta razón tienes.
Mientras, promesas y mas promesas que nosotros, y mas ellos, sabemos que no se van a cumplir.
Saludos y adelante, sigue, aquí tienes un fan.
Carlos