martes, noviembre 27, 2007

A L I A G A

(Castillo: recreación figurada)
Entidad: Villa. El municipio cuenta con otras cinco entidades de población: Campos, Cirugeda, Santa Bárbara, La Cañadilla y Aldehuela. Comarca: Cuencas Mineras.

Habitantes: 400 (2005)......2.500 (1960)

Altitud: 1.105 m. Distancia a Teruel: 66,3 km

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PARQUE GEOLÓGICO: Villa situada en el piedemonte de la Sierra de San Just, junto al río Guadalope, en la zona de confluencia con el río de la Val. Este último río, a partir de las instalaciones mineras de Santa Bárbara, abandona los conglomerados masivos de la zona de Cobatillas para introducirse en los materiales cretácicos de Aliaga, cuyos sedimentos y estructuras geológicas son de una gran espectacularidad y, al mismo tiempo, de gran interés didáctico. Aprovechando la riqueza y variedad en configuraciones geológicas de la zona (que supone un muestrario de los últimos 200 millones de años de historia) se creó el Parque Geológico de Aliaga, con la idea de difundir estos valores naturales mediante once itinerarios señalizados y explicados en paneles generales y descripciones puntuales. Se trata, pues, de potenciar el desarrollo de un turismo respetuoso con el entorno y que contribuya a revitalizar la comarca.

Las primeras estructuras que atraviesa el río de la Val entre Santa Bárbara y el castillo de Aliaga corresponden al flanco occidental de un anticlinal, con capas verticalizadas que han quedado en resalte en algunos puntos (Santa Bárbara, La Porra). En este tramo es interesante el grado de conservación que presenta la vegetación de ribera, a pesar de las talas, fundamentalmente chopos y sauces, a los que se unen juncales y especies subacuáticas. Al mismo tiempo, el paisaje se enriquece con el contraste entre las cuestas calcáreas con un moteado de enebros y sabinas y los espacios entre éstas, con mayor presencia de suelo, donde encontramos verdaderos bosquetes de guillomos, en ocasiones alternando con masas mixtas de pinos. Por su parte el río Guadalope llega a Aliaga proveniente de las estructuras de la Sierra de las Lastras, desde donde sigue el núcleo del anticlinal de calizas jurásicas mediante profundas entalladuras.

Entre Aliaga y Aldehuela se suceden numerosas panorámicas de interés geológico, generadas por los repliegues de los sedimentos marinos cretácicos, en los que se diferencian dos etapas de plegamientos, una de las cuales produjo repliegues disarmónicos o serpenteantes, bien visibles en las curvaturas que presentan las diferentes capas de calizas. El río Guadalope corta el flanco oriental del anticlinal de Aliaga, mediante un tramo estrecho en el que las capas están muy verticalizadas, y en el que se han instalado numerosos esquemas y explicaciones, mostrando datos relativos a la sedimentología, paleontología y tectónica de dichos materiales, con los que resulta más fácil comprender la génesis de este paisaje.
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CENTRAL TÉRMICA: Aguas abajo se encuentra la central térmica de Aliaga, que comenzó a funcionar en 1950, siendo la primera que se instaló en Teruel para aprovechar sus recursos lignitíferos, y que dejó de funcionar en 1982, lo cual afectó tanto a las explotaciones mineras de carbón de la zona como a los propios trabajadores de la térmica, descendiendo notablemente la población de Aliaga. El carbón se explotó hasta los años 80 mediante galerías, pasando a partir de esos años la mayor parte de la extracción a las cuencas de Andorra y Escucha.

No carecen de interés artístico algunos edificios de la central térmica, como el que alberga toda la maquinaria, de carácter pre-racionalista, o el edificio de servicios, de dos plantas con torreón y que en origen debió de albergar la iglesia-vivienda del párroco.

El embalse que se construyó para la térmica de Aliaga está instalado sobre los materiales cretácicos, aunque una parte del vaso del embalse se extiende por los conglomerados terciarios de la Aldehuela, que debido a su gran dureza mantienen un cauce estrecho. En las orillas del mencionado embalse se mantiene un carrizal, que permite la presencia de algunas aves ligadas a estas comunidades vegetales, como carriceros, escribanos montesinos, garzas, fochas, pollas de agua, martín pescador, así como una gran variedad piscícola que permite el aprovechamiento deportivo del embalse.Más abajo de la presa de la térmica de Aliaga, el río Guadalope penetra en varios tramos estrechos hasta llegar a Montoro de Mezquita, especialmente al atravesar las calizas cretácicas. Los desfiladeros más impresionantes son la Hoz Mala, la Boca del Infierno y el Estrecho de Valloré. Este último llega a tener 3 metros de anchura únicamente, con cortados verticales que superan los 60 metros.

HISTORIA: No carece de interés tampoco la rica historia de Aliaga. Conquistada definitivamente por Alfonso II en fecha desconocida, ya en 1163 era sede de una encomienda de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, constituida por Pitarque, Fortanete y Villarroya de los Pinares, además de la propia Aliaga. Pocos años después, en 1196, se estableció en esta población uno de los primeros mercados de Aragón por concesión de Alfonso II. En 1462 la localidad fue tomada por el señor de Híjar, partidario del príncipe de Viana frente a Juan II, aunque se reconcilió con el rey hasta el punto de ser nombrado conde de Aliaga dos años después, en un curioso condominio con la Orden de San Juan. José Bonaparte en 1810 estableció aquí una subprefectura en su división del territorio nacional y durante las guerras carlistas el general O’Donnell sitió esta plaza en 1840.

CASTILLO SANJUANISTA: Testigo privilegiado de todos estos acontecimientos ha sido, desde el risco donde se alza, el castillo de Aliaga, cuyos restos actuales datan de los siglos XIII y XIV. La primera noticia que de él se tiene es su donación en 1118 a Lope de Tarazona por parte de Alfonso I el Batallador. En sus ruinas se distinguen los tres recintos, topográficamente escalonados, que lo componían. En lo alto de un peñasco se alzaba la torre del Homenaje, bajo ella un segundo recinto y, cerrando el conjunto, el recinto exterior. Este último es el mejor conservado y se compone de cerca de una docena de torres cilíndricas. Todo el conjunto se realizó en mampostería salvo la torre cuadrada que protegía la entrada, levantada en tapial.

También debió de formar parte del sistema defensivo de la villa la torre cuadrada con almenas emplazada a las afueras de la villa, cuya función con toda probabilidad fue la de vigilar el acceso por la cabecera del río Guadalope.El urbanismo de la población está claramente organizado en torno al viejo eje viario que cruzaba entre el castillo hospitalario y el Guadalope. En la parte alta de la población desparrama el caserío en la parte baja de la ladera del castillo hospitalario, formando un conjunto de callejuelas sinuosas, con pasadizos de sabor medieval.

IGLESIA PARROQUIAL: Un lugar privilegiado en este marco ocupa la amplia iglesia de San Juan Bautista, fechada en 1636, según consta en la portada. El interior del templo se distribuye en tres naves cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos. La torre, a los pies, en el lado del evangelio, tiene dos cuerpos de planta cuadrada y el tercero octogonal. Pero sin duda el interés artístico de este templo reside en sus piezas de orfebrería. La pieza más antigua es una cruz procesional en plata sobredorada de hacia 1575, atribuible a Lorenzo Martón. En el presbiterio cuelga una lámpara votiva de plata, obra de Miguel Cubell, donada por el comendador de las bailías de Aliaga y Castellote en 1618. De este mismo momento es una naveta de plata y, ya del XVIII, dos cálices de plata, uno barroco, donado en 1744, y el otro, de transición al neoclasicismo, donado a la ermita de Nuestra Señora de la Zarza en 1771. Han de mencionarse además una custodia y un incensario del mismo material que los anteriores.

AYUNTAMIENTO: Dentro de la arquitectura civil merece destacarse el ayuntamiento, en cuya planta baja se abre una serie de siete arcos rebajados, mientras que la superior ostenta un balcón con reja y gran alero de madera coronando el conjunto. En el interior se abre un sencillo patio. También de época medieval se conserva, dentro de la arquitectura civil, los pórticos góticos de la calle Mayor. Precisamente aquí, cerca del consistorio, se abren algunos buenos ejemplos de casonas.

SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA ZARZA: Al sudeste de la población, junto al río Guadalope, se halla la ermita de la Virgen de la Zarza, datable entre 1685 y 1728. El edificio, al que se accede a través de un interesante puente, cubre sus tres naves del mismo modo que la iglesia parroquial de la localidad, pero en el crucero se levanta una cúpula sobre tambor y en el presbiterio una bóveda conchiforme. Su interior se decora con ricos esgrafiados cuya temática se refiere a la Virgen titular. La fachada dieciochesca se flanquea con dos pequeñas torres. Por su parte, la portada sigue los modelos del barroco sobrio. En 1950 se decoró con grandes cuadros de temas marianos del pintor Rafael Cardells.

Nuestra Señora la Virgen de la Zarza es la patrona de la localidad, en honor a la cual se celebran las fiestas en el mes de septiembre. El día 8, tras rezar el rosario de la aurora, se acude en procesión al santuario, situado donde, según la tradición, se apareció su imagen sobre un zarzal de moras silvestres a Jaime Torrecilla allá por el año 1171. Actualmente todavía tienen lugar en la ermita la ofrenda de flores con salve a la Virgen y los gozos cantados en la novena.

FESTIVIDADES: No se ha perdido la costumbre de festejar a los santos mártires, San Fabián y San Sebastián, el 20 de enero, con encendido de una hoguera y cena alrededor de las brasas. Por la tarde, tras la celebración de la misa en la que se adorna desde siempre el altar mayor con mandarinas y obleas de color blanco y rosa, se cantan albadas en el atrio de la iglesia. Música y verso se unen para dar cuenta, en tono festivo, de los sucesos y anécdotas acaecidas en la villa a lo largo del año. En el pasado salían por las calles botargas con trajes de colores y caretas de cuero. También se celebra la festividad de San Juan Bautista, titular de la parroquial, el 24 de junio. La víspera los jóvenes plantan el mayo en la plaza del Cuartel. Unos días antes van a buscar el pino (mayo) al que se empalmará una capota y no se quitará hasta después de las fiestas de septiembre. Antes se enjabonaba el tronco y se intentaba subir por él; actualmente sólo se conserva la costumbre de colocar alguna enramada en los balcones de las mozas.

BIBLIOGRAFÍA.- INSTITUTO DE ESTUDIOS TUROLENSES.
Diputación de Teruel
BENITO MARTÍN, F. (1991), t. II, pp. 140-141.
ESTERAS MARTÍN, C. (1980), t. I, pp. 230. 286, 288, 289, 302, 304; t. II, pp. 15, 16, 28, 35, 145, 231-232, 238, 257, 269, 270, 298.
GUITART APARICIO, C. (1988), p. 18.

2 comentarios:

  1. Excelente síntesis sobre Aliaga, Luis. Nuevamente mi enhorabuena. Ya me dirás de donde has sacado la recreación del castillo. Es similar a las litografías de Parcerisa, de mi tesis.

    Un saludo,

    José María

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  2. De Google, el mejor buscador.
    Gracias y saludos, Josemarco

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