SANT JORDI, 2008: LLUVIA DESIGUAL DE ROSAS Y DE LIBROS

Calle Mayor de Gracia

Noha Gordon firmando ejemplares de "La bodega" en la Librería Maite

El florista de mi barrio señala con la mirada a una joven que abandona la tienda y dice que cada año se compra tres rosas de colores diferentes. Y añade:

- ¡Pobre chica!, con lo buena que es y no tiene quien se las regale

- A lo mejor las compra para otras personas – le respondo.

-¡Qué va! Si recorres la calle Guillermo Tell, la verás paseando de un lado a otro fingiendo que se las han regalado. Mi cuñada, la cajera de “La Sirena”, es testigo de lo que estoy diciendo.

Se trata de una joven alta, delgada, con apariencia lisa tanto por delante como por detrás y con unos ojos dulces de mirada intensa. El problema es que viste y se peina como en la década de los cincuenta. El florista, cotilla y malicioso, dice que se pone la misma ropa de su madre. Esto y el desafortunado nombre que le pusieron le añade otra década a los treinta que debe de tener. Yo la llamo "Adela" y tengo la convicción de que es una persona extraordinaria. Sus ojos y su voz delatan espiritualidad y dulzura. Todo el barrio la conoce porque dirige los cantos de la misa dominical de las trece horas en la Parroquia y también imparte clases de solfeo a niños que aspiran a acceder al Conservatorio y al Liceo. En la iglesia está en su mundo. Se crece dirigiendo los cantos con el suave y acompasado movimiento de sus largos brazos y expresivas manos. Invita a participar en la liturgia coral. Pero no tiene quien le regale flores el día de “Sant Jordi”. Por eso se las compra ella y las pasea calle arriba, calle abajo... Estoy convencido de que si vistiera de forma más actual, con ropa más ceñida y sin ese horrendo moño que la envejece, no le faltarían rosas, ni libros, ni requiebros...Y dicen que “el hábito no hace al monje”...

Hoy, “Diada de Sant Jordi” en Cataluña, se prevé la venta de 6 millones de rosas y centenares de miles de libros. Estadísticamente deberían llegar rosas a todas las mujeres, jovencitas y hasta niñas, pero no será así. Algunos, como Adela, se consolarán comprándose las rosas o los libros y muchos se quedarán sin nada. Bastantes de estos, seguro, se sentirán desolados por estas ausencias. A ellos les dedicó hoy la rosa amarilla de la amistad y un cálido apretón de manos, aunque virtuales, como prueba de que algunos sí les tenemos presentes en nuestra memoria y en nuestros afectos.

He salido de casa con la intención de pasear para disfrutar del ambiente festivo y hacer fotos a los escritores con más tirón mediático, pero la vivencia anterior me ha cambiado el ánimo. Además, tras hace una foto a Noha Gordon en la Librería “Maite” y otra en la calle Mayor de Gracia, compruebo, desolado, que me he quedado sin batería. Decido cambiar de rumbo. Huyo de la marabunta y del colapso del tráfico rodado en la Diagonal, y el comienzo de la Rambla de Cataluña atiborrado de personas en torno a los puestos de rosas y libros...Una “Diada de Sant Jordi” esplendorosamente multitudinaria. La tarde, muy soleada. Y además el colorido de los hinchas "británico-cerveceros" del Manchester United más los "blaugranas-cacaolateros" sumado al de los libros y las rosas multicolor dan una plasticidad singular a la primavera ya palpable de la arboleda urbana. Camino del “Nou Camp” el tráfico, nervioso, y las calles atiborradas de paseantes y mirones ansiosos. ¡Vaya día de "Sant Jordi"!... (Hoy se puede confirmar el declive del Barça o hacer renacer del rescoldo la llama de la ilusión casi perdida...)