viernes, abril 25, 2008

LOS DICTADORES, AFORTUNADAMENTE, SE QUEDAN SOLOS (El otoño del patriarca: vacuna para becarios)

(A veces, algún dictador también ha llegado al poder a través de las urnas)

(Pinchar en la imagen para verla de gran tamáño: hay varios dictadores camuflados entre gente decente)
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Tras más de 25 años del primer intento, he vuelto a intentarlo y tampoco he podido culminarlo. Me refiero a la lectura de El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez, sin duda, uno de mis escritores favoritos aún con vida. Y por muchos años. Se trata de una novela que escribió aquí, en Barcelona. Fue el mismo García Márquez quien acuñó la frase: "un escritor no escribe sino un solo libro, aunque ese libro aparezca en muchos tomos con títulos diver­sos." El único libro que ha escrito García Márquez no es Cien años de soledad ni La hojarasca. El único libro de este autor universal es el libro de la soledad.

La soledad es el tema recurrente en casi toda su producción literaria. En Cien años de soledad, los Buendía viven en el aislamiento producido por la falta de amor y la vergüenza de haber tenido un antepasado con cola de cerdo. El veterano de El coronel no tiene quien le escriba, olvidado por las autoridades y muerto su único hijo, pasa su vida esperando una carta que nunca llega. El médico de La hojarasca se suicida por soledad, abandonado por todos, y el Padre Ángel de La mala hora come solo durante 19 años. El otoño del patriarca es un retrato de la soledad absoluta del dictador, que teme a todos y confía en nadie.

Para García Márquez, la soledad abarca a cada ser humano en cada rincón del planeta, desde los orígenes hasta la desaparición de la especie. Aunque no he culminado la lectura de El otoño del patriarca, está muy claro que esta novela es una reflexión sobre la soledad del poder unipersonal y absoluto. El dictador vive en un mundo ilegítimo, donde campa a sus anchas la mentira y el sin sentido. El dictador jamás alcanzará el verdadero amor en el que gozan y sufren sus víctimas desheredadas del poder, de la riqueza y de la cultura. Sometidas. El dictador nunca sabrá cuándo una ovación, un viva, una lágrima en su honor han sido reales y no fingidas. Nunca sabrá cuándo se trata de expresión de un sentimiento o una emoción puras y no una imposición desde afuera o la interpretación de un papel estudiado por propia conveniencia.

El poder es la soledad y el deseo de sobrevivir a su propia desolación, a su propia ignorancia, a su previsible extinción física. El poder es una máscara con que se oculta el desamor.

El dictador de El otoño del patriarca vive en un ensimismamiento y desasosiego que va minándolo, derruyéndolo con lentitud hasta dejarlo convertido en una especie de cadáver palpitante, inservible para sí, y, por supuesto, para los demás. El poder lo aísla, lo hunde, en un pozo de aguas nauseabundas donde sólo yace él sin asomo alguno de calor humano.

La novela deprime, desanima y colma de tal pesimismo al lector que éste, es mi caso, cae en tal depresión de ánimo que le impide seguir pasando páginas... Si esto es lo que pretendía el autor, puede congratularse de haberlo conseguido plenamente.

A los posibles becarios con tendencias y tentación por el ejercicio de la dictadura sí les recomendaría encarecidamente la lectura de El otoño del patriarca. Aunque no logren llegar hasta el final, es posible que reorienten su vocación hacia otros derroteros...

6 comentarios:

  1. Creo que mi momento de máxima entrega a GGM llegó con 'El amor en los tiempos del cólera', hasta que descubrí que se trata de un placer perfecto en el sentido de completamente acabado, sin posible prolongación. Después, la legión de garciamarquistas me hizo hasta predisponerme contra él. En sus imitadores, el tintineo de la frase bonita se come al torrente narrativo.
    Después no lo he frecuentado por lo mismo, por su condición perfecta y vírica. Si leo un libro suyo, tengo que esperar varios días para escribir algo, porque si no me salen las cursiladas de Antón Castro.
    Encantado, hombre. Y, si te gusta Gutiérrez Solana, pásate por el Círculo Solana, un blog de amantes de cierto tipo de literatura. Puedes entrar con el vínculo 'A trancas y a barrancas' de mi blog.
    Salud.

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  2. De García Márquez he leído casi todo. De entre sus muchas obras, me quedo con "La hojarasca", "El amor en tiempos del cólera" y "Crónica de una muerte anunciada". De todos modos, es un narrador genial, casi único. Su dominio del lenguaje y de la técnica narrativa ha creado escuela.

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  3. Anónimo1:20 a. m.

    ¿Y qué me dices de las manifestaciones en la Plaza de Oriente de Madrid? ¿Todos eran hipócritas? Los dictadores también despiertan pasiones, ¿no? Por eso duran tanto...

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  4. Anónimo4:24 a. m.

    Desde el blog de Guinda de Plata, llegué hasta acá y fíjate que no me fue difícil encontrarlo.
    Me gustó mucho lo que escribiste de GGM, es algo que sin ponerlo en palabras, siempre he sentido acerca de lo escrito por él. La desolación se encuentra en cada página esperando a ser leída y sentida por el fiel lector.

    CAriños

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  5. Estimada Lunática: Gracias por haber llegado hasta aquí, pero la entrada a la que me refiero no es ésta. De momento eres la única que lo ha intentado y sólo por eso ya mereces mi gratitud. Visitaré tu blog, porque últimamente estoy bastante desconectado con Chile y siempre ha sido un país que me ha cautivado. Aquí, en Barcelona, he conocido a una familia extraordinaria. Están aqui desde el golpe de Pinochet..
    Un abrazo

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  6. Anda... y yo que creí haberla encontrado... Seguiré buscando, Luis Antonio, seguiré buscando... :-))))))))

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