Esperemos que el 2008 nos sea más propicio
Al aproximarse el final de un año es práctica habitual hacer un balance del mismo. Para Cataluña, pero sobre todo para Barcelona, este año a punto de expirar ha sido bastante nefasto. Las promesas electorales son muy fáciles de hacer y como la memoria nos falla, así nos va. Por eso, al llegar las campañas preelectorales y electorales me pongo de mal humor al contemplar como unos y otros compiten en hacer promesas y más promesas. Deberíamos tomar nota de lo que dicen y de lo que hacen y actuar en consecuencia.
La llegada del AVE a Barcelona me preocupa relativamente, pero en contra de lo que prometió Rodríguez Zapatero, van a dar las uvas antes de que el tren de alta velocidad llegue a esta ciudad. Una promesa más incumplida. Mucho más grave y preocupante es el tema de las grietas y los socavones a su paso por estas tierras en el propio trazado del AVE. Las incidencias en las obras crearon un caos en las infraestructuras ferroviarias. Dos líneas de Cercanías de Barcelona estuvieron 42 días sin servicio por un derrumbe causado en octubre por las obras del AVE, que afectó también a una línea de largo recorrido de los Ferrocarriles de la Generalitat. El desplazamiento diario de unas 140.000 personas quedó trastocado.
La ira de los viajeros se reflejó en las múltiples peticiones de dimisión a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La manifestación masiva del pasado 1 de noviembre puso de manifiesto este cabreo generalizado. El Parlamento catalán, por primera vez en su historia, pidió la renuncia de un miembro del Gobierno de España. La resolución tuvo el apoyo de todos los grupos parlamentarios excepto del socialista. Pero con un marcado acento malagueño, Álvarez respondió que "antes partía que doblá", dejando claro que los problemas en la llegada de la alta velocidad a Barcelona no bastaban para hacerle renunciar a su cartera..
La accidentada llegada del AVE a la estación de Sants de Barcelona, que aún no tiene fecha pero se ha trasladado a 2008, no ha sido el único quebradero de cabeza de Fomento. El gafe de los catalanes con las infraestructuras no se limitó al AVE en 2007. Los barceloneses, vivieron otro gran colapso de sus infraestructuras. El 23 de julio, la caída de un cable sobre una subestación eléctrica dejó sin luz a más de 350.000 habitantes. La duración del apagón se extendió más de tres días. Endesa, la compañía propietaria del cable que se cayó, y Red Eléctrica, dueña de la red de alta tensión que opera junto a Endesa en la subestación afectada, se echan mutuamente las culpas del accidente. Estas incidencias han reforzado las peticiones desde Cataluña para incrementar las inversiones estatales en infraestructuras de la comunidad.
Al aproximarse el final de un año es práctica habitual hacer un balance del mismo. Para Cataluña, pero sobre todo para Barcelona, este año a punto de expirar ha sido bastante nefasto. Las promesas electorales son muy fáciles de hacer y como la memoria nos falla, así nos va. Por eso, al llegar las campañas preelectorales y electorales me pongo de mal humor al contemplar como unos y otros compiten en hacer promesas y más promesas. Deberíamos tomar nota de lo que dicen y de lo que hacen y actuar en consecuencia.
La llegada del AVE a Barcelona me preocupa relativamente, pero en contra de lo que prometió Rodríguez Zapatero, van a dar las uvas antes de que el tren de alta velocidad llegue a esta ciudad. Una promesa más incumplida. Mucho más grave y preocupante es el tema de las grietas y los socavones a su paso por estas tierras en el propio trazado del AVE. Las incidencias en las obras crearon un caos en las infraestructuras ferroviarias. Dos líneas de Cercanías de Barcelona estuvieron 42 días sin servicio por un derrumbe causado en octubre por las obras del AVE, que afectó también a una línea de largo recorrido de los Ferrocarriles de la Generalitat. El desplazamiento diario de unas 140.000 personas quedó trastocado.
La ira de los viajeros se reflejó en las múltiples peticiones de dimisión a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La manifestación masiva del pasado 1 de noviembre puso de manifiesto este cabreo generalizado. El Parlamento catalán, por primera vez en su historia, pidió la renuncia de un miembro del Gobierno de España. La resolución tuvo el apoyo de todos los grupos parlamentarios excepto del socialista. Pero con un marcado acento malagueño, Álvarez respondió que "antes partía que doblá", dejando claro que los problemas en la llegada de la alta velocidad a Barcelona no bastaban para hacerle renunciar a su cartera..
La accidentada llegada del AVE a la estación de Sants de Barcelona, que aún no tiene fecha pero se ha trasladado a 2008, no ha sido el único quebradero de cabeza de Fomento. El gafe de los catalanes con las infraestructuras no se limitó al AVE en 2007. Los barceloneses, vivieron otro gran colapso de sus infraestructuras. El 23 de julio, la caída de un cable sobre una subestación eléctrica dejó sin luz a más de 350.000 habitantes. La duración del apagón se extendió más de tres días. Endesa, la compañía propietaria del cable que se cayó, y Red Eléctrica, dueña de la red de alta tensión que opera junto a Endesa en la subestación afectada, se echan mutuamente las culpas del accidente. Estas incidencias han reforzado las peticiones desde Cataluña para incrementar las inversiones estatales en infraestructuras de la comunidad.
Y queda la polémica abierta por el trazado del AVE a través de la ciudad o bordeándola. Los recientes hundimientos en el barrio del Carmelo están en la memoria de todos. Así pues, será cuestión de tomárselo con calma. Ir a Europa con el AVE va para largo...Por otro lado, parece que los franceses tampoco están por la labor de asumir con más diligencia su cometido para que el empalme se produzca de forma coordinada.
Esperemos que el 2008 nos sea más propicio...y todos estos avatares y sinsabores del 2007 pasen al olvido eterno.
Esperemos que el 2008 nos sea más propicio...y todos estos avatares y sinsabores del 2007 pasen al olvido eterno.
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