MERCÈ RODOREDA PROTAGONIZA EL NUEVO NÚMERO DE LA REVISTA TUROLENSE "TURIA"

La revista se presentó en la “Pedrera” de Gaudí con numerosa afluencia de público

Aunque aspiro al mayor grado posible de cosmopolitismo, nunca he ocultado mis afectos por mi tierra de nacimiento (Teruel) y por la de adopción (Barcelona). Sin ignorar las diferencias, que las hay, me gusta subrayar lo que las une, que no es poco. La presencia de turolenses en esta ciudad es más que considerable. Por eso, un acto como la presentación de la revista turolense TURIA en la “Pedrera” de Gaudí en Barcelona me resulta entrañable.

Este monográfico de TURIA pretende redescubrir a Rodoreda en el año en que se conmemora el centenario de su nacimiento. La escritora Mercè Rodoreda, uno de los indiscutibles referentes universales de la cultura catalana, es la principal protagonista del nuevo número de la revista TURIA. 150 páginas, de las no menos de 500 que acostumbra a tener esta publicación, se dedican a esta escritora con el propósito de aproximarse a su personalidad y a su obra. TURIA se suma así a las diferentes iniciativas del Año Rodoreda, organizado con motivo de conmemorarse el centenario del nacimiento de una autora que consiguió convertirse en la más traducida internacionalmente del idioma catalán. Un reconocimiento que el propio Gabriel García Márquez confirmó al describirla como “una mujer que escribe en un catalán espléndido unas novelas hermosas, duras, como no se encuentran muchas en las letras actuales

No es la primera vez que un acto cultural de esta naturaleza se celebra en Barcelona. Hace unos años TURIA también se presentó en Barcelona con motivo de la monografía que dedicó a Salvador Dalí.

Tras “La pell de brau” de Salvador Espriu, “La plaça del Diamant” fue la segunda obra literaria que leí en catalán hace ya...unos cuantos años. Me conmovió la figura de la protagonista, Natalia, a la que su marido le quita el nombre y la bautiza con el de “Colometa”, despersonalizándola y convirtiéndola en una figura a su exclusivo servicio. De mi entrada (6-I-2008) con motivo del estreno de esta obra en el TNC recojo este texto:

“Natàlia al principio adopta un papel de observadora de las cosas que le pasan hasta que toma las riendas de su vida. El contexto no daba para más... Es un personaje que asume con lucida resignación el silencio que se le impone como mujer en las primeras décadas del siglo XX. La “Colometa” de Mercè Rodoreda fascina precisamente porque comparte con el espectador un largo silencio que sólo un grito puede liberar. Se trata de la historia de una mujer insignificante, de un ser corriente, transformada en gesta por la coherencia y fuerza de todo lo que nunca no va a salir de su relato callado”.

La novela es un tanto kafkiana, en la que las palomas se convierten en pesadillas y pueden considerarse también como reflejo de la metamorfosis que va experimentando la protagonista a lo largo de la narración. Por supuesto, estas palomas están muy lejos del simbolismo que se atribuye a la famosa de Picasso. Confieso que, desde que leí esta novela, profeso nulo afecto por estas aves. Y para colmo, una de ellas eligió mi, entonces, incipiente “tonsura” como blanco de su desahogo...

La Plaça del Diamant se halla en el barrio de Gracia, tocando el mío. En varias ocasiones he paseado por ella en busca de alguna huella de “Colometa”. La plaza mantiene su personalidad sencilla propia de un pueblo, palomas –quizás descendientes de las que tanto la atormentaron- y una estatua conmemorativa que, a decir verdad, no le hace justicia.