Era una alumno del montón. De los que pasan desapercibidos. Nada en su haber ni en su debe. La timidez, evidente, tenía bastante que ver con esa ubicación. Como él, muchos. Estábamos en clase repasando para las Pruebas de Selectividad cuando lo saqué a la pizarra. Mientras medía los versos y señalaba la rima, le observé.
- Yo creo que se trata de una estrofa de pie quebrado, también llamada manriqueña – respondió a media voz.
- Correcto, Oleguer. Permíteme que te felicite por llevar las “wambas” tan impecablemente bien atadas. No es normal en muchachos de vuestra edad – le dije, espontáneo, sin ocultar una cierta admiración.
El muchacho enrojeció un poco, puso cara de estupor y volvió a su pupitre sigilosamente para no alterar el sopor que comenzaba a hacer acto de presencia en el conjunto del aula. A finales de junio y en la quinta clase de la mañana, el cansancio y la apatía se manifestaban sin disimulo alguno. Sólo Tanuca, la alumna más brillante y siempre despierta, pareció darse cuenta de mi comentario porque puso cara de sorpresa. Hasta creo adivinar su pensamiento:
- (¿Qué tendrá que ver la métrica de Navarro Tomás con las zapatillas deportivas? )
Los adolescentes se quitan, ponen y llevan las “wambas” con tanto descuido, que uno que rompa la tónica no deja de llamarme la atención. Incluso arrastran los cordones sin darle la más mínima importancia.
Al volver a mi despacho, me encuentro a Oleguer deambulando junto a la puerta. Parece titubear, pero me aborda con estas palabras:
- Por un lado me ha molestado el comentario que ha hecho en clase, Sr. Pérez, pero por otro tengo que agradecérselo porque desde los seis años que estoy en este colegio es la primera vez que me felicitan por algo públicamente. Para los profesores sólo hay dos clases de alumnos: los muy buenos o los muy malos. Los demás no existimos. – Y volvió a enrojecer, quizás sorprendido por su inusual osadía.
Ahora vendría el comentario de esta anécdota y todo eso. Pero no voy a hacerlo...
Estupendo recuerdo. Coincide con el d�a en el que leo que Oleguer es 'traspasable'. �Ser� el mismo Oleguer?
ResponderEliminarNo se trata del jugador del Barça, pero pertenece a la misma promoción que Carlos Ruíz Zafón...
ResponderEliminarBastente conocido también, ¿no?. Un cordial saludo, Antonio.
Lo que le pasa a esos alumnos mediocres también ocurre con los ciudadanos de la mediana edad. No destacamos ni por arriba ni por abajo y no somos susceptibles de que las caritativas autoridades nos tengan en cuenta.
ResponderEliminarPaso a agradecer tu comentario y ya de paso dejo unas letras.
ResponderEliminarLo que a mí más me molestaba de algunos profes no era el hecho de que enseñaran mejor o peor, ni su talante, casi siempre autoritario por aquellas épocas. Lo que me tocaba realmente las narices es que siempre decían la última palabra. Así que creo que sé apreciar ese silencio final en lo que vale ;))
Saludos
Muchas gracias por tus palabras, Xocas
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