Najat El Hachmi: "se pueden conciliar mundos que pueden parecer irreconciliables".
Admiro a las personas que, desde circunstancias difíciles, han sabido superarlas, abrirse paso en la vida dignamente e incluso triunfar. También es cierto que tales sueños son más fáciles de convertir en realidad en unos lugares que en otros. Podría poner decenas de ejemplos, pero hoy voy a ocuparme de una escritora que acaba de ser noticia, aunque los medios han destacado más sus orígenes que sus méritos. Me refiero a la joven escritora de origen marroquí Najat El Hachmi que, residente en Cataluña desde los ocho años, ha obtenido a los 28, con la novela “L'últim patriarca” el premio Ramon Llull, dotado con 90.000 euros (el mejor dotado de las letras catalanas) y convocado por Editorial Planeta y el Gobierno de Andorra.
La novela se centra en la figura de Mimoun Driouch, un inmigrante marroquí que de albañil se convierte en un pequeño constructor en una capital de comarcas, distanciado de su familia durante unos años, hasta que un día todos sus miembros vuelven a reunirse con él para vivir juntos en Cataluña. Estructurada en dos partes, El Hachmi dedica las primeras páginas a este padre omnipotente, que es despótico aunque también tiene virtudes, mientras que después se adentra en el personaje de su hija adolescente, que sufre de lleno la doble moral del progenitor y que, con vaivenes, buscará su espacio en el mundo y su propia identidad. A la pregunta de si se trata de una obra autobiográfica, la autora ha señalado que en este caso es un relato de ficción, con hechos que les han sucedido a personas cercanas y otros que surgen de su yo como escritora. La narradora, que ya tiene publicado el libro “Jo també sóc catalana”, comparado por algún crítico con “Els altres catalans”, del desaparecido Paco Candel, por las reflexiones que allí se vierten sobre la identidad y el enraizamiento a un nuevo país. En esta obra, la autora reclama abordar el tema de la inmigración sin prejuicios.
A lo largo de toda la novela se transpira la violencia doméstica, que marca a algunos personajes, a la vez que se ofrece, con un lenguaje depurado y un rápido ritmo, una mirada crítica tanto de las sociedades de origen como de las de acogida de los inmigrantes.
El miembro del jurado Carles Pujol ha resaltado que la joven escritora ha obtenido el premio por unanimidad, con una obra, de unas 370 páginas, claramente superior al resto de manuscritos presentados, tanto por su aspecto sociológico como por la cuestión literaria. A su juicio, “L'últim patriarca” es una historia "llena de fuerza, de contrastes y con mucha intuición dramática".
En una entrevista que le hace Nuria Navarro sobre lo contento que estaría Pompeu Fabra al oírla expresarse tan bien en catalán, la novelista le responde:
-Pues cuando dicen “Najat, eres un modelo de integración” pienso: “¿es que hay que escribir un libro para convertirte en modelo de integración?” Modelo de integración es la persona que trabaja de las cuatro de la madrugada hasta el mediodía y que, a la hora del café, puede hablar de la actualidad con sus compañeros, teniendo la sensación de pertenecer a alguna parte.
La autora estudió Filología Árabe en la Universidad de Barcelona, y vive en Granollers (Barcelona), donde trabaja de mediadora cultural para el Ayuntamiento.
Con motivo de la Feria de Fráncfort en octubre pasado, viajó por diferentes ciudades alemanas para participar en coloquios literarios en los que ofreció su visión de la literatura catalana actual.
Además de su trabajo como mediadora, colabora en algunos medios de comunicación como Catalunya Radio, donde participa en una tertulia del programa "L'Oracle", de Xavier Graset, y ha publicado artículos en el diario "El 9 Nou" de Vic y en "La Vanguardia".
Otros ganadores de este prestigioso premio: Joan Perucho, Pere Gimferrer, Ignasi Riera, Carme Riera, Terenci Moix, Baltasar Porcel...
A partir del 23 de abril, dáia de Sant Jordi, esta novela se ha colocado en el primer lugar de las lista de los libros más vendidos. Enhorabuena, Najat.
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