"Tristán +Isolde"
Fragmento audio- musical de Tristán e Isolda
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Hoy, 13 de febrero, se cumplen 125 años de la muerte de Richard Wagner. El hecho de que lo traiga a este blog se debe a que la primera vez que tuve oportunidad de asistir al Liceu de Barcelona, hace ya bastantes años, se estrenó su ópera Tristán e Isolda. La verdad es que me resultó tediosa porque mis conocimientos de música clásica y, más aún de ópera, eran y siguen siendo muy limitados. La persona que me acompañaba hizo lo indecible por enseñarme. Me hablaba de la música impresionista, del tono sombrío de los actos primero y casi todo el tercero. Decía que el segundo era voluptuoso, pero sobre todo me recalcó que el final del tercer acto era sublime. Yo asentía con la cabeza y ponía cara de asombro e interés, pero la verdad es que no distinguía esos matices y más bien estaba pendiente de los palcos, de las mujeres y su singular vestimenta, de los minúsculos gemelos con los que oteaban-cotilleaban por doquier, de la orquesta, de los decorados, de los libretos que consultaban algunos espectadores... Me explicó la historia de Tristán e Isolda, pero insistiendo en que los personajes no eran los auténticos protagonistas de la obra. No había más que un protagonista que eclipsaba a todos los demás: ¡el amor! El origen de la leyenda de Tristán e Isolda se remonta a un relato mitológico de origen celta que describe el romance entre una princesa inglesa y un guerrero irlandés. Luego tuve oportunidad de conocer las numerosas versiones que circulan sobre este episodio de infortunados enamorados.
Pese a una vida poco estable en todos los aspectos, Wagner creó grandes óperas como Tristan e Isolda, El holandés errante o El anillo del nibelungo.
Pese a una vida poco estable en todos los aspectos, Wagner creó grandes óperas como Tristan e Isolda, El holandés errante o El anillo del nibelungo.
Hijo de un funcionario modesto que murió cuando Wagner tenía seis meses, pronto surgió en él el interés por la música, la poesía y el teatro de la mano de Ludwing Weyer, actor y segundo marido de su madre. Por ello, a los 15 años se inscribió en la universidad de Leipzig, su ciudad natal, para estudiar Música.
Casado dos veces, tuvo tres hijos y recorrió buena parte de la geografía europea en busca de una oportunidad para triunfar con su música. Fue finalmente su Alemania natal quien se la brindó.
Wagner vivió en el exilio por haber mostrado su apoyo a los movimientos nacionalistas alemanes, incluida la reunificación.
Hoy no es de los compositores que provocan más entusiasmo. Tuvo su época de gloria. Algunos siguen reprochándole su simpatía por el nacionalismo alemán. ¿Tendrá algo que ver con la calidad de su música? Me temo que no, pero los prejuicios siguen existiendo...
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