El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha prometido que si gobierna pondrá en marcha "un contrato de integración" para los inmigrantes por el que estos tendrán los mismos derechos que los españoles, pero deberán comprometerse a "cumplir las leyes, aprender la lengua y respetar las costumbres de los españoles", entre otras cuestiones. Como era de esperar, tal propuesta ha caído bien a unos, mal a otros y también se ha convertido, todo hay que decirlo, en motivo de hilaridad, o sea, de cachondeo nacional. ¿Qué se entiende por costumbres y cuál es el catálogo de las mismas que hay que respetar?
Uno que, a veces peca de purista, recurre al Diccionario de la RAE y se encuentra con que la palabra costumbre tiene diversas acepciones:
1. f. Hábito, modo habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por la repetición de los mismos actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto.
2. f. Aquello que por carácter o propensión se hace más comúnmente.
3. f. p. us. Menstruo o regla de las mujeres.
4. f. pl. Conjunto de cualidades o inclinaciones y usos que forman el carácterdistintivo de una nación o persona.
Supongo que el Sr. Rajoy no contempla la 3ª acepción y que más bien se inclina por las otras tres. Digo yo. Incluso no es aventurado pensar que la 4ª acepción podría ser su preferida porque sólo se refiere a una nación y todo ese tejemaneje de las diferentes nacionalidades no añadirían más que complejidad, que no le falta, al asunto este de las costumbres españolas. Por otro lado lo de cualidades está muy claro, pero lo de inclinaciones me escama un poco...Las hay de todos los colores y algunas podrían ser hasta libidinosas. ¿También hay que respetarlas?
Los inmigrantes, lógico, preguntan qué costumbres tienen que respetar. Y siempre hay algún graciosillo que les contesta con alguna que otra gansada de esta guisa: la fiesta de los toros en sus diversas gamas de ensogado, embolado, de fuego...; el folclore en su rica variedad de flamenco, seguidilla, sardana, jota aragonesa...; jugar a la lotería de Navidad y a las quinielas; ser del Real Madrid; tirar cabras desde la torre de la iglesia; echar la siesta; contemplar a los que trabajan; comer polvorones de Estepa; ver programas de cotilleo; asistir a la fiesta de la tomatina; echar una cana al aire; la fiesta del botellón; tapear y tirar los restos de las gambas al suelo del bar; degustar en Madrid los singulares bocadillos de calamares; cenar a las diez de la noche; comer derivados del cerdo sin olvidar la morcilla de Burgos ni las pellas de mi pueblo; jugar al guiñote, a la butifarra, al mus...; hablar en voz alta; no poner letra al himno nacional...La verdad es que se podrían escribir páginas y más páginas sobre nuestro variado y rico repertorio costumbrista, pero quizás los tiros del Sr. Rajoy no iban por ahí.
La prueba de ello es que, ante tal cúmulo de disparates y antes de que el catálogo incorpore la totalidad de los muchos que existen en la variada y compleja piel de toro, el Sr. Gabilondo en la entrevista que hizo al Sr. Rajoy en Canal 4 de TV le preguntó :
- Respetar... ¿qué costumbres?
Rajoy señaló que hay que defender los derechos humanos, lo que pasa por evitar prácticas como la mutilación genital o la poligamia. "Es muy importante que las personas que quieren vivir en España se comprometan, igual que las que reciben la nacionalidad española se comprometen a cumplir la Constitución y las normas de nuestro país", resaltó.
Acabásemos. Resulta que todo ha sido un error, un penoso error que ha provocado esta guasa nacional. Lo que el Sr. Rajoy quería decir es que los inmigrantes han de respetar las leyes, los derechos humanos y la Constitución. Como todo quisqui. Lo de las costumbres fue un lamentable error. Las campañas electorales conllevan estas cosas. A ver cuál es la próxima.
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