martes, mayo 20, 2008

LAMENTARSE, ¿PARA QUÉ?

Todos tenemos la penosa experiencia de lamentarnos de nuestros problemas o de aguantar los lamentos de los demás. Generalmente somos más conscientes de esto último. Algunos son auténticos maestros en el arte del lamento. Lo practican tanto, que acaban dominándolo. Si tuviésemos presente lo pesado que resulta aguantar a las personas que nos cuentan sus cuitas, seríamos más comedidos a la hora de hacer lo propio. Por supuesto, no me refiero al lamento esporádico, propio o ajeno, que no tienen especial relevancia. Lo preocupante es el lamento crónico. Resulta insoportable. Y lo curioso del caso es que somos harto conscientes de que es inútil lamentarse y menos aún de los tiempos que nos toca vivir. Que son los peores, claro. Lo único positivo que se puede hacer es intentar mejorarlos y si la empresa nos supera, nos callamos y en paz. La vida es demasiado corta para lamentarnos del pasado, que ya no tiene remedio. Un tal Rogers dijo “Lamentar las rejas de la cárcel una vez cumplida la condena no tiene ningún sentido”. Preocuparnos por el futuro que todavía está por devenir también es absurdo. Vivamos el presente como si fuera algo eterno y si aún así nos resulta aciago y también nos provoca la necesidad irracional de quejarnos, hay dos opciones: improvisar una especie de “muro de las lamentaciones” en un espacio discreto y desahogarse con él, tal y como hacen los judíos. Sugiero esta opción simbólica porque ir a Jerusalem y encima encontrar una muchedumbre haciendo cola, puede resultar poco operativo, ¿verdad? La segunda opción es tan fuerte que prefiero confiársela en secreto a mi “murito” privado. Por cierto, estos receptivos, discretos y silenciosos muros también admiten plegarias. Una buena opción para los que aún creen en ellas.

Resumiendo a manera de conclusión: lo importante es no quejarse por vicio. Si lo que nos preocupa tiene remedio, manos a la obra y si no lo tiene, pues pasamos y en paz. No es original la conclusión, pero no conozco otra que sea de tanto sentido común. ¿A Vd. se le ocurre otra mejor?

5 comentarios:

  1. Lo siento mucho, de verdad, pero lamento mucho haberte conocido porque este blog es magnífico y me va a enviciar.

    Un saludo ;-)

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  2. Muchas gracias,el gusto es mutuo.Seguiremos en contacto. Supongo que todos pecamos un poco de vanidosillos, pero resulta gratificante escuchar frases bonitas, aunque sean cumplidos. Un afectuoso saludo

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  3. "Lamentarse por lamentarse, lamentarse al cuadrado" (es broma)

    Pero sí, es cierto lo que dices, a veces se tiende a quejarse de vicio sin ningún resultado. Eso me recuerda a las abuelas en los bancos del parque o en los Centros de Salud contándose sus males y dolores como si así se descargaran un poco de sus miserias en el buen sentido.
    Y tan solo el hecho de escuchar ya te cansa ¿no es cierto?
    Es la naturaleza humana, que le vamos a hacer.
    Es un placer leerte todos los dias.
    Un saludo afectuoso

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  4. ¿Y usted cree que el sentido común tiene algún sentido?
    Los humanos vivimos en perpetua dualidad entre nuestro lado pensante y nuestro lado emocional, pero éste es siempre el que prevalece. Puede aquel decirle una y mil veces que no debe afligir a los demás con lamentaciones, que una y mil veces volvera a hacerlo por esa necesidad de comunicación y consuelo que irremediablemente necesitamos.

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  5. !Qué bien merecido tiene el tìtulo de DOCTOR, Sr. Krapp¡
    También tengo mis dudas sobre la razón o sinrazón del llamado "sentido común". Es una forma de hablar...
    Respecto a los lamentos que buscan consuelo, nada que objetar; en mí encontrarán un paño de lágrimas. Pero los hay que parecen competir y responden a los demás que hacen lo propio: "Pues yo, más". Y eso no es...

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