Cierto que las comparaciones son odiosas, pero también son inevitables. En Europa, por regla general, consideramos que las causas de los delitos y de los crímenes obedecen a circunstancias de marginación, pobreza, conflictos familiares, carencias educativas, problemas psicológicos, etc. y, por lo tanto, habría que incidir en la suavización de todas estas connotaciones negativas para reducir estos graves conflictos sociales. Para los norteamericanos, también en líneas generales y sin desconsiderar tales circunstancias, la raíz del problema está en el grado de severidad de las leyes. Creen que aumentando las penas, la plantilla policial, el número de cárceles y haciendo más severo el régimen penitenciario de los presos, se reducen los conflictos. Y ahí están treinta y ocho estados de la Unión que aplican la pena de muerte y los políticos que se declaren partidarios de abolirla o de incrementar los indultos... tienen todos los números para perder las elecciones. Y en cuanto a los resultados de este endurecimiento sólo pondré dos ejemplos trágicos: el homicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes negros y Estados Unidos es uno de los primeros países del mundo en cuanto al número de asesinatos por cada 100.000 habitantes. Habría que comentar también el tema de las armas, pero eso exige un tratamiento diferenciado.
Yo creo que habiendo en USA esa mentalidad mayoritaria que menciona, también hay una gran cantidad de gente en ese propio país que abomina de esa interpretaación de los conflictos sociales. Curiosamente, por ejemplo, en su cinematografía no tienen ningún pudor en atacar a sus instituciones policiales, criticar la pena de muerte, hablar de la complicidad de la CIA o el FBI en muchos delitos incluso de Estado ...¿sería posible hacer lo mismo en España?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Dr. Krapp, con lo que dice respecto al cine y a unas minorías de las que podemos aprender mucho. Noam Chomsky se halla entre éstas. Todas las generalizaciones son injustas.
ResponderEliminarEn lo que respecta a si en España se puede hacer más o menos crítica, creo que se puede ir más lejos, pero ese pequeño o gran "inqisidor" que casi todos llevamos dentro, consecuencia de tantas décadas de intolerancia, nos han dejado un tanto "castrados", ¿no? Personalmente, no entiendo por qué no se analiza y critica más a la institución monárquica, entre otras...
Un cordial saludo