Hay una serie de colectivos profesionales que ponen en circulación archisílabos innecesarios. No son pocos los que consideran que el nivel de las palabras va aparejado con la rimbombancia. El decoro lingüístico no sólo aconseja usar términos y expresiones claras, correctas, precisas y adecuadas. Es también una cuestión de medida. En el lenguaje hablado tan malo es pecar por defecto, quedándose en el uso de un léxico pobre y reiterativo como caer en los excesos de la palabra kilométrica y rebuscada. Estamos muy equivocados si pensamos que el uso frecuente de los archisílabos nos concede una notoriedad con respecto a los que se esfuerzan en la economía y claridad de los términos. El uso de archisílabos indica, más bien, una voluntad de oscurecer el lenguaje porque no son pocos los que siguen pensando que complicar la expresión es mejor que aclararla, ya que siendo voces más ampulosas, parece que estén dotadas de mayor empaque. Seguramente los que dicen que han perdido la “honorabilidad” en lugar del “honor” están convencidos de que la primera palabra expresa una pérdida más grave y de más enjundia
Citaré unas cuantas palabras emparejadas para que el lector saque sus propias conclusiones y, por supuesto, elija la que más le guste:
ley-legalidad
fin-finalizar
regla-reglamentación
ejercer-ejercitar
señal-señalización
vinculo-vinculación
argumento-argumentación
completar-complementar
método-metodología
problema-problemática
potencia-potencialidad
concreción-concretización
concierto-concertación
condición-condicionamiento
defecto-deficiencia
equipo-equipamiento
antes-anteriormente
después-posteriormente
análisis-analítica
síntomas-sintomatología
confusión-confusionismo
secreto-secretismo
confidencia-confidencialidad
crimen-criminalidad
culpar-culpabilizar
conflicto-conflictividad
múltiples-multiplicidad
duración-durabilidad
individuos-individualidades
honor-honorabilidad
llamada-llamamientoimpedir-imposibilitar
Es cierto que suenan pomposos pero son vacíos de contenido, meros comodines para impresionar al interlocutor.
ResponderEliminarAlguna vez escuche que "Las palabras largas nos pasan zumbando como los trenes largos. Sabemos
que llevan cientos de demasiado cansados o demasiado indolentes para caminar
y pensar por sí mismos. Las palabras largas no son las palabras difíciles; difíciles
son las palabras cortas".
Así se explican los archisílabos, "esas cómodas palabras largas que libran a la gente de la fatiga de razonar...".
Muy bien dicho, Luis. Yo estoy acordándome de la palabra "aperturar" cuando se dice "aperturar una cuenta" en vez del correctísimo "abrir".
ResponderEliminarO la diferencia que hay entre "ver" y "visionar". Una persona normal "ve" una película, pero un crítico la "visiona".
Ellos mismos se ponen en ridículo, la verdad.
Marysol: Te voy a nombrar académica de la lengua castellana. Estás haciendo mucho mérito. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo,amigo Fermín, que hay poco que hacer, pero ahí queda el testimonio de un hecho difícil de reencauzar. Yo mismo, como decía, soy un incoherente con estos rincipios.
Pues si cogemos los ordenadores llenamos un libro entero. Yo me quedo con "inicializar", que sigo sin entender que para los informáticos signifique algo diferente y sea imprescindible su uso en lenguaje técnico...
ResponderEliminarBesos, muchísimos.
Gracias Fauve. Estoy de acuerdo con tu comentario. Besos más
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