Mientras espero embarcar en el aeropuerto de Los Ángeles para retornar a Barcelona -tras unas agotadoras y felices vacaciones por los estados de California, Arizona, Nevada y Utha- consulto la hemeroteca de la prensa de Aragón de los pasados días y compruebo que, por fin, "El Diario de Teruel" de fecha 18-VI-08 recoge el texto íntegro, en la sección de Tribuna Abierta, de mi artículo de oponión titulado "PLANTA DE COGENEREACIÓN DE ALIAGA: ¡URGE NEGOCIACIÓN!", pero abreviándolo por el impersonalizado "URGE NEGOCIACIÓN" (Reproduzco el texto):
“El Diario de Teruel”, sobre todo, y otros medios de Aragón se han hecho eco del clima de malestar que se palpa en Aliaga (Teruel) a raíz de la decisión del INAGA (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) de denegar la Autorización Ambiental Integrada para la Planta de cogeneración eléctrica de esta villa. Esta decisión, recurrida por “Cinca Verde” (1) cuestiona el futuro del conjunto de la Planta Eléctrica. Como respuesta a esta decisión, las asociaciones de vecinos, ayuntamientos comarcales y otras entidades han creado una plataforma denominada “Salvemos la planta de cogeneración de Aliaga” que tiene como objetivo prioritario defender la puesta en marcha de este proyecto para salvaguardar la supervivencia de la localidad. Aliaga cuenta con otras cinco entidades de población: Campos, Cirugeda, Santa Bárbara, La Cañadilla y Aldehuela y entre todas alcanzan los 400 habitantes. Cuando la prensa publica que 300 de ellos se concentraron en la plaza del ayuntamiento el pasado 23 de mayo –exigua cantidad para el que desconozca la triste realidad demográfica de estos pueblos- omite que constituyen el 75 % del total de la población. Entre el público se hallaban diputados provinciales y consejeros de la comarca “Cuencas Mineras”. Además, 3.300 firmas respaldan igualmente el proyecto.
“El Diario de Teruel”, sobre todo, y otros medios de Aragón se han hecho eco del clima de malestar que se palpa en Aliaga (Teruel) a raíz de la decisión del INAGA (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) de denegar la Autorización Ambiental Integrada para la Planta de cogeneración eléctrica de esta villa. Esta decisión, recurrida por “Cinca Verde” (1) cuestiona el futuro del conjunto de la Planta Eléctrica. Como respuesta a esta decisión, las asociaciones de vecinos, ayuntamientos comarcales y otras entidades han creado una plataforma denominada “Salvemos la planta de cogeneración de Aliaga” que tiene como objetivo prioritario defender la puesta en marcha de este proyecto para salvaguardar la supervivencia de la localidad. Aliaga cuenta con otras cinco entidades de población: Campos, Cirugeda, Santa Bárbara, La Cañadilla y Aldehuela y entre todas alcanzan los 400 habitantes. Cuando la prensa publica que 300 de ellos se concentraron en la plaza del ayuntamiento el pasado 23 de mayo –exigua cantidad para el que desconozca la triste realidad demográfica de estos pueblos- omite que constituyen el 75 % del total de la población. Entre el público se hallaban diputados provinciales y consejeros de la comarca “Cuencas Mineras”. Además, 3.300 firmas respaldan igualmente el proyecto.
Tampoco hay que ignorar ni descalificar a las entidades que presentaron una serie de alegaciones en contra de este proyecto. Me refiero al “Departamento de Ciencias de la Tierra” de la Universidad de Zaragoza, a la “Asociación para el Desarrollo de Montoro” y a “Ecologistas en Acción”.
De la relevancia histórica de Aliaga dan testimonio las ruinas del imponente castillo medieval de la Orden Sanjuanista. En la década de los años 60 contaba con una población de más de 2.500 habitantes. Sus yacimientos de lignito y la central térmica –innovadora en aquellos tiempos- le dieron próspera notoriedad hasta que se cerraron las minas y dicha central térmica, obsoleta, corrió la misma suerte en 1982. La población activa sufrió un éxodo mayoritario a Zaragoza. Aliaga hoy lucha por la supervivencia y el mantenimiento de unos servicios mínimos en materia educativa y sanitaria. Lógicamente, a los que tenemos vínculos afectivos con este pueblo, la situación actual de incertidumbre nos provoca un sentimiento pleno de solidaridad y de apoyo, no exento de cierta carga emocional, que condiciona la visión e interpretación del conflicto.
Las trabas administrativas a la petición de autorización para la recuperación del CO2 y la consiguiente apelación de “Cinca Verde”, (1) empresa titular de la planta, pueden alargar el proceso, que tiene su origen en el año 2001, y provocar reacciones indeseadas que en nada contribuyan a facilitar la solución del conflicto. Se impone, pues, la necesidad de atemperar el delicado momento que se está viviendo y buscar otros itinerarios de encuentro, ajenos a actitudes numantinas y decisiones intransigentes, que puedan dar salida a este episodio triste que casi todos los vecinos de esta localidad y simpatizantes foráneos estamos sufriendo.
Con ánimo conciliador y pragmático, sin ocultar mi solidaridad incondicional con el pueblo de Aliaga, creo que, ante la gravedad del conflicto planteado, hay que buscar un cauce de negociación en el que estén presentes todas las partes implicadas y que pongan los medios para salir de este túnel que no conduce a ninguna parte. Creo que las leyes están para cumplirlas, aunque no nos gusten, pero también tengo claro que se pueden interpretar con unos u otros matices. La sensación que se percibe desde fuera es que Ayuntamiento, “Cinca Verde”, colectivos implicados e instituciones públicas con competencias en este sector no mantienen la comunicación entre sí que sería deseable.
Pero ha llegado ya el momento de desatascar el conflicto. Y se me ocurre que una iniciativa práctica, para atemperar la delicada situación a la que hacemos referencia, sería que “Cinca Verde”, que ya ha renunciado al proyecto de la Piscifactoría – que tanta ilusión colectiva despertó en sus inicios- porque exige un caudal de agua inviable, repoblara con árboles el amplio espacio que ocupan las piscinas, demoliera el azud, suavizara la sonoridad y llevara a cabo cualquier otra acción que suavice el impacto visual, ciertamente ingrato, que dicha planta ofrece a los ojos de cualquier visitante. Por su parte, el INAGA debería autorizar la culminación del gaseoducto, al que sólo restan 150 m., para que esos gigantescos camiones cisternas de 40 toneladas que circulan impunemente por la carretera-calle Mayor de esta localidad no sigan atemorizando a sus vecinos por el enorme riesgo potencial que acarrean. Uno de ellos ya volcó hace escasos meses, afortunadamente sin consecuencias, por esta vez...Y los colectivos que presentaron alegaciones contra el proyecto de esta Planta de cogeneración deberían fundamentar sus temores en hechos verificados y no en presunciones y también tendrían que hacer más pedagogía para que no se interprete –como ocurre- que parecen estar más preocupados por la supervivencia de unos “cangrejos” y el llamado “quebrantahuesos” que por la colectividad social de esta localidad que, no sin razones, teme por su futuro.
Estas medidas paliativas servirían, estoy seguro, para crear un clima de diálogo que pueda reconducir a posteriores acuerdos consensuados que culminen en una solución que dé vida a esta iniciativa industrial y que, quizás no serán del agrado total de las partes implicadas, pero que tampoco se traducirán en lo que acaban siendo los desenlaces de las “guerras”: en vencedores y vencidos. Para nadie son deseables estas divisiones que apuntan tintes irreconciliables entre vecinos. La provincia de Teruel tiene demasiadas carencias como para permitirse, encima, frustraciones de esta guisa.
Y para terminar, también quiero hacer un llamamiento a los políticos – a los que supongo absorbidos por eventos de mayor relieve como es el caso de la EXPO y proyectos gigantescos como el de Gran Escala- y a los técnicos en industrias de este tipo y cuestiones medioambientales. Todos tienen la obligación de esforzarse en la búsqueda de soluciones imaginativas, eficaces y que preserven los derechos y los intereses de todos, sin olvidar que el bienestar de las personas directamente afectadas e implicadas es lo prioritario, aunque constituyan un colectivo de escasa relevancia demográfica"
(1) Debería decir "NeoElectra", nombre de la empresa titular actual.
Feliz vuelta a casa.
ResponderEliminarEspero que lo hayas pasado muy bien en tus vacaciones por los EEUU.
ResponderEliminarDe nuevo bienvenido!!!
Llevo unos días sin leer la prensa de Teruel y se me había pasado tu artículo. No se puede ser más claro y más condescendiente, aunque es el caso que a alguno de ellos me temo que le basta con no sentarse a hablar para resolver el conflicto a su favor. Montoro y sus bellas vistas...
ResponderEliminarYa nos dejarás curiosear en tus notas de viaje, que prometen. Salud.
Feliz regreso a España, Luis. Espero hayas disfrutado por tierras del oeste americano. Yo estuve en Seattle en 1991 y tengo un grato recuerdo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo sobre la planta de cogeneración. A ver si se sientan a negociar y salvamos esta primera y única industria de Aliaga.
Luis, revisa esto:
ResponderEliminarhttp://www.expansion.com/2009/03/02/catalunya/1235983705.html
Es buena o mala noticia?
Noticia nueva o vieja?
Besos!!!
A BORRAESO:
ResponderEliminarLa unión de todo el pueblo de Aliaga ante la amenaza de cierre de la única industria existente hizo cambiar de criterio a la administración autonómica. El aprovechamiento del CO2 es bueno para el medio ambiente y supondrá algún puesto de trabajo más.
En la historia de esta empresa, sólo hay que achacar responsabilidades a la DGA, pero afortunadamente supo, o no le quedó más remedio, rectificar.
Gracias por tu interés, Barraeso.
Besos