“La sentencia que condena al popular locutor de la Cope por injurias y calumnias contra el alcalde de Madrid, el señor Ruíz-Gallardón, ha sido acogida en Catalunya con las naturales muestras de algarabía y complacencia. Sólo ha faltado tirar cohetes, igual que cuando pierde el Real Madrid. Todo el mundo ha sacado pecho, ha respirado tranquilo y se ha repetido por activa y por pasiva aquello de "ya lo decía yo" o "algún día tenía que pasar, lo que no entiendo es que haya tardado tanto". Hay pues un criterio unánime de que -¡por fin!- al señor Federico Jiménez Losantos se le ha dado su merecido, ahora sólo falta que la Conferencia Episcopal le remate de un puntillazo. No es que yo comulgue ni poco ni mucho con los contenidos ni con las formas –por llamarlo de algún modo- del referido señor, al que no he visto en mi vida, ni he cruzado jamás palabra alguna con él. Pero los autosacramentales siempre me huelen a chamusquina y los linchamientos me repatean los higadillos, máxime cuando por estos pagos se ha extendido un espeso manto de hipocresía.
Xavier Rius recordaba el otro día que sólo en Catalunya Losantos tiene 105.000 oyentes -casi un tercio de los que tiene Antoni Bassas-; Cristina López, 17.000; César Vidal, 62.000 -por delante de Catalunya Ràdio, donde Barril tiene 46.000- o Antonio Aballán, con 34.000, está cerca de atrapar a Bernat Soler, con 46.000. O sea que el llamado éspacio comunicativo catalán está perfectamente impregnado por la Cope, nos guste o no, pero desde luego no les disgusta ni a sus oyentes ni a sus anunciantes.
La sentencia podrá decir lo que quiera, incluso podrá decir misa, pero el hecho cierto es que el señor Ruíz-Gallardón -y yo creo que con toda la razón y el sentido común del mundo- no participó de la teoría conspirativa del 11- M para impedir que el PP ganara las elecciones, gracias a una acción de ETA, defendida a capa y espada por líderes populares con la inestimable ayuda de la Cope y El Mundo y el resto de la Brunete mediática. Lo otro, lo de los insultos lo dejamos para Calderón de la Barca y los señores jueces.
"AQUÍ TENEMOS NUESTROS JIMÉNEZ LOSANTOS CATALANES QUE CAMPAN TRANQUILAMENTE, SIN QUE NADIE OSE MOLERTARLES"
Pero es absolutamente cierto que tras el 11-M en el tanatorio de Ifema -donde vi a un desconsolado Ruíz-Gallardón- vi periodistas metiendo la alcachofa en el esófago de los familiares que habían ido a reconocer a sus difuntos y las cámaras de televisión hurgaban, a veces de malas maneras, en el dolor de las víctimas, en busca del morbo en un espectáculo que me revolvía el estómago. ¿Dónde estaba entonces el límite de la libertad de expresión? ¿O nadie se acuerda ya de la famosa portada de El País de aquel día?
Y ¿dónde está en Catalunya el límite a la libertad de expresión cuando alguien puede chotearse del cáncer de pulmón de Duran Lleida o llamar "países de mierda" a la patria de los inmigrantes? Aquí tenemos nuestros propios Jiménez Losantos catalanes que campan tranquilamente, sin que nadie ose molestarles. Son de los nuestros. Aquí se puede decir tranquilamente que "los españoles son todos unos chorizos" y no se mueve ni una hoja de un árbol, ni Col·legi de Periodistes, ni CAC, ni demandas. ¿Para qué?
Que la sentencia a Losantos nos haga reflexionar a todos y no nos quedemos tranquilos viéndole como lo ahorcan con la complacencia -inocente él- de los políticos del PP que lo han usado cuando les ha interesado y ahora lo han dejado tirado como un pelele, como sucede desde tiempos remotos. Matar al mensajero es fácil y barato. Lástima que huele mal. A mierda”
Comentario irreprochable, si señor.
ResponderEliminarPero eso es la la política!!!!
ResponderEliminarDesgraciadamente se funciona así mal que nos pese.
Un saludo
Confieso mi animadversión por el fondo y la forma de "de Losantos", pero el artículo de Trallero pone el dedo en la llaga al hacernos ver que de "esta fauna" la hay en todas las partes. Lo deplorable, en todo caso, más que la existencia de los mismos, es la instrumentalización que algunas instituciones hacen de ellos...
ResponderEliminarSaludos afectuosas para Lisebe y Dr. Krapp
Yo tampoco soporto a este peridista, pero me indigna mucho más que sea la Conferencia Episcopal quien le cotrate para desempeñar una función que nada tiene que ver con la línea evangélica.
ResponderEliminarPor otro lado, es verdad que no es el único y en eso tengo que darle toda la razón al Sr. Trallero que ha sido muy valiente. Lástima que no mencione nombres ni cadenas de radio o de lo que sean...que también dicen barbaridades impunemente.
Jordi Prats