miércoles, abril 01, 2009

TAMBORES Y BOMBOS DEL BAJO ARAGÓN (y II)


A los nacidos en el Bajo Aragón no nos asusta el redoble de los tambores. Los ecos, aunque dulcemente amortiguados por el colchón amniótico del seno materno, ya nos llegaron antes de salir a este mundo. Y una vez en él, nos sorprendió la luz cegadora, pero no los toques de bombos y tambores. Ni tan siquiera el estruendo del festín colectivo de la “rompida de la hora” del jueves santo lograba hacernos pestañear...

Alumnos de la "Escuela de tambores y bombos" de mi pueblo

De mis sueños infantiles recuerdo, entre otros, el de tener un tambor. En aquel entonces casi era un lujo. Los tambores con su caja y aros de madera, el parche de piel y los bordones de tripa emitían un sonido dulce y audible de lejos, pero eran de una fragilidad pasmosa, se destensaban con facilidad y no estaban al alcance de cualquier bolsillo. Hoy, con el parche de material plástico, la caja y los aros metálicos, los bordones de seda o nylon, aunque el sonido sea más agudo y más fuerte, gana en facilidad de uso y su resistencia está hecha a prueba de golpes desmedidos. La democratización del tambor extensible a todas las condiciones y edades es ya una realidad sociológica.

Llevo más de 2/3 de mi vida en Barcelona y esta afición por los tambores no ha menguado. Vengo asistiendo a las clases de la “Escuela de Tambores y Bombos” del CAB desde que se fundó, hace varios años. Este curso, sin embargo, he faltado a casi todas por culpa de una tendinitis en el hombro izquierdo que parece tener vocación crónica. El pasado lunes no pude evitar la tentación de reencontrarme con el sonido acompasado de los redobles con todos los alumnos en formación circular. Si quiero participar en los próximos desfiles, conciertos y cabalgatas, tendré que asistir a clase porque, en mi ausencia, se han ensayado dos o tres nuevos toques que me han sorprendido gratamente.



Con mis compañeros de clase en la Plaza de Cataluña (Barcelona)
Los distintos “toques” de un amplio repertorio aparecen como palabras de un intenso discurso sonoro, con el que, en voz alta y al mismo tiempo, todos reconsideramos, reformulamos y restablecemos las razones del ser y del estar juntos como si se tratase de un sentimiento de pertenencia a una comunidad diferenciada. Es, en definitiva, la filiación de la identidad popular. Yo, que tengo vocación de cosmopolita, cuando toco el tambor en “rolde”, en formación de desfile o inmerso en muchedumbre, me siento turolense bajoaragonés hasta lo más profundo de las entrañas...

Lo que hace única y famosa la Semana Santa bajoaragonesa es la presencia en los actos religiosos, y sobre todo fuera de ellos, de millares de tambores y bombos cuyos ritmos suenan incesantemente durante horas y horas.

En la "rompida de la hora" de mi pueblo. ¿Me habéis localizado)

Uno de los momentos más espectaculares y esperados en los actos de la Semana Santa en los pueblos que constituyen la “Ruta del tambor y del bombo” es la “Rompida de la hora”. Acto que tiene lugar en las plazas y a una señal del alcalde o primera campanada de las doce del reloj de la Iglesia del jueves o viernes santo, miles de cofrades ataviados con las túnicas respectivas – azules, moradas o negras- comienzan a redoblar los bombos y los tambores en un tumultuoso y alucinante estruendo que retumba en todos los pueblos con una fuerza conmovedora. Una emoción indefinible que pronto se convierte en una especie de embriaguez se apodera de todos los participantes. Y eso hay que vivirlo desde dentro. Os lo dice quien ha tenido este privilegio, pocas, pero selectas veces...

19 comentarios:

  1. Ya decía yo que le faltaban tus palabras a las entradas del tambor.
    A pesar de haber leído varias páginas, sólo puedo ahora, al leerte maravillada, de verdad entender qué signica para un aragonés. Identidad, raíz. Raíz para poder seguir creciendo en cualquier lugar del mundo, pero nutrida el alma y anclada en el suyo. Profundo sentimiento que has expresado con pasión, afecto y sensibilidad que contagian.

    Muchos besos y un sana, sana cariñoso para la tendinitis.

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  2. A Mara y Cuyá:
    El problema de esta fiesta del tambor es que se ha covertido en una atracción de feria y esto lo desvirtúa bastante. El Bajo Aragón, durante la Semana Santa, recibe la visita de sus hijos desparramados por esos mundos de Dios que acuden prestos al redoble del tambor...Pasan los años, y la participación sigue aumentando. En algunos actos de carácter religioso - procesiones, sobre todo - pueden vers desde niños agarrados a la túnica de sus padres hasta personas de 85 años dándole con más o menos destreza al parche del tambor. Los tambores, por supuesto, no son exclusivos de esta comarca, pero el espíritu con que se viven, creo que es muy singular, por no decir único...

    Besos, muchos

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  3. Diréis pocas cosas con ellos... pero seguro se os oye.

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  4. Qué maravilla lo que nos cuentas, querido Luis Antonio,una emocionante manifestación colectiva del más profundo sentir. Una experiencia que reafirma la pertenencia y el sentido espiritual de un pueblo.
    Me ha encantado.
    Te abrazo con el afecto de siempre.

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  5. Nunca le había puesto patria a un tambor... Me gusta su sonido, independientemente de su procedencia... A más tambores más latir el corazón, mejorando el pulso, convirtiendo el cuerpo en una fiesta... alejando cualquier idea de la cabeza que no sea sonido o estridencia...

    Pero no se me ocurrirá robar protagonismo a los que tú muestras...

    Un beso.

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  6. A P. Vázquez “ORIENTADOR”:
    Los tambores también expresan sentimientos, emociones... Incluso saben callarse.

    A Marysol:
    Muchas gracias por la comprensión que encierran tus palabras.
    Otro afectuoso abrazo

    A Borraeso:
    Sueño con una patria universal y sin fronteras. Sin embargo, en nuestro devenir por este mundo nos queda el afecto por lo que está en nuestro entorno. Los tambores también expresan y tienen su propio código que nos resulta más o menos próximo. Me ha gustado tu comentario. De verdad.
    Besos

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  7. Es imposible, tras la lectura, que a uno no le gusten aun más los tambores.

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  8. A Corsario sin patente:
    Pues te aseguro que desde dentro aún es mejor...
    Saludos

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  9. Siento mucho lo de tu tendinitis que te impide tocar el tambor, porque después de lo que has escrito, significa mucho para ti. Me reitero en mi anterior comentario, me producís mucha envidia los que podéis sentiros formando parte de una identidad, de una tierra...Espero que disfrutes mucho con la Semana Santa en tu pueblo, Luís. Un abrazo lleno de cariño para ti.

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  10. A Cristal:
    Muchas gracias por tus palabras. Este año, por una serie de circunstancias, tengo que quedarme en Barcelona. Insistes mucho en lo de la identidad, ¿acaso tú no la tienes? Ya me explicarás...
    Un cariñoso abrazo para ti, Cristal

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  11. Nunca he asistido a la fiesta del tambor, pero leyendote no puedo sino reservar uno o dos días de la semana santa del año próximo (la de este ya esta demasiado ocupada) para poder ir a Aragón y disfrutarla.

    Un abrazo

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  12. A Tumulario:
    Vale la pena vivir esta experiencia. Cuenta con mi asesoramiento cuando llegue el momento.
    Otro abrazo

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  13. Identidad en el sentido de pertenencia a una comunidad con un pasado común, unas tradiciones...no la tengo. Ninguno de mis padres era de Madrid. Mi padre era de Jaén y mi madre de Cartagena, pero, por diversas circunstancias ninguno de los dos viajaba a sus respectivos lugares de origen. Ellos mismos se sentían desarraigados, mi madre con una eterna añoranza de una tierra perdida en la que ya no le quedaba familia. Yo dejé Madrid muy joven, estuve viviendo cinco años en Baleares, luego volví pero no a la ciudad. En fin...Siento por Madrid un gran amor, en sus calles están escritas las páginas de mi vida, pero no tiene nada que ver con lo que tú cuentas. Yo no me identifico con el Chotis, ni con la verbena de La Paloma, no me gustan los toros... no sé si me entiendes. No sé si habré contestado a tu pregunta. Un abrazo fuerte, Luís.

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  14. Anónimo11:20 p. m.

    Preciosa descripción, con la que me siento plenamente identificada.
    Gracias Luis, por tu extraordinario regalo.
    Etel.

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  15. "Una emoción indefinible que pronto se convierte en una especie de embriaguez" y así es...
    Cuida tu tendinitis.
    Un abrazo maño

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  16. A Cristal:
    Has contestado a mi pregunta y te comprendo perfectamente. Las grandes ciudades, en el fondo, son tan impersonales y cosmopolitas que impiden que surjan esos lazos entrañables que nos unen con “las pequeñas cosas” que singularizan a una tierra respecto a otra...Una de los pocas ciudades interesantes que me queda por conocer es Cartagena. Aquí tengo un amigo y me habla maravillas de ella.
    Muchos besos, Cristal y, otra vez, felices vacaciones

    A Etel:
    Entiendo tu identificación y espero que tú sí puedas darle al tambor estos días..Gracias por tus palabras y un fuerte abrazo

    A Mamen:
    Gracias por tus palabras y buenos deseos. Encantado con que de vez en cuando me hagas una visita, maña.
    Un abrazo

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  17. Hace algunos años, en la Plaza del Obradoiro de Santiago, una banda de tambores de Calanda, ponía la carne de gallina a todos los presentes. Por tres veces, hube de señalar en el mapa de España que me mostraban varios extranjeros donde se hallaba esa población.
    La verdad es que son emocionantes, hay algo ancestral y atávico en ellos que despierta nuestra emoción más primitiva ¿verdad?
    Para mí, es como recolocarme el cerebro. No sé si me explico... bueno, que me encantan Luis Antonio.
    Besos.

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  18. A Cristal00k:
    Se conoce más Calanda porque va unida a la figura de Buñuel, pero hay pueblos como Alcañiz y Andorra, de la misma zona, con más cantidad de participantes.
    Comparto el sentimiento que manifiestas y me alegra que personas distanciadas de estas manifestaciones sepan comprender la emoción que despiertan...
    Besos

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  19. Anónimo6:06 p. m.

    Al ver esa foto de la Plaza del Regallo me ha entrado una triste nostalgia fruto de tantos años ausente en Semana Santa. Un redoble de abrazos queridos andorranos.

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