Yerran, se ofuscan y
se olvidan de soñar...
quienes de multitud de recuerdos
se olvidan de soñar...
quienes de multitud de recuerdos
pueblan su soledad,
porque ésta se incrementa
en la misma medida.
Por eso, que no es poco,
combato a la añoranza.
porque ésta se incrementa
en la misma medida.
Por eso, que no es poco,
combato a la añoranza.
Es muy cierto. Si sólo vivimos de recuerdos no hay lugar para dejar entrar lo nuevo que nos traen los días. Pero no siempre recordar es añorar, lo que no nos deja avanzar, creo, no es el recordar, sino pretender volver a repetir las vivencias pasadas...guardo bellos recuerdos, los traigo a veces y los disfruto...pero si me preguntas si quiero volver a vivir esos momentos te diré un rotundo no. El pasado nos trajo hasta acá y lo recordamos, pero la vida recomienza hoy. Besitos Luis
ResponderEliminarUna sabia medida.Si nos olvidamos de soñar cerramos la puerta al futuro compartido
ResponderEliminarVivir de sueños no está mal cuando delante se tiene una expectativa real.
ResponderEliminarPero vivir de sueños es recordar y no vivir, y "los sueños sueños son"
La realidad es la que tenemos delante y de la que tenemos que hacer futuro.
Ciertamente yerran" como tu dices Luis Antonio.
Aunque te he de decir que muchas veces añoramos todos vivir un poquito de la felicidad de recuerdos de un ayer que pasó en el tiempo pero nunca de nuestra mente y corazón.
Muchos besitos mi querido Luis Antonio.
Estupenda reflexión: Si sólo vivimos de recuerdos se adormece nuestra capacidad de soñar.Yo prefiero soñar para vivir y vivir para soñar.
ResponderEliminarun abrazo, querido amigo
Pues te diré Luis Antonio, aunque no soy especialmente notálgica, que cada uno se apaña como puede.
ResponderEliminarCada uno es cada uno y sus cadaunadas...
Saludos.
Yo he vivido durante mucho tiempo abandonándome en los recuerdos, dejando que gobernasen mi vida... Me regocijaba en mi pasado, sobre todo en los momentos más tristes y cuando más sufrí, y me olvidaba del presente, de vivir el momento.
ResponderEliminarAfortunamente, voy aprendiendo y el pasado sí, está ahí, cargado de experiencias, de lecciones de las que aprender, pero nada más.
Supongo que la madurez te lleva tarde o temprano a este estatus...
Un beso, Luís
Cierto e inteligente, Luis Antonio; hay que combatir la añaranza como sea si no queremos acabar doblegados y desarbolados como barcos sacudidos por la tormenta. Por lo menos intentarlo, que otra cosa será conseguirlo.
ResponderEliminarun beso
Temo el día que se me pueda olvidar soñar. Combatir la añoranza soñando...es el casi único espacio libre y nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo maño.
Pues a mí me encanta soñar y creo que la añoranza trae recuerdos y los recuerdos sueños, y que todo es muy positivo y optimista; si son agradables, para sentirnos bien; y si son desagradables para purificarnos y que no se vuelvan a repetir o aprender a valorar lo que tenemos, "¡leñe!"
ResponderEliminarDespués de estas grajeas me voy a comer para que no me cojan con el estómago vacío, y a ver si me hacen los efectos con los que sueño ;-)
A todas las comentaristas y al Dr. Vitamorte les doy las gracias por complementar la entrada con sus comentarios y matizaciones enriquecedores. Estoy de acuerdo con todos porque en cuestiones de carácter existencial los seres humanos decimos una cosa y mañana, la contraria. Como bien dice Cristal00k: "Cada uno es cada uno y sus cadaunadas..."
ResponderEliminarEs posible que siga con estos temas porque, además de ser muy recurrentes, me afeactan de manera especial. Un afectuoso abrazo
Pero la añoranza puede ser también una manera de combatir por la vida. Claro que yo soy de este tipo de nostálgicos beligerantes... ;)
ResponderEliminarPero eso sí, la nostalgia en su justa medida.
¡Eso,eso, nostálgicos beligerantes! ¡Qué bonita manera de decirlo! Ay...
ResponderEliminarAy, que me olvidaba de decirle a Luis que para mí también son recurrentes estos temas y que me afectan de una manera especial.
ResponderEliminarSupongo que a todos, o a casi todos, o a muchos... O a unos pocos.
¡Qui lo sap! ;-)
A Fermín: Ya hemos intercambiado comentarios sobre el tema de la nostalgia y, por lo visto, a cada uno le sugiere algo distinto. En mi caso no debe ser bueno cuando la combato con tesón...
ResponderEliminarA Fauve: Una manera de aliviar sinsabores existenciales es echarlos fuera. Yo lo hago en forma de grageas y funciona. De veritat de la bona...
Pues sí, querido Luis; yo a unos los echo fuera; otros se van solitos y, para el resto, me tomo tus grajeas ;-)
ResponderEliminarAhora me voy a meter donde no me llaman, que me caracteriza casi tanto como llevar la contraria: en lo que le dices a Fermín. Con permiso, es que la nostalgia, la añoranza, la morriña... son lo mismo pero no lo son; depende de cada persona y su carácter, y también de sus orígenes o mezcla de ellos -que algunos somos cosmopolitas, por no decir de ninguna parte, mejor decir que nuestra patria es el planeta-, y así se interpretará de un modo más nostálgico o menos, de uno modo más triste o alegre; es como recordar la infancia; a unos les da la risa y otros se ponen a llorar...
Bueno, ya me voy con la música a otra parte.
Biquiños a tutiplén.
aveces la vid no tiene mucho sentido y los recuredos te hacen matenerte viva
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