Algunos deploran
la mezquindad del presente,
recelan del futuro
y están lastrados por el pasado.
la mezquindad del presente,
recelan del futuro
y están lastrados por el pasado.
Sin embargo...
! se aferran a la vida ¡
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LLEGAR HASTA EL FINAL TIENE PREMIO
¿La esperanza es lo último que se pierde?
ResponderEliminarQué tristeza esos algunos; qué buen clavo ardiendo al que se agarran: el instinto de supervivencia.
11.111 besos, Luis.
Aferrarse a la vida, ciertamente, no es vivirla Luis. Sin embargo no todos tenemos la dicha de no haber pasado por algún momento en que hacer lo que se desea es imposible, y tener que hacer lo que se puede por no poder hacer lo que se quiere...si en esa situación, alguien todavía se aferra a la vida es porque cree en ella, porque tiene esperanza. Me vienen a la mente todos mis bisabuelos, inmigrantes, vivieron muchos años por fortuna, siempre con la nostalgia de su tierra; sin embargo soñaron, se esperanzaron, y formaron familias llenas de amor. Sé que pudieron hacerlo porque en muchas circusntancias se aferraron a la vida.
ResponderEliminarBonita foto, el tango es muy nostálgico pero a mí me apasiona. Es bello.
Un gran beso
He elegido esta foto porque la manera en que ella se AFERRA al bailarín es harto expresiva...
ResponderEliminarY al final aferrarse será lo que tenga más sentido de todo.
ResponderEliminarEl dicho de aferrarse a un hierro ardiendo es bien cierto.
ResponderEliminarEl aferrarse es lógico desde el punto de vista humano, y cuando hay una razón de peso aún más no es así?? Quien no lo hace cuando lo necesita?
Muchos besos, mi querido Luis Antonio.
Aferrarse a la vida puede ser consecuencia del atávico instinto humano de supervivencia o de "lo que sea". El hombre es el único animal que puede ir contra sus instintos, de modo que bendito instinto y bendito "lo que sea" que nos mantiene vivos.
ResponderEliminarSaludos, Luis Antonio.
Siempre llevando la contraria, (lo siento), creo que mejor que aferrarse es no deplorar. Pero en el caso de que... etc.
ResponderEliminar¿Que es ella la que se aferra? ¡Pues anda que él no la agarra bien ni n'á!
A mí también me gustan los tangos. Pero dosificados.
No hay motor que impulse más que el amor propio, y tal vez sea ésto lo que le da el real motivo a nuestra existencia.
ResponderEliminarUn abrazo, estimado José Antonio. Me agrada venir a visitarte.
Es que si no te aferras, te caes.
ResponderEliminarCreo que uno se debe aferrar a lo que es bueno. Yo, de todos modos me aferraría a una compañera de baile como la que aparece en la foto.
ResponderEliminarSaludos,
A Fauve: Afortunadamente son los menos, ¿no? Pero la vida siempre tiene sentido. Biquiños.
ResponderEliminarA Mara y Cuya: Tus bisabuelos tuvieron pasado, presente y soñaron con el futuro. Muchos fundamentos para vivir la vida. Ahí esta el fruto, “formaron familias llenas de amor”. Petonets.
A Fermín: La cuestión es que haya algún que otro motivo, aunque sean simples pretextos...
A Lisebe: Cuando hay otras razones no hace falta quemarse con el hierro ardiendo. Por eso hay que buscarlas si no se tienen. Petons.
A Sirena Varada: La cuestión, como bien dices, es vivir por “lo que sea”. Saludos afectuosos.
A Fauve y Héctor Aguilera: El bailarín y la bailarina son METÁFORAS, ¿vale?
A Marysol: A falta del amor bueno es el amor propio. Otro abrazo
Al Dr. Krapp: Supongo que Vd. no está en la misma órbita que Fauve y Héctor, ¿verdad?
Pues sí, Luis, afortunadamente son los menos; pero no sabes cuánto me alegro de estar en la órbita de Hector Aguilera (¡encantada de conocerte!) y que seamos también los menos aquí que opinemos así.
ResponderEliminarA veces es mejor ser menos y de los buenos, aunque es triste que la mayoría sea mala o no caiga del guindo. Claro que eso lo pensamos todos y a lo mejor soy yo la que no me apeé de la burra...