Junto al río, los chopos,
el pájaro en el nido,
la bruja en una escoba
y tras el ovillo, un gato.
Ella te contempla,
ella te está esperando.
Y tú, como siempre,
subido en la higuera
Ella te contempla,
ella te está esperando.
Y tú, como siempre,
subido en la higuera
¿Todo en su sitio y usted escondido?
ResponderEliminarMe gustan sus grageas, porque deja en la recámara mucho más de lo que dispara. Su cautela es un lujo en este tiempo de excesos. Pero parece una cautela auténtica, nada falsa. Los que asoman sólo la patita (incluso en algo tan inocuo como un poema) siempre me han inspirado desconfianza.
Todo está en su sitio, la armonía parece la dueña, y el personaje se esconde, o está distraído o tiene miedo…
¿Se perderá algo? Porque ese “ella” es tan abierto, tan amplio, tan incitador de interpretaciones varias, que sólo ese pronombre ya posee el don de incitarnos a especular, y a los más afortunados tal vez a soñar.
Estimado receptor: insisto, es un lujo tenerlo de comentarista. Casi me tienta invertir los términos y poner sus comentarios de entrada...
ResponderEliminarMe siento feliz de que destaque el pronombre "ella". Es, como bien ha captado, una metáfora muy abierta...Y también quiero llamar la atención sobre los otros pronombres: "te" y "tú".¿A quién o quiénes pueden referirse? Yo lo tengo muy claro, pero el lector -y ahí está el placer de la lectura- tiene todo el derecho a recrear el texto...como su intuición o sensibilidad le indiquen.
Muchas gracias.