Estimada Yelena Isinbayeva:
Los que gustamos del atletismo ya hace años que te conocemos y admiramos. Tus 27 plusmarcas mundiales de salto con pértiga y tus 5,06 m., por ahora, te avalan como una de las atletas más grandes de todos los tiempos. Nadie ha osado discutir la justicia del galardón “Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, 2009”. Además, tu simpatía y tu belleza añaden un plus de excelencia a ese brillante currículo.
Los que gustamos del atletismo ya hace años que te conocemos y admiramos. Tus 27 plusmarcas mundiales de salto con pértiga y tus 5,06 m., por ahora, te avalan como una de las atletas más grandes de todos los tiempos. Nadie ha osado discutir la justicia del galardón “Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, 2009”. Además, tu simpatía y tu belleza añaden un plus de excelencia a ese brillante currículo.
Ayer hiciste, si cabe, más méritos para incrementar la admiración que te profeso. Ataviada con un espectacular vestido largo de gasa de color beige con apliques de pedrería que irradiaban innumerables destellos, con sugerentes transparencias y generoso y espectacular escote por detrás, llegando a invadir esas preciadas curvas donde “la espalda pierde su casto nombre”, te presentaste antes las puertas del Teatro Campoamor de Oviedo y sonó la mejor de las ovaciones del publico. Paseaste carismática por la alfombra astur sonriendo y girando tu esbeltez hacia unos y otros para que nadie se perdiese el espectáculo único de tu cuerpo insinuado y mostrado con generosidad, deleite y orgullo. Parecías como una niña con zapatos nuevos. En tu exhibición había manifiestos deseos de compartir la felicidad que te embargaba y que brotaba de tu corazón haciendo más visibles y palpables tus encantos.
Los fotógrafos alucinaban con tus poses y te harán justicia, aunque no faltarán las malas lenguas salpicadas de “pelusilla celtibérica” que pontificarán sobre la inconveniencia o no de tu atrevida vestimenta. Quedé tan deslumbrado que hasta pienso ir la semana próxima al dentista sólo con el objetivo de tragarme durante la espera toda la prensa del corazón que, por unos días, relegará al olvido a las de siempre. Los fuelles de las gaitas asturianas se quedaron sin aire y perdieron el compás cuando descendiste del automóvil, pero de inmediato salpicaron alborozadas con sus dulces sones la atmósfera de esa literaria ciudad donde un siglo atrás algunas gentes trasnochadas vociferaron contra la adúltera Ana Ozores, heroína de “La Regenta”, que cometió el mayor de los pecados: enamorarse del pérfido y caduco Don Alvaro de Mesía.
A la ovación del público, tras recoger la insignia del galardón, respondiste con la mejor de tus sonrisas y repartiendo besos por doquier al margen de protocolos estirados.
Ayer, Yelena Isinbayeva, eclipsaste a la realeza borbónica y a todos los demás galardonados imponiendo tu reinado de cenicienta eslava, pero lo hiciste sin premeditación ni malicia alguna. Estabas contenta, te sentías bella y quisiste compartir esos dones. Hasta el cielo de Vetusta, acostumbrado a tus visitas cuando llegas con tu pértiga a rozar su sótano, dejó de llorar y se mantuvo cauto y complaciente. Te imaginas lo que podía haber ocurrido si estalla en llanto y tu vestido sufre la envestida de sus lágrimas. No quiero ni pensarlo, pero quizás lo sueñe...
Besos, Yelena Isinbayeva
Ayer, Yelena Isinbayeva, eclipsaste a la realeza borbónica y a todos los demás galardonados imponiendo tu reinado de cenicienta eslava, pero lo hiciste sin premeditación ni malicia alguna. Estabas contenta, te sentías bella y quisiste compartir esos dones. Hasta el cielo de Vetusta, acostumbrado a tus visitas cuando llegas con tu pértiga a rozar su sótano, dejó de llorar y se mantuvo cauto y complaciente. Te imaginas lo que podía haber ocurrido si estalla en llanto y tu vestido sufre la envestida de sus lágrimas. No quiero ni pensarlo, pero quizás lo sueñe...
Besos, Yelena Isinbayeva
Bueno la imagen de la lluvia empapando el vestido queda poética pero ¿tú crees que esta sabe donde está el capot del coche? O ¿se lo perdonamos por lo del vestido?
ResponderEliminarBesos :o)
ES GUAPA Y SALTA DE FABULA...
ResponderEliminarPERO ES MUY PESETERA, ¿NO?
http://titoblogpertinaz.blogspot.com/
SALUD.
A mí me parece que está guapísma. Les pasa mucho a las deportistas. Estamos acostumbrados a verlas en traje de faena y sudando, sin maquillar y sin re-peinar, y cuando salen de fiesta, o a unas galas de estas, donde encima son protas, deslumbran. Los que la critiquen es porque la envidia les corroe. Sin duda.
ResponderEliminarYo voy a tener que ir a la pelu que es donde me actualizo en temas de estos... ;-)
Un beso, Luis
¡Qué pena Yelena,conformarse con ser Hércules cuando podría ser Helena!
ResponderEliminar¡Deslumbrante Yelena!
ResponderEliminarSimpatiquísima, arrolladora. Todo naturalidad.
Una princesa, verdadera y no de atrezzo.
Un abrazo Luis Antonio. (Una buena idea subir el vídeo al blog)
Exultante. No había visto los videos de los premios y me ha encantado Yelena. Creo que su afán de superación es lo mejor de lo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por el vídeo.
Vaya cartita. Qué suerte tiene Yelena. ¿Para que me escribas una así a mi tengo que hacer lo de la pértiga?
ResponderEliminarUUUUuauuuuuuuuu!!! Señor Profesor!!! Es cuestión de escotes? Digo, para que usted sea capaz de dedicar tan bellas y fervorosas palabras?
ResponderEliminarMuy bonita...se comprende.
Me pregunto cómo estará Gilda? Retorciéndose de celos ante esta competidora.
Si hasta se le ha borrado la sonrisa a Vanesa Incontrada.
Bueno, supongo que con los besos que sueñas, para qué te voy a dejar yo? Pero bué...un besito con sonrisa.
506... Eso es saltar bien alto!!! Embobada me quedo con ese número! No sé si adoptarlo...
ResponderEliminarMis mejores deseos en ese día feliz... y disfruta del dentista! ;)
Besos duplicados!!!
A ATHENA:
ResponderEliminarMejor, le perdonamos, ¿no?
Besos
A GROUCHO:
Nadie es perfecto y a esta moza le sobran otras virtudes.
Salud y força
A NOVICIA.
En mi pelu no hay revistas del corazón...
Besos, noviembre
AL DR. KRAPP:
No es Helena, pero casi, ¿no?
Y Vd. Dr. Krapp, ¿qué opina del vestido?
¿O no se fija en estas frivolidades?
A SIRENA VARADA:
Me encantan las mujeres que reconocen los méritos de otras sin cicatería alguna.
Un abrazo, Sirena
A ANABEL:
Te repito lo mismo que acabo de expresarle a Sirena Varada.
Abrazos, Anabel
A ANGIE:
Dame tu e-mail y te escribo una cartita en exclusiva. ¿O prefieres que la cuelgue públicamente? Y de los besos de rigor, ¿qué?
Ahí van los míos
A MARACUYÁ:
Mi pasión por Yelena viene de la admiración que siento por ella como atleta. Lo demás es por añadidura y no está reñido con profesar unas u otras pasiones por mujeres varias...¿Vale? Los de corazón grande somos así
Besos de ensueño
A BORRAESO:
Ya tienes bastante con el nº 102. Acaparadora.
Disfrutaré de la antesala del dentista...
Besos guapos
Vaya, vaya, Luís Antonio. Se ve que hay pasiones y pasiones y la tuya es de las grandes.
ResponderEliminarNo tenía el placer de conocerla, la verdad es que me intereso poco por el deporte, sobre todo del del sofá. Me gusta más andar sin rumbo hasta que me canso, pero confieso mi admiración por cualquiera, sea hombre o mujer, que se entregue a una afición, o profesión e intente superarse día a día, independientemente de la belleza o del tamaño del escote.
Me alegra que tengas motivos sobrados para admirarla.
Besitos, profe.
Enhorabuena por tu "post" Luis. Simplemente genial.
ResponderEliminar¿Cuándo te vas a las Américas?
Un abrazo,
José María
A CRISTAL:
ResponderEliminarEsta carta, como puedes suponer, no es más que una frivolidad que me he permitido para das esquinazo a otros temas más serios, ante los que nos sentimos impotentes.
No cambiaría un rato de conversación contigo o con otros y otras de este mundo bloguero, sentados en un banco sobre un suelo alfombrado de hojas otoñales como el de la cabecera de esta bitácora, por saludar a esta genial ateleta a la que admiro por su espìritu de superación puesto de manifiesto una y otra vez. No ignoro su belleza y su encanto...pero hay cosas que me llegan más adentro que éstas.
Besitos, Cristal
A JOSEMARCO:
ResponderEliminarCuando me vaya, José Mª, no dudes que lo pondré en vuestro conocimiento en este mismo espacio.
Espero que te hayas recuperado del disgusto que te dio el Real Zaragoza el pasado domingo...
Otro abrazo
¡Qué bonito! Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso
A VIRGI:
ResponderEliminarBienvenida.
Te visitaré porque un pajarito me ha dicho que adoras los libros. Ya tenemos algo en común...
Otro beso para ti
¡Caray! vaya fan de Yelena. Pero no me extraña, estaba deslumbrante en ese vestido que tan bien has descrito.
ResponderEliminarEstoy, con no recuerdo el comentarista, que apunta que no estamos acostumbrados a ver las deportistas más que en traje de faena y claro, luego nos dejan boquiabiertos ¿verdad?
Besos Luis Antonio.
A CISTALOOK:
ResponderEliminarEstoy feliz porque ninguna de las comentaristas habéis criticado la vestimenta de Yelena. !Vaya nivel...¡
Besos, Cristal
Yelena es fantástica, su afan de superación me resulta inspirador. Cuando me enteré que venía a Oviedo, la ciudad donde estoy estudiando el MIR, no dudé en pasar unas horas (vale, lo confieso) para poder verla, aunque eso supuso ver también a Fraga, los principes, y lo que queda de "nobleza" asturiana. Valió la pena tragarse tanta gomina y corbatas. Estaba estupenda, estoy contigo!.
ResponderEliminarVale, vale, todo vale, pero cuídate del corazón grande, que no es señal de buena salud....y suele traer problemas.
ResponderEliminarBesitos
Sin aire me quedo...no sé que me ha gustado más: si las palabras o la combinación de estas...
ResponderEliminarEs usted increíble!
Un afectuoso saludo,
Carme