No me sorprende que otras bitácoras se hayan hecho eco del premio Planeta de este año, porque no es habitual que lo gane una obra comprometida con la realidad más actual y cruda. La escritora y periodista Ángeles Caso, reciente ganadora del premio Planeta 2009 con su novela “Contra el viento”, hace la siguiente afirmación:“ Las mujeres europeas nos hemos liberado explotando a otras mujeres”
Según ella, la inmensa mayoría de las asistentas del hogar no están dadas de alta en la Seguridad Social. Ángeles Caso cuenta la historia "de una heroína del siglo XXI" a partir de testimonios de mujeres inmigrantes que conoce y que inmigran a España para cuidar de niños y mayores. "He intentado prestarles mi voz”. La obra está inspirada en Sao, la mujer que la ha ayudado a criar a su hija y que viniendo de Cabo Verde ha llevado una vida de muchas penurias y sometimientos. La obra también denuncia a los hombres que esta inmigrante tuvo en su entorno más próximo: su padre, alcohólico, que la abandona; el primer jefe que tiene intenta violarla y su marido la maltrata y la tortura.
Bueno, no quiero ser mala... pero me pregunto si ahora la Sra. Caso, además de tener en su casa sirviendo a una de esas inmigrantes, se va a forrar vendiendo el libro pseudo biografía de su chacha ¿o le va a pagar una comisión por ello a esa mujer?
ResponderEliminarA TESA.
ResponderEliminarLa autora ha dicho públicamente que, además de pagar a Hacienda lo que corresponda, también compartirá el premio con su asistenta
Hace mucho tiempo que he perdido todo interés por el premio Planeta, de cuyas maquinaciones hay pruebas demostradas. Tampoco creo que Angeles Caso sea una autora de referencia en la literatura española. Pero la frase que comentas no parece discutible y hasta cierto punto habria que aplaudirla, salvo por la matización de que sólo las mujeres con poder adquisitivo han podido no ya liberarse sino, y eso es lo que realmente ocurre, resolver el problema de conciliación de la vida laboral y familiar a medida que se han incorporado al mercado de trabajo. Son muchisimas, en cambio, las mujeres que permanecen sumidas en las labores domésticas, que cuando trabajan perciben menos salario que los hombres, que son discriminadas en puestos de dirección, que.... etc.etc. En eso consiste, a mi juicio, la liberación, entendida frente a la discriminación. Utilizar el concepto de liberación general no es correcto, ya que sólo una minoría ha conseguido lo que ha conseguido ella: disponer de ingresos para contratar a quien le resuelve la dependencia doméstico. Y eso, desde luego, es minoritario, con independencia de las irregularidades cometidas con las llamadas empleadas del hogar. De todos modos, dignificar esa figura me parece acertado. Si lees la novela, me gustaria saber tu opinión. Me fio de ella de antemano.
ResponderEliminarAddenda a tu comentario a Tesa: no debe presumir de pagar no a Hacienda por el contrato sino a la Seguridad Social, que es seguramente lo que ha querido decir. Y decir que va a compartir el premio, no sé, me suena a algo innecesario (¿demagógico quizá?). Esa cosas no se deben proclamar. Se hacen en privado para satisfacción de la conciencia propia. "Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda", dice, creo, el Evangelio. Discreción ante hechos tan delicados y no pregonar lo que, aunque se haga, nadie debiera porqué saberlo. Perdona la intromisión. Pero el tema que has tocado me ha puesto las pilas.
ResponderEliminarSuena muy fuerte escuchar que una liberación debe agradecerse a una esclavitud. Eso es admitir que el servilismo es inevitable. La libertad es siempre para unos pocos. Entendiendo como libertad la posibilidad de auto-realización.
ResponderEliminarPero además es que no es verdad. Existen miles de mujeres que han optado por su libertad, sin tener sirvientas ni criadas. Compaginar vida familiar y laboral es difícil, y quienes realmente consiguen sostener esa conciliación en nuestros días son los/as abuelos/as esclavas.
Sí, esclavitud al fin y al cabo. Nos negamos a admitir que la intendencia ocupa la mayor parte de nuestra vida. El quehacer doméstico, tan desagradable, incómodo e ineludible, siempre ha estado en cuestión. O hay criadas, o hay amas de casa sin remuneración, dependientes de sus maridos.
Dejo el enlace de esta entrevista, en la que encuentro absurdas casi todas las respuestas de la escritora, llegando a decir que sin estas criadas ella no tendría tiempo ni siquiera para ir al cine. Eso resulta una obscenidad cuando hay miles de mujeres que trabajan en casa y fuera y no tienen ninguna criada.
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20091017/53806450468/angeles-caso-las-mujeres-europeas-nos-hemos-liberado-explotando-a-las-emigrantes-planeta-seguridad-s.html
Está claro que ella vive y procede de una clase social que sigue siendo minoritaria, pese a que no le interese decirlo. Resulta un poco fuerte mezclar feminismo con clase social. Por eso no lo hace. Resulta más cómodo y más populista decir que las mujeres son las explotadoras y no una clase social en particular, que ha sido explotadora siempre, ya que incluso cuando la mujer no estaba liberada existían criadas autóctonas que servían a esas clases pudientes.
Las mujeres de clase alta siempre han tenido criadas. Incluso aunque no se realizaran profesionalmente y fueran las señoras de la casa. Que hoy sean inmigrantes quienes realicen ese trabajo en lugar de las del país, cambia la forma pero no el fondo.
Por lo demás no voy a discutir el premio, porque todo el mundo sabe que hay tongo. Es un premio económico y de marketing, no literario. La literatura no pinta nada ahí. Esa editorial mantiene ese premio como un negocio, no por interés cultural. Cuando le dieron el premio a Maria de la Pau Janer, a Marsé casi le da un síncope. Tengo entendido que este año estaba como finalista incluso Risto Mejide.
No voy a dar opinión sobre Ángeles Caso porque no la conozco. No sé cómo habrá tratado el tema de las mujeres inmigrantes, del servicio doméstico y de que esto sea un requisito para "liberarse"...pero me ha chocado la declaración de que va a compartir el premio con su empleada. Me parece sólo un compromiso con un allegado. Lo encontraría verdaderamente comprometido si colaborara con instituciones o programas de asistencia a mujeres en situación de riesgo, a mujeres vulnerables víctimas de sometimiento y acoso, inmigrantes o nativas.
ResponderEliminarEsa expresión "Las mujeres europeas nos hemos liberado explotando a otras mujeres", a mi juicio es indecente y discriminatoria. Reconoce ella misma que para liberarse ha explotado a otro? Sería diferente si hubiera dicho, "necesitando de otras mujeres" o "ayudadas por otras mujeres".
Las mujeres "europeas nos hemos liberado" y las "explotadas", qué origen tienen? No hay mujeres europeas oprimidas, acosadas? Las que no han explotado a nadie, son todas sojuzgadas
Bueno, ya nos contarás un poco más, si es que vas a leer Contra el Viento, cuál es el tratamiento que le ha dado y si es merecido el premio.
Muchos besos...
A mí me parece que esa liberación tenía que llegar tarde o temprano, era algo necesario y lógico, y que lo de las mujeres explotadas es algo circunstancial. Eso va en la persona, independientemente si es hombre o mujer.
ResponderEliminarLo que me fastidia es pensar que haya el convencimiento generalizado de que la mujer europea necesita buscar una sustituta en su casa para poder liberarse. No se ha planteado jamás la misma necesidad para "la liberación" del hombre europeo.... Ya, partiendo de eso, todo lo demás me sobra.
Un beso, Luis.
Contaba mi madre algo que nunca se me ha olvidado. Fue trabajando en una casa acomodada, mientras ella limpiaba, la señora sentenciaba... Es que usted necesita poco, pero yo necesito más...
ResponderEliminarY esto me lleva a un pensamiento. Las mujeres, europeas o no, son tan capaces como los hombres, europeos o no, de explotar a otros...
Supongo que Ángeles Caso asegura a sus asistentas y esa frase que le quedó tan fea no es más que una denuncia frente a usos y abusos cotidianos.
Me llevo una gragea. Te dejo un beso.
P.D.: Leyendo este post, primero hube de morderme la lengua...
Bueno, entonces eso le honra.
ResponderEliminarEstoy de acuerdocon el comentario de Manero en que sólo las mujeres con alto poder adquisitivo han podido liberarse con la ayuda del servicio doméstico. Las demás nos liberamos a golpe de currar desde jovencitas, pagar guarderías, y pringar a las abuelas.
Suscribo casi al cien por cien el comentario de Atalaya. Me sorprende la lucidez y la claridad de criterios que refleja siempre en sus comentarios. De modo que me limitaré a constatar que es cierto. Aunque la interpretación que hace Angeles Caso me parece en sí misma machista. Con sus palabras da por hecho que las tareas del hogar nos corresponden a las mujeres, de modo que al contratar una asistenta nos liberamos nosotras, ¿Y los hombres? ¿Con ellos no van las tareas domésticas?
ResponderEliminarLo que es cierto es que desde que somos "Nuevos ricos" los inmigrantes han venido a realizar todos los trabajos que los españoles y los europeos no quieren realizar. La explotación, por tanto, viene por parte de toda la sociedad y no de las mujeres.
Si realizamos una distribución equitativa y solidaria de las tareas del hogar, todos, hombres y mujeres saldremos ganando sin necesidad de explotar a nadie. Si aún así la familia decide contratar a una persona, debe ser en unas condiciones laborales justas y por supuesto dándole de alta en la Seguridad Social. Y si no, que cada cual limpie lo que ensucia.
Un abrazo fuerte, Luís Antonio.
¿De que se han liberado las mujeres y a cambio de que se han esclavizado?
ResponderEliminarMachismo o feminismo ¿Cual hay que erradicar? el machismo sin duda -Dirían muchos y muchas.
ResponderEliminarÁngeles caso viene aquí con un matrimonio de conveniencia. Tema de rabiosa actualidad éxito asegurado; interesa al premio, interesa a la editorial e interesa a ella. La calidad literaria -no digo que no la tenga- es algo secundario.
Lo que por desgracia está de rabiosa actualidad es la estupidez. Machismo y feminismo son dos corrientes igual de radicales, igual de estúpidas e igual de despreciables.
E conocido auténticas arpías y auténticos canallas en los trabajos, que proferían todo tipo de vejaciones a los coitados; y su rabia e ira aumentaban más y más cuanto estos más callaban y más se sometían... Es repugnante cualquier tipo de abuso y de violencia contra cualquier persona; y es imperdonable que escudados en tópicos estúpidos ciertos indeseables consigan nuestro beneplácito.
La señora Caso tira de oportunismo a costa de el sufrimiento ajeno.
Prometo, por primera vez en años, no leer el premio planeta de este año. En cambio leeré la finalista del 94, me parece.
Existe una demanda de servicio doméstico que ayude en las labores del hogar como consecuencia de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Los hombres no tiene que liberarse de estas cosas, han estado liberados siempre, no les corresponde ese rol, ahora es cuando empiezan a desliberarse.
ResponderEliminarNo se trata sólo de la clase alta, las familias de clase media se están ayudando de empleadas de hogar por horas, y digo empleadas porque ni se ofertan empleados ni se demandan. La cuestión es que esas mujeres de una clase social inferior cumplen una función social que responde, primordialmente, a la ley de la oferta y la demanda. Es un trabajo mal pagado y poco grato pero no es diferente a otras muchas situaciones sociales, yo misma he dado clases en mi época de estudiante por una porquería porque no se pagaba más. Todos, no sólo las clases altas contribuimos a la situación. Las familias en que las abuelas, por ser también trabajadoras (y seguimos hablando de mujeres), no pueden hacerse cargo de los nietos, invierten un sueldo para que alguien los cuide, a la espera de que la situación cambie en el futuro. No hay alternativa.
Yo me quito el sombrero ante esas mujeres que ayudan a las mujeres porque una mínima ayuda es mucho; y no me parece mal que Ángeles Caso comparta lo que quiera, me parece un gesto y ¿por qué no habría de decirlo? A mí me agrada saberlo, que cunda el ejemplo.
Luis Antonio, yo también me espero a que leas el libro... no te va a quedar más remedio.
¿Cuándo te vas fuera, que ya leí que te han pinchado hace poco?
Besos, my dear.
Por lo que llevo leído, creo,Luis, que este jurado ni le habría dado el premio ni comparte sus pijas fracesitas.
ResponderEliminarPrimero quiero dar las gracias a Cristal.
ResponderEliminarSegundo, decir que estoy de acuerdo con Corsario cuando dice que Ángeles Caso ha tirado de oportunismo al elegir un tema candente, que sabe de sobras que le dará publicidad. Eso sucede en el caso de escritores que obligatoriamente tienen que dar más importancia al contenido que al estilo de su obra, que según algunas críticas que he leído, en el caso de esta escritora es un estilo bastante modestito.
Pero eso no sería lo importante, todos conocemos ese premio y sabemos que no es la calidad literaria lo que prima.
Lo importante es esa frase-titular de la escritora, que resulta demagógica y populista. Bajo una falsa generosidad lanza al colectivo femenino un sentimiento de culpabilidad. Y eso es imperdonable en una intelectual, como ella debe considerarse. Sería más comprensible -nunca perdonable- en una persona menos instruida.
¿Qué significa liberación para ella? ¿Tener una profesión? ¿Una independencia económica? ¿Una realización personal?...
Ah, pero todo ello sin renunciar al bien más preciado al que debe consagrarse toda hembra, toda mujer: ¡la procreación y el cuidado de los hijos!
Es en ese ámbito, en el doméstico, familiar y biológico donde se necesita esa "esclavitud" como ella la denomina.
No sirve que lo llame explotación. Eso es tramposo. La explotación existe desde que el mundo es mundo, en el mundo del trabajo y en el sostenimiento de la pirámide. Y explotan hombres, mujeres, e incluso niños tiranos en entornos donde tienen jerarquías, sobre todo militares.
Así, que lo justo es que ella hubiera dicho que la independencia económica y/o profesional para una mujer, significa tener siempre resuelto el tema doméstico, que parece incumbirle sólo a ella, por lo tanto sólo ella explota. Ningún otro miembro de la unidad familiar está incluido en esa acusación, porque es una acusación indecente, revestida de una generosidad falsa, aunque le entregara todo el premio a su asistenta.
No es lo mismo el trabajo mal pagado que el servilismo. En el servicio existen connotaciones humillantes (independientemente de que la persona contratadora sea encantadora) que no existen en otro trabajo por cuenta ajena.
Pero aún hay más, y este es el verdadero motivo de esta segunda intervención mía, sobre la que ya le pido disculpas a Luis Antonio y es la indignación que me ha provocado la visión de este video:
http://www.youtube.com/watch?v=NiXR-0xBNxM
En él, con una afectación y una teatralidad irritantes, vuelve a ridiculizar y acusar a las mujeres occidentales de superficiales y bobas, contraponiéndolas con cualidades femeninas realmente anacrónicas y obsoletas -esas sí, cualidades-grilletes impuestas por el machismo, los hombres a currar, las mujeres que se dediquen a los sentimientos que es lo suyo- como la abnegación, el espíritu de servicio y sacrificio, la alegría de vivir ¡Y cuidar a sus semejantes!... pese a su infortunio... ¡Hay pa matarla!
Todo esto no sería más que un millonésimo debate sobre un tema antiguo. Pero existe el peligro de que algunos colectivos se enganchen bajo esas palabras para tentar a las mujeres hacia una involución.
Como nadie ha dado todavía con la fórmula idónea para conciliar vida familiar y profesional, ya que si el Estado se hiciera cargo de esa parte, con guarderías y espacios suficientes para todos los niños y ampliando todos los horarios, eso tendría un coste inasumible, es mucho mejor crear un sentimiento de culpa en esa mujer supuestamente liberada.
En esta época actual en la que incluso existe la posibilidad de unas vacaciones espaciales, para los millonetis que puedan permitírselas, en el tema fundamental de solucionar convivencias de una forma igualitaria y justa, estamos todavía en el origen de los tiempos.
A FERNANDO MANERO Y ANGIE:
ResponderEliminarSiento decepcionaros, pero no tengo intención de leer la novela ganadora de este año porque ese galardón, llamado Premio Planeta, no me merece ningún respeto. Después del Premio Nobel, es el concurso mejor dotado del mundo, con 601.000 € Hace muchos años que no tiene credibilidad alguna. Su seriedad se ha puesto en tela de juicio desde muchos ángulos. La cuestión ha llegado al extremo de que escritores como Miguel Delibes o Ernesto Sabato renunciaron a participar (denunciando ambos que les habían ofrecido ganar la edición de 1994). Camilo José Cela no tuvo tantos escrúpulos, presentó una novela, posteriormente aacusada de plagio, y ganó esa controvertida edición con la novela "La cruz de San Andrés", 1994. Me consta que otros escritores conocidos también fueron invitados a participar con la promesa de otorgarles el premio, tal es el caso de Ramón J. Sender ("En la vida de Ignacio Morel", 1965)
Si puedo complaceros en otro asunto, contad conmigo
Bueno,llego tarde al debate... pero suscribo a Atalaya prácticamente en todo.
ResponderEliminarAñadiría, que hacer promoción de algo, en este caso de una novela, significa en gran parte, hacer declaraciones controvertidas como esta. Para después, cuando alguien las critique en algún medio, decir que se hansacado de contexto y vuelta a empezar. Más promoción...
La señora Caso, vive en su castillo y lava su conciencia (como much@s)de la forma que le parece más conveniente. O como puede.
No hace falta recurrir a la inmigración, para comprobar que el peso de la intendencia y de las labores domésticas, sigue recayendo de forma increiblemente injusta (y lo que te rondaré morena) sobre el elemento femenino de este mundo, prescindiendo de clases sociales, países y culturas.
Ejemplo nimio pero significativo:
Alguno de vosotros, y esta es una
pregunta dirigida al elemento masculino,(no valen excepciones)sobre todo a los que tengáis hijos, tiene alguno que os haya dicho alguna vez con intención de que lo solucionéis :
Papá, se ha acabado la leche... o las galletas...
Pero si que lo habréis oído muchas veces en femenino... Mamá...
U otra:
Vuestra compañera ¿os ha preguntado alguna vez por sus camisas o su ropa interior?
Pues eso.
P.D. Luis A. he estrenado trabajo, hace apenas un mes... y ando aún situándome. Pero en en ná de ná me tienes por aquí con la frecuencia acostumbrada. Yo también te echo de menos amigo.
A TODOS LOS COMENARISTAS:
ResponderEliminarUn objetivo de esta entrada era provocar debate y se ha conseguido sobradamente, pero tampoco me sorprende porque todos los que os acercáis por aquí sois un auténtico lujo. Además, en esta ocasión, los comentarios han sido más plurales y eso enriquece, sin duda alguna.
La frase que da título a la entrada es harto sugestiva como para iniciar un fuego graneado. Y así ha sucedido. Sin embargo yo veía en dicha frase, quizás ingenuamente, un intento de hacer autocrítica. Otros lo habéis interpretado como una autojustificación de escaso, por no decir, nulo crédito.
Otro objetivo era palpar hasta qué punto los premios literarios son ganchos comerciales o no. Seguro que lo son, ahí están la cuenta de resultados, al margen de la calidad literaria, pero me temo que vosotros y un servidor no contribuimos mucho a llenar las arcas de Editorial Planeta. Me complace esta percepción.
No quiero ocultar que me siento un poco incómodo conmigo mismo, porque utilizar sesgadamente las declaraciones de Ángeles Caso, sin haber leído el libro y sin intención de hacerlo, es pecar de escaso rigor y conocimiento de causa. Cómo mínimo hay que reconocer que gracias a sus declaraciones, a raíz de obtener ese premio, nos hemos permitido entrar en un tema que exige continuidad porque aún queda mucha "cera por arder..."
Alguien me reprochará, y con razón, que no acabe de mojarme sobre este asunto, pero es que yo, cuando planteo temas de debate, lo hago sobre todo porque albergo muchas duchas y quiero aprender de lo demás. Y os lo habéis tomado tan a pecho que casi está dicho todo, ¿no?
Gracias a todos por dedicar vuestro tiempo y pensamiento a ilustrar este espacio.
Un abrazo colectivo
Quería decir: "COMENTARISTAS"...
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