Aristófanes (450 - 385 a.C.) escribió Lisístrata, obra de gran interés histórico y literario. Gracias a ella se puede conocer la vida cotidiana de los atenienses. El autor era un pacifista consumado y protestó con frecuencia contra la guerra. En Lisístrata y otras obras defendió las soluciones pacíficas contra los demagogos que impulsaban al pueblo a la guerra.
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Lisístrata (“la que disuelve los ejércitos”), mujer de gran entereza e ideas claras, es la esposa de un soldado ateniense que, harta de las continuas guerras entre Atenas, Esparta y otras ciudades griegas, convoca a las mujeres de ambos bandos y les propone declarar la guerra sexual a sus maridos. Tras la resistencia inicial a secundar tal iniciativa, logra convencer a todas las mujeres de Grecia de que no tengan relación sexual con sus esposos hasta que estos firmen la paz. Los hombres, faltos de sexo, deciden dejar de luchar, firman la paz y ponen fin a la huelga de piernas cerradas de sus mujeres.
Históricamente, los hombres han sido los responsables de casi toda la violencia física y moral que se ha venido realizando. También es cierto que podríamos citar algunos casos aislados de conducta indeseable de las mujeres. Supongo que el papel de preponderancia o sumisión que uno y otro sexo han venido desempeñando en la sociedad puede condicionar su conducta.
De la obra de Aristófanes se deduce la utopía de que el gobierno de las mujeres sería mejor y más lógico y natural después del mal gobierno de los hombres. A partir del conocimiento histórico del papel que ha desempeñado la mujer y de su condición actual en el mundo en que vivimos se me ocurren algunas preguntas sobre la violencia y su hipotética vinculación con el sexo:
La bondad o maldad, ¿están en el sexo, en la identidad, en la educación, en la sociedad, en la naturaleza? ¿O están en la clase de persona que se es y en las circunstancias que hayan podido echarle a perder?
Si la mujer detentase el poder y en sus manos estuviera el hacer o no la guerra, ¿se intuye la misma historia? ¿Es igual de trágico para un padre que para una madre enviar un hijo a la guerra?
Aunque ha habido sociedades matriarcales, la historia de la humanidad pone en evidencia el protagonismo del hombre en el ejercicio del poder, en la ostentación de la autoridad y, por tanto, en el establecimiento de las normas que establecen y consolidan esa posición de privilegio. Las religiones - todas, y especialmente las tres monoteistas - no hay hecho sino exacerbar, legitimándola incluso, aún más esa tendencia, que nada tiene que ver con el sexo sino con la discriminación impuesta por razones de sexo. Sin embargo, aun reconociendo la importancia de las politicas de igualdad y la necesidad de seguir avanzando en ese sentido (queda aún mucho camino por recorrer), el hecho de que la mujer ostente el poder no es ninguna garantía de que sus actuaciones fueran en distinta dirección de lo que la política (de inspiración masculina (?) o simplemente por las razones de Estado) acaba imponiendo a la hora de tomar decisiones relacionadas con la violencia y la dominación. Tathcher en R.U., Golda Meir en Isarel o Indira Gandhi en India no hicieran nada diferente de los que habian hecho sus colegas masculinos. Como salga la Yulia Timoshenko en Ucracia, nos vamos a enterar. Un abrazo. Magnifica la descripción de la gran obra griega.
ResponderEliminarNo parece en absoluto que "la bondad" ni cualquier otra cualidad o virtud que se ponga de manifiesto en el ejercicio del poder sea una cuestión de género sino de calidad.
ResponderEliminarQue el mundo es así a la vista está. Pero ¿Dónde de dónde provienen la bondad o la maldad? Yo también me lo preguto, Luis Antonio.
Un abrazo.
Si las mujeres mandasen, en vez de mandar los hombres
ResponderEliminarDice la jota ¿no? aragonés de pro? :o)
Claro que ¿cuándo a una mujer le interesa el poder? Cuando se parece demasiado a sus colegas masculinos en el poder.
No es una cuestión de genero, o al menos espero que no lo sea.
Tienes una pasión absoluta por las entradas tipo forum.
ResponderEliminarHace tiempo que me no me dedico a hacer futuribles sobre como sería el mundo si las circunstancias fueran otras. Tampoco creo en la bondad o la maldad como valores absolutos que ocupan un determinado territorio con fronteras bien definidas. Solo son puras abstracciones que sirven para calificar actitudes según el punto de vista de cada cual. No suele a ver "malos" que crean que lo son y que no encuentren justificación para sus actos. Cuando dicen que lo son es porque quieren redimirse.
La idea de que las mujeres gobernarían mejor el mundo, nace de la pretensión de que son seres humanos aparte. Un absurdo motivado por la necesidad de buscar alternativas a la miseria actual. No es cuestión de dar la vuelta a la tortilla, si no de cambiar de sartén que la vieja ya está gastada.
Y entonces fue cuando se inventó la prostitución...
ResponderEliminarNo sé si una entrada tan bonita merece mi sarcasmo pero seré crítica hoy.
Como muchos, opino que la maldad no es una cuestión de sexos y que todas las palabras feas aplicables al género humano no acaban ni en a ni en o...
Basta observar las intrigas y enredos a pie de calle.
Un montón de besos!!!
Mis disculpas por ese "haber" transformado en "a ver". No alegaré en mi descargo que a esa hora todos los gatos son pardos.
ResponderEliminarMuy buena entrada, Luis Antonio.
ResponderEliminarEl tema de Lisístrata , me recuerda una excelente película de Jules Dassin, "Nunca en domingo" con la genial Melina Mercouri...
Creo que todos tenemos un poco de ambas cualidades...el asunto es como las manejamos o nos manejan cada una
Bondad y maldad están en la condición humana.
No creo que los sentimientos sean cuestión de género.
Saludos
1.- La huelga de piernas cerradas se la traía floja a los distintos ejércitos griegos, tan entregados a la homosexualidad y a los botines de guerra.
ResponderEliminar2.- Muchas guerras han comenzado por el "ardor guerrero" de algunas mujeres.
3.- La violencia siempre está vinculada al sexo, como todo lo demás.
4.- La bondad o maldad no es patrimonio de género, a pesar de la ministra española de tal asunto
5.-Las mujeres, al igual que los hombres, pueden detentar el poder guerrero.
Pero mejor sería que ambos nos dedicásemos a otros menesteres
Lo de cortar el grifo sexual a los maridos, que no tenía ni idea de su origen, bien sabemos todos que lo siguen utilizando algunas mujeres para conseguir lo que sea. Y a mí esto me resulta penoso, pero más penoso todavía me resulta que los hombres sigan sucumbiendo ante tal "castigo"...
ResponderEliminarLa maldad no creo que dependa del género, ni mucho menos. Por supuesto que en nuestra genética están los motivos para que una determinada situación o circunstancia se pueda enfocar de diferente manera según la mire un hombre o una mujer, eso es así, pero hay tantas mujeres malas como hombres malos. Ninguno tiene la exclusiva de la maldad ni de la bondad.
En el gobierno ya tenemos experiencia de mujeres que han ostentado y ostentas puestos de máxima responsabilidad y mandato y nos da exactamente igual, los resultados no han sido ni son diferentes de cuando lo hacen los hombres....
Un beso,Luis
Me hago esas preguntas a menudo, Luís Antonio.
ResponderEliminarComo la mayoría de los que han opinado antes que yo, me inclino a pensar que la bondad o maldad no tienen género. Pero en lo que respecta a la vida, tengo la impresión, subjetiva y discutible, de que las mujeres la valoramos más (sobre todo las que hemos sido madres), aunque sólo sea porque la hemos llevado dentro de nosotras.
Me resulta desgarrador y terriblemente doloroso imaginar que un hijo mío pudiera ir a la guerra.
Con respecto a la utilización del sexo para conseguir otros fines, creo que en eso hemos sido siempre maestras, aunque teniendo en cuenta que el resto de los poderes los detentaba el hombre, algo debían utilizar para conseguir sus objetivos.
En el caso de Lisístrata, si era por conseguir la paz, la huelga de piernas cerradas me parece legítima. Se trataba, una vez más, de defender la vida, frente al poder destructor de la guerra.
Un abrazo fuerte.
Habéis dicho tantas cosas y tan bien, q si añado algo más, me repito seguro.
ResponderEliminarBesicos.
Hablando en criollo: Que liiindas preguntitas!!!
ResponderEliminarCreo que cada uno tenemos un concepto de bondad y maldad diferente influenciado por el entorno en que nos hemos desarrollado. Son palabras que no me gustan, no sé por qué siempre me remiten a premio y castigo, a confesionario. Según mi filosofía casera, bondad y maldad son muñecas rusas y llevan en su interior muchos sentimientos que interactúan y hacen responder a las personas según las circunstancias, la educación, el conocimiento. No hay verdad absoluta…pienso que no es cuestión de género ni de naturaleza.
El personaje de Aristófanes sabía por donde apretar la tuerca, un personaje creado por un hombre. Qué pena que un hombre haya reconocido que para ser escuchada la mujer tuviera como único recurso el sexo. Que se acepte que ahí radica el poder de la mujer. Claro, por ser una obra de teatro tuvo éxito la propuesta….en la realidad habría que ver si las mujeres se hubiesen arriesgado a tamaño desafío porque no desconocían las consecuencias, podían ser obligadas, violadas, porque la naturaleza así lo ha determinado…habría que ver si en la realidad los hombres hubiesen claudicado porque igual podían satisfacer sus instintos. No pasa eso hoy en día a muchas mujeres que no quieren tener sexo ¿pasaría en Grecia?
Respecto de los sentimientos de maternidad y paternidad, ya lo he expresado en más de una oportunidad…no debiera haber diferencia cuando se asumen con responsabilidad y por elección, no como la consecuencia de un accidente que deja en inferioridad de condiciones a la mujer y siempre justificándolo con el instinto...no existe el instinsto materno, es cultural y conveniente. Algo está cambiando, por fortuna…pero falta mucho.
Sin haber leído esto hoy me emocioné en el colectivo…un papá solo, que no tendría más de 18 años, llevaba un bebé de unos cuatro meses…el niñito lloraba sin consuelo, quizás tenía calor o algo le dolía…el papá tomaba la cabecita, lo apoyaba en su hombro y le hablaba…cargaba el bolso y el cochecito plegado. No sé que le diría, pero lo acariciaba y yo veía como el niño, poco a poco, iba dejando caer los párpados hasta dormirse y podía sentirse su bienestar…Si hubiera sido la mamá, quizás no llamaría la atención, pero a mí me la llamó porque no es frecuente y ahora, leyendo tu artículo sé lo que ese papá sentiría si su niño sufriera, sin ser la guerra, algún combate con la vida.
Y que conste, me automordazo porque tengo sueño...jajajá
Muchos besos trasnochados
PD: La palabra verificadora está contra mí ¿es masculina?
La maldad o la bondad no tienen nada quɐver con el genero y ɐsɹәʌәɔ!ʌ.
ResponderEliminarEstoy a favor de la libertad de huelga... pero en este caso hare una excepción.
Vaya de mi parte un:
¡¡¡NO A LA HUELGA!!!
Magmífico texto donde las letras se enlazan con palabras dejándonos leer frases del alma
ResponderEliminarCoincidene con declaraciones arriba hechas, sólo anadiré una eflexión más:
ResponderEliminarEn las negociaciones sólo hay ganadores.
En los litigios hay ganadores y perdedores.
En las guerras sólo hay perdedores.
A FERNANDO MANERO:
ResponderEliminarMe viene a la memoria algún caso concreto: el mando de la cárcel donde algunos marines norteamericanos torturaron y vejaron a prisioneros iraquíes estaba a cargo de una mujer, Janis Karpinski y la soldado Lynndie England, fue una de las torturadoras célebres. Quizás su condición de mujer dio más relevancia a la noticia de la que se hicieron eco todos las TV del mundo...
Podríamos citar más casos que hacen cuestionar si existiría o no un cambio notable en función de que uno u otro sexo detente el poder.
Gracias por tu aportación, Fernando, siempre enriquecedora. (Parece ser que la señora de la trenza, Timoshenko, no ha ganado las elecciones en Ucrania...)
A SIRENA VARADA:
ResponderEliminarSin duda, es la calidad de la condición humana la determinante del grado de violencia que se aplique o no, independientemente de la condición sexual.
Un abrazo, Sirena, y ya sabes lo mucho que me agrada recibir tu visita.
ATHENA:
ResponderEliminarSi fuera cuestión de género, que no lo es, la solución sería invertir el orden establecido en el gobierno de los pueblos, ¿no?
Un abrazo y gracias por tu visita, jotera
DR. KRAPP:
ResponderEliminarYo siempre me interrogo sobre temas que me preocupan o interesan. Y, a veces, me gusta compartir estos asuntos. De todos se aprende.
No creo que baste con cambiar de sartén, si las manos son las mismas...Y no me costa que hayan inventado la “sartén infalible”
BORRAESO:
ResponderEliminarLas malas lenguas dicen que se intensificaron las prácticas homosexuales...
No veo que seas tan crítica como anuncias. Todos venimos a coincidir en que nos es el sexo el que condiciona el grado de violencia, ¿no?
Cuestión aparte son las estadísticas.
Otros tantos besos para corresponder a los tuyos
RICHARD:
ResponderEliminarEn tu frase “Bondad y maldad están en la condición humana” está el todo de la cuestión.
Un fuerte abrazo, Ricardo
DR. VITAMORTE:
ResponderEliminar1.- Es cierto, pero te recuerdo que estamos hablando de una obra de ficción.
2.- Cierto.
3.- No siempre. El deseo del poder y la ambición están más vinculados con la violencia que el sexo. Creo...
4.- Cierto, también.
5.- También coincido contigo en este punto
NOVICIA DALILA:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, Novicia.
Eso no quita que sea más deseable un equilibrio entre uno y otro sexo a la hora de ostentar el poder y la toma de decisiones.
Besos, Novicia
CRISTAL:
ResponderEliminarEl hecho de la maternidad es un evidente hecho diferencial, entre otros, que no sé hasta qué punto tiene o no incidencia en lo que llevamos entre manos.
También justifico los medios, si el fin es evitar la violencia.
Otro fuerte abrazo, Cristal
SARA:
ResponderEliminarInterpreto que estás de acuerdo con lo expuesto, ¿no?
Más besicos para ti, maña
Yo estoy convencido de que somos el resultado de una carga genética. Igual que los animales. Exactamente igual, pero con inteligencia. Una inteligencia que, a veces, vestida de educación pretende disfrazar este instinto. La violencia pienso que viene delimitada por razón de sexo. El macho es violento y la mujer, mucho menos. Pero cuidado, no digo que el hombre sea moralmente peor que la mujer. La mujer tiene su dosis de maldad equiparable a la del hombre, pero dispone de otras armas, que utiliza cuando lo cree necesario.
ResponderEliminarUn abrazo.
MARACUYÁ:
ResponderEliminarNo creo que los términos “bondad/maldad” sean exclusivos de la moral religiosa.
Personalmente no me gusta Aristófanes, entre otras cosas, porque odiaba a Sócrates. Coincido con él en la faceta pacifista.
Falta mucho en ese proceso de cambio, pero tengo la sensación de que es irreversible y va a más. Espero...
Esa experiencia del colectivo te ha llamado la atención porque resulta un tanto excepcional. Sin embargo, debería ser normal.
Muchas gracias por tu extenso y profundo comentario, Maracuyá
Un fuerte abrazo
GROUCHO:
ResponderEliminarSe agradece en este foro tan serio una nota de humor.
Me solidarizo con el “no a la huelga”, pero ya sabes cuál es la contrapartida.
RECOMENZAR:
ResponderEliminarBienvenido y un cordial saludo
PIRATA DE LOS MIL MARES:
ResponderEliminarCierto, “en las guerras sólo hay perdedores” y aun así...
Un cordial saludo, Pirata
Los y las que están en el poder no mandan a sus hijos a la guerra, mandan a los hijos de otros y otras...
ResponderEliminarTambién hay mujeres en el poder y... dan mucho que desear...
A MIGUEL:
ResponderEliminarPor fin, llega una aportación un tanto diferente a las anteriores. La verdad es que a mí se me escapa todo eso de la genética. La duda que tengo es si la aparente mayor violencia del sexto masculino es cuestión de naturaleza o de “formación”. A los niños se les sigue regalando coches y pistolas y a las niñas, muñecas...La cuestión es si la mujer gobernase en la misma proporción que el hombre, declararía tantas guerras como éste...Seguramente a esta pregunta no se puede responder con certeza porque no hay experiencia.
Otro abrazo
A P. Vázquez “ORIENTADOR”:
Eso siempre ha sido así. Ahora, como los ejércitos son profesionales lo tienen más fácil. En la guerra de Vietnam murieron mayoritariamente soldados negros y latinos
Tradicional y culturalmente las madres se han encargado de más asuntos relacionados con los hijos, el instinto maternal nos lo han colocado directamente a las mujeres, igual que la fregona, así que tenemos que quitárnoslo. El instinto paternal también existe y las mujeres en muchas ocasiones contribuimos a que sea de segunda clase.
ResponderEliminarEl bien y el mal se reparten por igual entre los sexos, lo que se diferencia es la educación que recibimos y el ambiente en que nos criamos. Yo no enviaría a un hijo a la guerra, ni a ninguna otra persona.
Besos.
A ANGIE:
ResponderEliminarEs tan sesnsato lo que expones que merece toda mi aprobación. Me alegra saber de ti, Angie.
Un abrazo
En plena guerra del Peloponeso, las mujeres de Atenas, Esparta, Corinto y Beocia se declararon en huelga contra la guerra.
ResponderEliminarFue la primera huelga de piernas cerradas de la historia universal.
http://joseluisregojo.blogspot.com/2012/03/huelga-de-piernas-cerradas-el-arte-de.html