jueves, marzo 11, 2010

EL LAZARILLO DE TORMES: NOVELA ANTICLERICAL Y NO PICARESCA



A raíz de una nueva teoría, de la que se hace eco el estupendo blog “La acequia”, sobre quién pudo escribir “El Lazarillo de Tormes”, que ha despertado mucho interés en el mundo de la filología hispánica, he tenido oportunidad de comprobar que la mayoría de los lectores de esta obra siguen anclados a una interpretación tradicional impuesta por la historia que se resiste a ampliar las perspectivas abriendo puertas a otros puntos de vista. En la entrada anterior, veníamos a coincidir en que las obras literarias tienen tantas lecturas como lectores, pero muchos, la mayoría, aceptamos sin rechistar las “interpretaciones impuestas oficialmente” y en modo alguno damos rienda suelta a nuestra capacidad de imaginar o suponer otras perspectivas. La comodidad puede con nosotros...

Voy a repetir algo que ya expuse en una  entrada, a propósito de otra hipótesis, bien argumentada, sobre la autoría de esta obra:

Si en lugar de fijarnos casi exclusivamente en Lázaro y en sus tretas para poder sobrevivir, nos centramos en sus amos que lo matan de hambre, estafan o que aparentan lo que no son, la interpretación muy bien podría ser otra.

Y esta nueva visión nos muestra a un Lázaro que, más que relatar su propia vida de forma epistolar a un destinatario oculto, lo que realmente expone es el comportamiento de sus amos, como si quisiera justificarse a sí mismo. Él es víctima de la crueldad del ciego, que vive de unas oraciones en las que no cree; de la mezquindad del clérigo de Maqueda, que lo mata de hambre y no comparte con él lo que le dan como ofrenda en la iglesia; de la explotación del capellán, que obliga a Lázaro a vender agua y le exige treinta maravedíes (es decir, lo vende todos los días por la cantidad que le dieron a Judas por vender a Cristo), etc.

Ya en el último capítulo, expone que es pregonero de Toledo y está casado con la criada, mejor dicho, la “barragana” (amante), del arcipreste de San Salvador. El arcipreste endosa esta mujer a Lázaro para acallar ciertas voces maliciosas. Lázaro, cornudo consentido, que conoce los rumores, prefiere hacer oídos sordos, ha alcanzado la "fortuna" y cierto renombre en la ciudad; eso sí, a cambio de renunciar a su honor y de permitir las infidelidades de su esposa.

De los amos de Lázaro, cinco de ellos pertenecen a la Iglesia. Son bastante representativos del ambiente de corrupción que se respira en el seno de esta Institución. Tanto es así que, voces con ansias de renovación, ¿erasmistas? claman reformas urgentes. Dichas voces, presentadas en tono humorístico, suponen una censura implacable a tales hábitos. Si tenemos en cuenta que el Tribunal de la Santa Inquisición está en plena vigencia por aquel entonces, no nos sorprenderá que el autor de tan insigne obra “anticlerical, más que picaresca” se camufle en el más absoluto de los anonimatos...”El horno no estaba para bollos”...
La denominación de picaresca la guardaremos para “El Guzmán de Alfarache”, El Buscón Don Pablos”...

Pero la grandeza de la obra es de tal envergadura y tantos los niveles de lectura y de interpretación que viene ofreciendo a lo largo de los tiempos que gusta a menores, mayores, filólogos...de ayer, hoy y, sin duda, mañana.

13 comentarios:

  1. Claro, es normal que sigue de plena actualidad.
    Su realismo, su despojamiento, su calculada desmesura, su sentido del humor es lo que le hace perdurar en la actualidad. Cuando tantas obras de aquella época huelen a naftalina, a ya pasado, las novelas picarescas y en especial ésta, hablan del hombre tal cual es, en su naturaleza esencial, sin tapujos ni ridículas cortesías y la notamos cercana porque en el fondo sabemos que el hombre es un ser único, anclado a sus virtudes y defectos, 500 años antes o 2000 años después.

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  2. En efecto. Aunque de ella saldrá la picaresca, Lázaro no es un pícaro.
    Novela anticlerical, novela que retrata una geografía española de hipocresía y falsedades, que vive hacia afuera y no hacia dentro.
    Novela en el ámbito del grupo de "intelectuales" próximos al emperador que proponían una posición de España muy lejana de lo que luego fue.

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  3. Opino lo mismo que Krapps, pero yo lo explicaría peor, así que subscribo su comentario.
    como tb dice Pedro, la actitud de Lázaro no es la de un pícaro, sino de un superviviente.

    Un beso, Luis

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  4. Han cambiado las cosas, o seguimos siendo un país q reverencia al más pillo, en lugar de al más honrado?

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  5. Me he sorprendido, Luís. Lázaro fue el primero (eso creo recordar) de los libros que leí; a muy, muy corta edad; y recuerdo muy bien que hice la misma interpretación que tú expones al principio: la misma que años después me valió un 0 patatero en un colegio de marcado sentido clerical.

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  6. Claro que eso no nos decían los profes de literatura en la secundaria.
    No sé a vos, pero a mí seguro que no en épocas de dictadura que le debían su complicidad a la Iglesia. Y las otras perspectivas que podíamos entrever, flotaban en el ambiente sin poder ser discutidas.

    Ahora es diferente, y qué bueno tener un profe de tu nivel, con tus conocimientos y con tu apertura. Me encantaría estar en tus clases...no alcanzaría la carga horaria del área, digo para escucharte, porque ya sabes que yo soy callada.

    Besos admirados.

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  7. Sea novela picaresca o anticlerical, no cabe duda de que es una obra maestra e intemporal. Y lo es porque los abusos, la corrupción y la doble moral siguen estando a la orden del día, especialmente en la Iglesia.

    Un abrazo fuerte, Luís Antonio.

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  8. Buena apreciacién de El Lazarillo, Luis. Yo siempre he insistido en este matiz anticlerical, aunque no me he desviado demasiado del marbete oficial de "picaresca".

    Un abrazo.

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  9. Muy interesante esa nueva perspectiva anticleriacal, la veo justa. Pero de todas formas creo que la necesidad agudiza el ingenio y no se si el que tiene que hacer maravillas para sobrevivir además de ser un superviviente, como dice Novicia, se convierte también en pícaro.
    Lo que tengo claro es que en muchas ocasiones en cuanto te descuidas te la juegan. Es agotador y lamentable, plena actualidad.
    Besos

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  10. Creo que tienes razón, tendemos a aceptar las interpretaciones impuestas oficialmente, y supongo que esto nos ocurre sobre todo con las grandes obras de la Literatura Universal.

    En mi opinión El Lazarillo, aunque corrosivo, no es necesariamente una obra de intención crítica contra la Iglesia (ella se critica sola); expone hechos, no los califica. Lo que ocurre es que ficción y realidad se entremezclan tan magistralmente en esta "crónica" del ambiente de corrupción que se vivía en la época, que el talante anticlerical se sirve por sí solo fuese o no intención del autor.

    Luis Antonio, recibe un cordial saludo.

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  11. Yo, desde pequeño, que fue cuando leí por primera vez el lazarillo, nunca tuve muy claro si Lázaro era víctima o pícaro que se aprovechaba de sus amos. Y aún hoy no lo tengo claro. Es como un símbolo de la sociedad española (de la de entonces, y de la actual también) donde los consumidores somos por una parte víctimas y por otra, siempre que podemos, estafamos. Por otra parte, por lo que se refiere al anticlericalismo de la obra, te diré que sin duda es una obra anticlerical, pero, para mí, también picaresca, sin duda alguna. Por eso, en vez de quitar la etiqueta de picaresca yo lo que haría es añadir la otra, la de anticlerical.

    Un abrazo.

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  12. Es cierto que si nos lo dicen oficialmente, muchas veces no piensas más porque "más sabrán ellos", pero enfocado como lo has hecho en esta entrada, todavía tiene sorpresas este Lazarillo. Ya veo.
    Un abrazo maño

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  13. Al Dr.Krapp, Pedro Ojeda Escudero, Novicia Dalila, Sara Royo, desastre manifiesto, maracuyá, cristal, JOSEMARCO, Angie, Sirena Varada, Miguel y Mamen

    Muchísimas gracias por vuestros comentarios. Sólo añadiré una idea: la literatura tiende a enseñarse como si fuese la Biblia, ya interpretada, como si el lector no fuese capaz de hacer su propia lectura. Y eso es un tremendo error... Creo

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