Los seres humanos, en general, vivimos como las hormigas y soñamos con ser mariposas. Y como no existe el estado perfecto, supongo que si alcanzásemos la ¿fortuna? de poder volar libres y ejercer la ociosidad propia de las mariposas añoraríamos la laboriosidad terrestre que caracteriza a las hormigas. Sin embargo, hoy, muchos de nuestros congéneres, entre los que se hallan algunos amigos y familiares, ni ejercen de insectos rastreros excavadores incansables de galerías subterráneas donde ubicar las despensas, ni mucho menos se pueden permitir el lujo de volar sin más obligación que la de pasarlo bien o visitar al psicoterapeuta para matar el aburrimiento. Peor que ser hormiga o mariposa es no ser nada.
P.D. Me ahorro lo del socorrido tópico de que la solución está en el término medio o en la alternancia hormiga/mariposa/¿nada?...
Algunas hormigas tienen alas...
ResponderEliminar...o peor todavía, quedarse en gusano...
ResponderEliminarLa mariposa recordará por siempre que fue gusano.
ResponderEliminarMario Benedetti
NO ESTOY MUY SEGURO DE ENTENDERTE PERO... DUDO QUE LA FINALIDAD DEL SER HUMANO SEA SER HORMIGA O MARIPOSA.
EN SU MISERIA Y EN SU GRANDEZA, EL SER HUMANO ES NADA MAS NI NADA MENOS QUE UN UNICO E IRREPETIBLE SER.(HUMANO). O ASI....
LA VERIFICADORA PALABRA ES:
"supecho"
Y YO ME PREGUNTO ¿EL PECHO DE QUIEN?
Si todos fuésemos hormigas o mariposas, estaríamos salvados. Lo malo es que hay muchas cucarachas...y eso es peor que no ser nada.
ResponderEliminarBuenois dias Luis, despues de reflexionar unos minutos, reconozco que por comparacion, me parezco mas a una hormiga, con todo el respeto y no con alas porque esas son las que dominan el cotarro, aunque en su estatus de reinas desempeñan un papel muy importante en el hormiguero, en el exterior o mundo humano, otros gallos cantan.
ResponderEliminarLas comparaciones, son odiosas, eso dicen...., sabemos que unos pocos human@s recogemos del mundo animal (insectos incluidos, etc.); las partes que interesan y son comercializables o medicamente efectivas.
Tambien añadire, que en algunos ratos de tranquilidad extrema, suelo sentirme como una mariposa, mejor dicho como un Pavon nocturno, que busca desesperadamente la luz, para sentirse seguro, supongo.
Al final de tanta tonteria personal, suscribo tus ultimas palabras "Peor que ser hormiga o mariposa es no ser nada"...
Saludos cordiales.
Jesus
Yo soy una mariposa en cuerpo de obrera... Lo tengo asumido y hasta lo disfruto, jatetú ;-)
ResponderEliminarUn beso Luis, y feliz finde
En el fondo somos más los que preferimos ser hormigas a ser mariposas. La mariposa es efímera, fugaz, flor de un día. La hormiga es longeva, sobrevive a toda suerte de infortunios, comparte con sus congéneres y de cuando en cuando mira al cielo. Entre una opción y otra, porque el término medio ahí es imposible, me quedo con esos pequeños seres que, con independencia de las putadas que a veces hacen, demuestran que el trabajo sirve para algo más que para la supervivencia. Y en los tiempos que corren, donde la apariencia domina sobre la realidad, no está mal en tener la sensación de que lo que se hace sirve para algo. Un abrazo, Luis
ResponderEliminarAunque perdiéndome un poco (quién dijo misterioso? ;)) )... Tan grande es la biodiversidad que me niego a contemplarnos en límites tan acotados...
ResponderEliminar¿Sabías de las relaciones entre simbióticas y parasitarias que se hallan entre hormigas y mariposas?
Besos alados!!!
Yo como soy cigarra no me doy por aludido y sigo cantando mi canción anunciando el verano que algún día terminará.
ResponderEliminarSer hormiga o mariposa puede lograrse con el poco esfuerzo de no ser nada ni nadie, como bien reseñas al final. Pero lo más gratificante, lo que requiere un esfuerzo ímprobo y continuado, es ser filel con los principios propios: Ser uno mismo; y esto no está al alcance de cualquiera.
ResponderEliminarLuis, del trabajo disfruta la hormiga; y la mariposa del ocio . Pero en este mundo de imperfecciones y desequilibrios, el ser nada parece estar reservado para los humanos.
ResponderEliminar¡Piedra libre!! ¡ Te descubrí!! Y ha sido maravilloso leerte.Te sigo! Un abrazo.
ResponderEliminarA Pedro Ojeda Escudero, P Vázquez "ORIENTADOR", Groucho, Vanessa, Jesús y Encarna, Novicia Dalila, Fernando Manero, Borraeso, Dr. Krapp, Desastre mnifiesto, Dr. Virtamorte y Alma Mateos Taborda:
ResponderEliminarUna vez más, gracias por vuestros comentarios.
Sólo quiero añadir una cosa, me considero “hormiga afortunada” porque no me ha faltado ni me falta el trabajo que más me agrada. Con algún que otro "mariposeo" fugaz para romper la rutina, tengo bastante. A los que ejercen de mariposas vocacionales no les envidio nada. A los demás, mi solidaridad y comprensión.
Un abrazo para todos
Vaya Luís, tu entrada me recuerda a la fábula de la cigarra y la hormiga.
ResponderEliminarSiempre me he considerado una cigarra de corazón que no ha tenido más remedio que vivir como hormiga. Por ello he valorado muchísimo siempre el tiempo libre y procuro aprovecharlo todo lo que puedo. Pero no me queda más remedio que vivir una esquizofrénica vida siendo unas veces hormiga y otras cigarra.
Un beso, Luís Antonio. Me ha encantado esta entrada.
A Cristal:
ResponderEliminarNo creo que el concepto sea diferenta tanto si hablamos de cigarras como de hormigas...Ambas llevan una vida arrastradilla, ¿verdad?
Besos
Bueno, las grandes cosas se consiguen poquito a poco, con trabajo lento pero constante, granito a granito; y al final del recorrido cuando has conseguido lo que parecía, solo parecía imposible, puedes sentirte feliz y volar libre como una mariposa.
ResponderEliminarA AMGIE:
ResponderEliminarComo comentario último y síntesis de todos los anteriores, perfecto.