ESTANCIA “NIBEPO AIKE”: MEMORIA HISTÓRICA Y CORDERO PATAGÓNICO

Todavía con los glaciares en la retina y el fulgor de los témpanos cosquilleando el corazón, y antes de abandonar El Calafate, decidimos visitar una de las estancias de esta provincia de Santa Cruz, con propuestas de paisajes infinitos, llenos de paz, silencio y... gastronomía singularmente deliciosa. Tras unos cuantos km. por “caminos de ripios” por esa planicie árida, la furgoneta hace un alto ante un monumento que, según leo en la placa, se levantó en homenaje a los obreros fusilados en esta Patagonia Argentina. Tres jóvenes, acompañados de un señor - padre de dos de los jóvenes - y que viajan también en nuestro vehículo se fotografían con emoción contenida delante de dicho monolito y no puedo evitar la curiosidad de preguntarles. Uno de ellos, muy amable, me explica que dicho monumento se levantó en memoria de varios centenares de peones patagónicos de tendencia anarquista que fueron fusilados por estos parajes durante el período de 1921-1922 por alzarse en contra de la explotación ignominiosa a que eran sometidos. Este lugar, que materializa una página trágica de la historia de este país, se encuentra en el Departamento de Lago Argentino (1). A partir de este momento entablamos una gratísima conversación con este grupo que dice ser de Bahía Blanca y que se mantendrá hasta el retorno de la excursión. Sin duda alguna, la tertulia mantenida con estas personas fue lo más gratificante de esta excursión, amén de lo que luego narraré

La estancia “Nibepo Aike” se encuentra a 56 km de El Calafate junto al Lago Rico, brazo sur del Lago Argentino, alimentado por el deshielo de los glaciares. El objetivo de esta excursión es conocer una hacienda reconvertida para deleite del turismo y degustar, cómo no, el famoso cordero patagónico del que tantas excelencias se han vertido. La caída del precio internacional de la lana y otras adversidades han obligado a estas haciendas a buscar otros horizontes de supervivencia. La “Nibepo Aike” no es muy grande nos dice el guía, sólo mide 10.000 Ha... Los que se hospedan aquí o los visitantes pueden participar de las tareas diarias de la estancia: esquilo de ovejas, rodeos, marcación, ordeñe; cabalgatas; pesca... Para los amantes de estos parajes de horizontes perdidos, el escenario natural permite observar la peculiar fauna: cóndores, águilas, flamencos, avutardas, cisnes de cuello negro y también una flora variada y frondosa en el entorno de los edificios próximos al lago.

El cronista aficionado, sin embargo, ha venido a este lugar por la fama de su cordero patagónico sin desconsiderar los otros alicientes. En estos pagos, la carne del cordero joven se lleva todos los parabienes. El cordero sureño, por la calidad de los pastos salitrosos sin herbicidas ni fertilizantes y por las caminatas, desarrolla una carne mucho más sabrosa que la de otros ámbitos y ajena a cualquier atisbo de colesterol. Tras el ritual acostumbrado de contemplar la peculiar manera de asar los corderos enteros abiertos sobre una cruz con las barras metálicas transversales para que no se cierren y después de degustar sus diferentes tajos con fruición, especialmente el costillar, acompañados del “chimichurri” de origen gaucho y la “salsa criolla”, sólo tengo que decir que si alguna carne se asemeja a ésta es la de mi estimada tierra turolense.

No tengo la menor duda de que los que sacrificaban el cordero a Dios, tal como figura en las Sagradas Escrituras y los que introdujeron la frase litúrgica “Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo…” tenían conocimiento de las bondades de estos animales y que posteriormente aterrizaron por estos pagos...Todas las maldades que pueda llevar uno consigo se desvanecen mientras se degustan estos placeres gastronómicos regados con vino tinto de las viñas de Río Negro de esta tierra. La amistad se establece y acrecienta entre los comensales que comparten una mesa con esta generosidad culinaria. Tanto es así, que a los compañeros de excursión, naturales de Bahía Blanca, con los que compartimos mesa, los considero amigos. Espero que el sentimiento sea mutuo.

Sé que muchos argentinos de la “Pampa” o de más hacia el Norte idolatran a la vaca y se inclinan por el “asado de ternera” y no les faltarán argumentos, pero yo lo tengo muy claro: prefiero el cordero patagónico.

(1) Este trágico episodio histórico, así como todo lo referente al exterminio de los “tehuelches”, aborígenes de estas tierras, me interesan tanto que pienso documentarme para tener una opinión más fundamentada.