Foto: Heraldo de Aragón (23-VII-09)
La paz, el sosiego y el cielo impoluto que vienen caracterizando a este pueblo desde hace muchos años ha desaparecido como por ensalmo. La foto panorámica que coloqué días atrás en la cabecera de esta bitácora hoy resulta idílica ante la evidencia dispar de la realidad reinante...
Llegué el pasado martes por la tarde y me encontré con un calor inusitado que acabó desencadenando una tormenta estruendosa acompañada de agua y granizo. El apagón eléctrico que provocó duró hasta altas horas de la noche en parte del pueblo. Las velas de adorno, únicas en la casa, consumieron su encanto y colorido en un santiamén. Ante la perspectiva de una noche eterna, el recurso de irse a la cama a deshora parecía la solución. En estas circunstancias uno no puede evitar trasladarse con la mente a épocas pasadas donde lo que ahora es la excepción, entonces era la norma. Cuando Morfeo comenzaba a adueñarse de la voluntad consciente, de nuevo se rompió la tregua con el estallido de otra tormenta seca que, aunque de escasa duración, nos dejó más que acongojados ante la proliferación de una locura de fuegos de artificio acompañados de una “mascletá” de rango valenciano.
Al despuntar el día, tras escasas horas de tregua sosegada, ruidos de sirenas, coches de la Guardia Civil y del Gobierno de Aragón pasan veloces por la calle Mayor. Hélices frenéticas de helicópteros amarillos y algún avión panzudo contra incendios surcan el cielo con el azul mancillado por nubes falsas de humo. Toda esta menestra sonora, convulsiva y aliñada con un viento infernal, impropio de estos lares, va desgajando de forma lastimera ramas y más ramas de mis entrañables chopos cabeceros, alfombrando de verde el polvo del camino junto al río extenuado con escasa y estancada agua.
Esta no es mi Aliaga. Algún maleficio misterioso me la está cambiando...Pienso que el envanecimiento de los que amamos esta tierra ha desatado envidias encontradas en fuerzas de la naturaleza acólitas de dioses rivales de los propios...
Por la noche, en un momento en que se recobra la luz, los medios, sobre todo la TV autonómica de Aragón, dan cumplida información sobre lo sucedido. Los responsables confiesan que el incendio está descontrolado y que el viento impide trabajar a los medios aéreos. Si añadimos que los coches de bomberos no pueden acceder a la mayoría del frente en llamas...la incertidumbre se agudiza más, si cabe... De comunidades vecinas, Cataluña, Valencia, Castilla, etc. no cabe esperar refuerzos porque están sufriendo parecidas devastaciones. Sólo queda la esperanza de que con el nuevo día, amaine el viento, bajen las temperaturas y los expertos puedan llevar a cabo su trabajo con mejores resultados.
En el pueblo de Aliaga, salvo el cielo más gris, el calor poco natural y los aromas a combustión lejana, la vida sigue su curso. Los altavoces siguen informando de los vendedores ambulantes que ofrecen sus mercancías y de algún acto cultural programado para esta semana.
Hoy jueves me he levantado decidido a verificar por mí mismo la evidencia de los hechos. En buena compañía tomamos el coche y nos dirigimos a lo alto de Camarillas desde donde se vislumbra la misma panorámica que encabeza esta bitácora sin más cambio que una humareda compacta en la lejanía. Retomamos el coche y nos trasladamos a la carretera que conduce a Pitarque. Desde el altozano se contempla una nube de humo que recuerda el hongo pavoroso de algunos experimentos nucleares. Pequeños focos de humo se vislumbran sobre las incontables montañas dando información fidedigna de la proliferación descontrolada del incendio. Descontentos con las imágenes tan lejanas decidimos acercarnos al foco del incendio en busca de esa instantánea que transmita lo que ocurre sin necesidad de tantas palabras. Al llegar a la abandonada Central Térmica abandonada desde hace años, la Guardia Civil nos impide el paso. Aquí se hallan reporteros de las cadenas de TV, “La Sexta” y “Antena 3”, empleados de la Central de Cogeneración Eléctrica que se lamentan de que no acepten voluntarios, el alcalde de Aliaga que nos informa a todos de que ya son más de 4.000 las hectáreas de pinares calcinadas del término municipal de Aliaga, la muerte de un conductor de una motobomba en Corbalán, la consigna de evitar víctimas a todo trance... aunque desaparezcan más miles de hectáreas de bosque. Esto es secundario para los dirigentes de la extinción. Mientras, la amenaza de las llamas se sigue extendiendo. Ahora es Pitarque la cercada por las llamas, localidad colindante con Aliaga. La única esperanza es que amaine el viento para que esta catástrofe que dejará una funesta huella indeleble siga alcanzando mayores proporciones...
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Llegué el pasado martes por la tarde y me encontré con un calor inusitado que acabó desencadenando una tormenta estruendosa acompañada de agua y granizo. El apagón eléctrico que provocó duró hasta altas horas de la noche en parte del pueblo. Las velas de adorno, únicas en la casa, consumieron su encanto y colorido en un santiamén. Ante la perspectiva de una noche eterna, el recurso de irse a la cama a deshora parecía la solución. En estas circunstancias uno no puede evitar trasladarse con la mente a épocas pasadas donde lo que ahora es la excepción, entonces era la norma. Cuando Morfeo comenzaba a adueñarse de la voluntad consciente, de nuevo se rompió la tregua con el estallido de otra tormenta seca que, aunque de escasa duración, nos dejó más que acongojados ante la proliferación de una locura de fuegos de artificio acompañados de una “mascletá” de rango valenciano.
Al despuntar el día, tras escasas horas de tregua sosegada, ruidos de sirenas, coches de la Guardia Civil y del Gobierno de Aragón pasan veloces por la calle Mayor. Hélices frenéticas de helicópteros amarillos y algún avión panzudo contra incendios surcan el cielo con el azul mancillado por nubes falsas de humo. Toda esta menestra sonora, convulsiva y aliñada con un viento infernal, impropio de estos lares, va desgajando de forma lastimera ramas y más ramas de mis entrañables chopos cabeceros, alfombrando de verde el polvo del camino junto al río extenuado con escasa y estancada agua.
Esta no es mi Aliaga. Algún maleficio misterioso me la está cambiando...Pienso que el envanecimiento de los que amamos esta tierra ha desatado envidias encontradas en fuerzas de la naturaleza acólitas de dioses rivales de los propios...
Por la noche, en un momento en que se recobra la luz, los medios, sobre todo la TV autonómica de Aragón, dan cumplida información sobre lo sucedido. Los responsables confiesan que el incendio está descontrolado y que el viento impide trabajar a los medios aéreos. Si añadimos que los coches de bomberos no pueden acceder a la mayoría del frente en llamas...la incertidumbre se agudiza más, si cabe... De comunidades vecinas, Cataluña, Valencia, Castilla, etc. no cabe esperar refuerzos porque están sufriendo parecidas devastaciones. Sólo queda la esperanza de que con el nuevo día, amaine el viento, bajen las temperaturas y los expertos puedan llevar a cabo su trabajo con mejores resultados.
En el pueblo de Aliaga, salvo el cielo más gris, el calor poco natural y los aromas a combustión lejana, la vida sigue su curso. Los altavoces siguen informando de los vendedores ambulantes que ofrecen sus mercancías y de algún acto cultural programado para esta semana.
Hoy jueves me he levantado decidido a verificar por mí mismo la evidencia de los hechos. En buena compañía tomamos el coche y nos dirigimos a lo alto de Camarillas desde donde se vislumbra la misma panorámica que encabeza esta bitácora sin más cambio que una humareda compacta en la lejanía. Retomamos el coche y nos trasladamos a la carretera que conduce a Pitarque. Desde el altozano se contempla una nube de humo que recuerda el hongo pavoroso de algunos experimentos nucleares. Pequeños focos de humo se vislumbran sobre las incontables montañas dando información fidedigna de la proliferación descontrolada del incendio. Descontentos con las imágenes tan lejanas decidimos acercarnos al foco del incendio en busca de esa instantánea que transmita lo que ocurre sin necesidad de tantas palabras. Al llegar a la abandonada Central Térmica abandonada desde hace años, la Guardia Civil nos impide el paso. Aquí se hallan reporteros de las cadenas de TV, “La Sexta” y “Antena 3”, empleados de la Central de Cogeneración Eléctrica que se lamentan de que no acepten voluntarios, el alcalde de Aliaga que nos informa a todos de que ya son más de 4.000 las hectáreas de pinares calcinadas del término municipal de Aliaga, la muerte de un conductor de una motobomba en Corbalán, la consigna de evitar víctimas a todo trance... aunque desaparezcan más miles de hectáreas de bosque. Esto es secundario para los dirigentes de la extinción. Mientras, la amenaza de las llamas se sigue extendiendo. Ahora es Pitarque la cercada por las llamas, localidad colindante con Aliaga. La única esperanza es que amaine el viento para que esta catástrofe que dejará una funesta huella indeleble siga alcanzando mayores proporciones...
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NOTA: MI VIEJO PORTÁTIL Y EL KIT INTERNET MÓVIL, ANTE LA ESCASA COBERTURA, NO ME PERMITEN COLGAR MIS FOTOS Y EL ACCESO A OTRAS BITÁCORAS ES TAN DESESPERADAMENTE LENTO QUE, POR UN TIEMPO, ME VERÉ PRIVADO DE CONTESTAR COMENTARIOS Y DEVOLVER VISITAS. MIS DISCULPAS. SON LIMITACIONES TÉCNICAS DIFÍCILES DE SOLVENTAR. UN ABRAZO PARA TODOS
Madre mia! Cuidate, que angustia mas mala! Nunca he vivido algo asi... El fuego me da mucho miedo...
ResponderEliminarAy...Luis querido.
ResponderEliminarNo hay palabras. He leído con la angustia a flor de piel.
Veía hoy las noticias y pensaba todo el tiempo en vos, que llevas tan dentro esa tierra.
No me siento capaz de decir otra cosa ahora. Volveré.
Un abrazo muy, muy apretado.
Excelente artículo, Luis. Sobre el terreno. Yo estoy viviendo los hechos con inquietud desde Zaragoza. Mañana me acercaré a Aliaga para comprobar la desolación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta misma semana le explicaba yo a mi hijo pequeño que en el 92 se quemó toda sierra que el ve , y le dije ves lo que tada en volver a estar todo verde? y el preguntaba que cómo estaba antes , pues estaba precioso , con muchos árboles ...
ResponderEliminarDespués de ese incendio ,en el 2004 quemaron lo que no se quemó en el 92 ...Una ruina .
Un beso .
Acaban e desalojar la poblacion entera de Mojacar. Almeria tambien arde.
ResponderEliminarLuis, que mala experiencia te está tocando vivir.
ResponderEliminarFuego,en estos casos, es igual a suma tristeza y desolación completa. Es un desastre ecológico fatal, en nuestra tierra árida y seca, donde cuesta tanto que la vegetación crezca. Estos años atrás, visité el término incendiado de mi pueblo y el panorama dantesco, que tenía ante mis ojos, verdaderamente me hizo llorar de impotencia,ante la pérdida tan grande de pinares, carrascales, enebros, sabinas, romerales, tomillos...fauna..., desde entonces ha desaparecido la nutrida colonia de cabras montesas, que se acercaban frecuentemente al pueblo.
He oído que han tenido que desalojar varios pueblos y nombras a Pitarque, como afectado. ¡Qué pena, que Teruel deje de EXISTIR por la voracidad del fuego! ¡Que impotencia tan grande!
Espero que las condiciones meteorológicas sean en estas horas próximas, favorables y pueda atajarse tal desastre.
Un fuerte abrazo. Etel.
Nos tienes sobrecogidos...no te preocupes estaremos aquí esperando espectantes..mucha suerte.
ResponderEliminarSobran las palabras amigo. Os deseo la mejor suerte.
ResponderEliminarAunque mis manos no estén allí para ayudarte, mi corazón si lo está.
ResponderEliminarPara lo que necesites amigo, aquí estoy
Un fuerte abrazo
Siento muchísimo esta terrible catástrofe natural. Aliaga ha sido siempre una zona entrañable para mi. Saludos desde el Jiloca y ánimo, la naturaleza es sabia.
ResponderEliminarEstá siendo un verano fatídico para nuestros bosques. Ya te dije que conozco tu tierra por haber acampado por esos montes cuando era más joven. Hemos vuelto con los niños para que conocieran donde sus padres empezaron a amar la naturaleza y pudieran disfrutar de amaneceres sin ruídos con el joven Tajo paseando a sus pies.... Hace ya 4 años de la última vez que fuimos... Me horroriza pensar que todo aquello ya no existe tal cual lo conocimos. Me da pena pensar que la próxima vez ni lo reconoceremos...
ResponderEliminarUn beso Luís y disfruta de tu tierra. Las fotos ya nos las enseñarás cuando vuelvas... Tus visitas... se echan de menos pero sabemos que nos piensas, y eso es suficiente, al menos para mí.
Es terrible lo que he leìdo. A pesar de lo terrible me he permitido admirar tu prosa y la forma de narrar.
ResponderEliminarEl mundo està en caos, lo hemos hecho pedazos.
¿Lo hemos hecho? Tenemos nosotros tambièn culpa de esto o nos enseñaron a culparnos a cooperativizar la desgracia y cuando hay dicha no hay cabida para nosotros.
Lamento lo que sucede
Cuando los fuegos se consuman, la naturaleza, sabia, retomará su camino... veremos hasta dónde se la dejará andar...
ResponderEliminarQué queda ahora a salvo de entre todas las maravillas que nos has ido enseñando en este tiempo?
Besos.
Em sap molt de greu tot el que ha passat als voltants de la teva terra, sé com te l'estimes i que tot i que la cosa no ha anat més enllà, doncs no és gens agradable trobar-te amb el que fou un verd i bonic paisatge, en un descampat de cendres.
ResponderEliminarNo obstant, digue'm ciníca si vols, pots mirar la banda positiva de tot això. Ja que sent Aliaga una localitat petita, de no molts habitants, i tots coneguts entre ells, aquest fet donarà molt a parlar: s'aturaran les partides del "guiñote" per comentar la noticia, les iaies que ja no sabien què dir-se de veure's cada die assegudes a les cadires dels seus portals, tindran un nou tema a comentar, les passejades que es feien rutinàriament als mateixos llocs canviaran de camí per observar el paisatge derruït, ... d'aquesta manera, ho volguem o no, tota la gent de la teva terra que no havia apreciat el que tenia, que donava per sentat que res no canviaria, ara s'adonarà que el que tenia era molt gran i que per aquesta raó ha d'estimar allà on ha crescut, on ha portat les seves dones o marits, on han criat els seus fills, converint-se així Aliaga, en un lloc que realment fou bonic fins que el foc li va prendre la bellesa. Com si es tractés d'aquell mite, o psersonatge famós que de cop i volta va morir brutalment o inseperadament, i que ara tots plorem la seva mort perquè pensàvem que sempre el tindríem.
Un petó gran de la teva filla, que si no t'escriu més és perquè té el cap a qualsevol lloc, menys on l'ha de tenir.
Luis
ResponderEliminarHe leído tu nueva entrada, pero prefiero comentarte aquí.
Después de las palabras de tu hija, a la que felicito sinceramente, queda poco por decir.
El daño ya está hecho, y luego de los primeros momentos de angustia e impotencia, llega el instante de comprender que nada se gana con llorar sobre la leche derramada; como vos muchas veces lo dijiste, el sol vuelve a salir otra mañana y algo nos deja la tormenta. Tu hija lo ha dicho mejor que nadie y me emociona. La identidad que construíste sobre esos cerros, sobre esos bosques, sobre esos chopos no está perdida, no, se afirma y tendrá ahora nuevos motivos para enriquecerse.
No es momento de hablarlo ahora, pero los rosarinos comprendemos muy bien de qué se trata,lo hemos vivido el año pasado viendo quemarse en un hongo gigantesco, durante meses y entre una niebla asfixiante y eterna, las islas del Paraná. Por eso el título de esta entrada me hizo estremecer. Las pérdidas son irreparables y dolorosas (sería necio negarlo), pero ese compartir la catástrofe desde lo más profundo de los sentimientos, es también identidad.
Desde aquí seguimos las noticias con interés y deseamos que pronto acabe este hecho devastador.
Un abrazo